“Vista desde la autopista a las cinco menos cuarto de la madrugada, Boston parece una ciudad de muertos cavilando tristemente sobre alguna tragedia de su pasado; una plaga, tal vez una maldición”.
STEPHEN KING.
Me gusta leer a autores con los que me siento identificado sin querer. Me explico: hay escritores que leo y sé que me han influido. Uno de ellos es Stephen King. También me ocurre que, a veces, leo una obra de otro autor o una de él que no había leído, y hay algo que me recuerda a mi modo de ver el mundo y escribir.
Boston, durante la noche, entre el mar y el pasado. // Imagen de dominio público. |
Esta descripción sobre Boston que hace Stephen King en Eso (It), me recuerda (modestamente y sin echarme flores, solo por el estilo) a algunas que dejé en Hollow Hallows, y me hacen darme cuenta (todavía más) del talento del escritor de Maine para recrear pasajes tenebrosos y como nuestra literatura tiene raíces incluso en obras que descubrimos anteriores a las nuestras. Yo no tengo mucho que ver con él, salvo mi aprecio a su literatura, y sé que él es uno de los estandartes literarios de nuestra obra, pese a quien le pese.
Centrándome en lo importante de esta entrada: si os fijáis, Eso (It) es una novela de terror, pero decir solo eso es quedarse corto, pero es el género donde todo el mundo la suele clasificar. Y, a veces, lo es por cómo transmite la atmósfera, tan importante en este tipo de relatos, aunque ya os digo que Eso tiene mucho sobre amistad, nostalgia, aventuras y fantasía, entre otros elementos.
En este fragmento que cito, solo se habla de cómo uno de los protagonistas, Eddie, cruza Boston. Nada más, pero la elección de los adjetivos, la metáfora y cómo se evoca a otros mundos, al más allá, consiguen ir dando esa sensación de perturbación que causan las obras de King.
El terror no es algo menor, implica descripciones, crear una atmósfera, saber cuando usar estereotipos y cuando evitarlos. Es una muestra de talento, de genio, saber usar los recursos narrativos para hacerlo.
ResponderEliminarSaludos.
Sin la atmósfera, el terror está un poco cojo... La herencia del romanticismo es plasmar el escenario en concordancia con los sentimientos. La tristeza con la lluvia, la soledad con los castillos, la pérdida con los cementerios... Y eso se conserva en el terror y eso es estupendo. ¡Gracias por el comentario!
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