«No creo en el destino»- Geralt el ronin.
Qué lástima lo que ha pasado con la serie de The Witcher. Empezó bien, aunque con algunos problemas. Prometía. La segunda temporada, sin embargo, poco tenía que ver con la obra de Andrzj Sapkowski. Por si fuera poco, la miniserie (Blood origins) ha mostrado más de los problemas que de las virtudes. Si a todo esto sumamos el abandono de Henry Cavill y las críticas que uno de los antiguos guionistas de la serie hizo (sobre que el resto del equipo no se tomaba en serio el material de partida), la suerte está echada.
¿Qué nos queda positivo? Puede que solo nos quede la película de animación, La pesadilla del lobo, o volver a los videojuegos de CD Projekt Red o, por supuesto, a las obras originales. Y otras posibles versiones, porque más allá de aquel intento polaco de adaptar los libros muchos años atrás, también hemos tenido cómics y ahora la obra que nos atañe: un manga.
The Witcher: Ronin es la demostración de que Geralt de Rivia puede ser llevado a cualquier época o contexto y sigue funcionando. En el fondo, los libros originales son conjuntos de cuentos que surgieron como retellings de cuentos europeos tradicionales. Así que, ¿cómo no iba a aguantar una nueva versión?
Toss a coin to your ronin!
Este primer volumen de The Witcher: Ronin nos presenta a un Geralt de Rivia brujo, pero también ronin. En vez de portar su espada, lleva una katana. Más allá de su armadura tradicional, porta unos atuendos japoneses. Y transita por todo Japón en busca de una joven desaparecida. Sigue siendo parco de palabras y da mandobles a diestro y siniestro cuando diestro y siniestro son unos capullos, ya sean monstruosos o no. Para obtener el paradero de la chica, interrogará a bestias, tanto míticas como humanas, y se enfrentará a todo tipo de seres en un Japón feudal.
Por suerte, este The Witcher: Ronin no se queda en una simple marcianada dentro de la amplia franquicia. Tampoco aporta en demasía, pero, al menos, son números completamente disfrutables, con una gran energía y con ciertas moralejas que entroncan con el formato del cuento original de la saga.
Argumentalmente, Rafał Jaki, uno de los cabecillas de CD Projekt Red, mantiene el espíritu de la obra de Sapkowski: los humanos son peores que los monstruos míticos. Corruptos, crueles, ávaros, mentirosos… Pero eso no quiere decir que todas las criaturas magníficas sean maravillosas, algunas solo buscan alimentarse de los simples mortales. Geralt no se detendrá ante ninguno de ellos. Y nosotros tampoco.
El Brujo en Japón
Me resulta especialmente interesante el planteamiento del grimdark en una cultura fantástica que no sea la europea. En este caso, en vez de recurrirse a las criaturas típicas de Europa o tirar por el silkpunk, se utilizan las japonesas y es interesante el resultado final que nos ofrecen. Como complemento a la edición de Norma, se incluye una enciclopedia con las criaturas aparecidas: Nekomata, yukinko, sarugami, yamanba, tengu, yuki onna, tatsu y kappa, elaborada por Matthew Meyer (Yokai Guy).
La mitología japonesa está llena de criaturas fascinantes que, en occidente, nos resultan desconocidas salvo por sus apariciones en mangas, animes y otras producciones japonesas. Si bien, por cultura, tenemos a seres como vampiros, sirenas, hombres lobos, necrófagos… más que asimilados, seres como los kappas japoneses nos resultan llamativos. Y también lo son en esta adaptación de The Witcher y no simplemente porque sean carne de cañón (o de katana) de nuestro protagonista.
Dar vida al Brujo
The Witcher: Ronin me ha recordado a lo hecho con Star Wars: Visions: tomar una mitología fantástica asentada y darle el toque oriental a su propuesta. Funciona y le sienta bien, siendo algo más que una curiosidad, aunque por lo pronto, tampoco trasciende ni se convierte en una obra maestra. Solo es un manga entretenido que ofrece otra perspectiva de nuestro cazador de monstruos favorito.
En cuanto al dibujo, el mangaka Hataya cumple al dar con otra visión del mundo del personaje (otra de sus obras, The Name of the Cat is Matasaburou, toca también la mitología japonesa). Sin embargo, hay viñetas en las que no está a la altura y lo mismo ocurre con algún segmento narrativo, donde no se termina de entender lo que sucede en algunas secuencias.
#TheWitcher: Ronin nos lleva a Geralt a Japón y el personaje del Brujo es reinventado dentro de esta mitología. Share on XSobre la edición
Por otra parte, ojo con la edición. Norma suma este voluman a otros cómics de la franquicia que ha traído a nuestro país. Como ya me ocurrió con el Drácula de Mike Mignola, este The Witcher: Ronin cuenta con una edición en blanco y negro (15 euros) y otra a color (19 euros), con un mayor tamaño. En mi caso, no lo he sabido hasta adquirirlo y leerlo, pero he echado un ojo a la versión coloreada y no me parece una mala opción. Deberá el lector decidir cuál se lleva, ya que la diferencia de precio no es lo más crucial aquí.
Conclusiones
Imagino que habrá gente disgustada como hubo gente disgustada porque J. K. Rowling usase los mitos de los nativos americanos en sus escuelas de magia estadounidenses. Lo llamaron apropiación cultural. Y no olvidemos el caso del editor de Marvel C. B. Cebulski, que firmaba sus obras con toques asiáticos como Akira Yoshida porque así parecía japonés.
Aquí tenemos a un guionista polaco y a un dibujante japonés (aunque ha trabajado tan poco y hay muy poca información sobre él, ¿será real?), pero ¿acaso importa a la hora de comentar una obra?
En conclusión, ágil y entretenido, este The Witcher: Ronin es una promesa que esperemos que llegue a mejor puerto que la serie de Netflix. De lo contrario, siempre nos quedarán los libros.
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