Crítica de GOOD OMENS (BUENOS PRESAGIOS), el fin del mundo según Pratchett y Gaiman

 

reseña-buenos-presagios-novela
Good Omens (Buenos Presagios) fue una novela que juntó a dos titanes del género fantástico antes de llegar a alcanzar su trono como señores de la fantasía: Terry Pratchett y Neil Gaiman. Fuente.

"Crowley siempre supo que estaría por allí cuando se terminara el mundo, porque era inmortal y no tenía otra alternativa. Pero esperaba que aquello quedara muy, muy lejos. Porque la gente le caía bien. Lo cual era un defecto considerable para un demonio".

Es casi una falta de respeto que este blog tenga ya trece años y no haya escrito sobre algunas obras que me han marcado, pero estoy dispuesto a arreglarlo. Leí Good Omens (Buenos Presagios) en 2010, cuando empecé a adentrarme en los mundos de Terry Pratchett y Neil Gaiman. Por aquel entonces, era más sencillo conseguir las obras en español del creador de Mundodisco que las novelas del autor de The Sandman. Recuerdo que sufrí para encontrar American Gods en la bochornosa edición de Norma y que Stardust casi cayó de rebote en mis manos, pero Good Omens apareció, tras pasarse un tiempo descatalogada, y se convirtió en mi esperanza durante aquel verano de 2010. Por aquella época, tenía mi primer trabajo como becario y recuerdo ir en guagua (o autobús) a todas partes, y, para alejarme un poco más de la gente que me rodeaba, me leía Good Omens y me contenía para no reírme y quedar como un raro (cuando lo raro, de por sí, es que leas por aquí). ¿Qué pasaría si un ángel (Aziraphale) y un demonio (Crowley) que han entablado amistad a lo largo del tiempo se propusieran evitar el fin del mundo? Para partirse de risa, ¿no?

reseña-good-omens
La portada de mi edición de Good Omens, aunque creo que la mía carece de los textos inéditos. Ay. Fuente.

Sobre el fin del mundo (y esas cosas)

Terry Pratchett y Neil Gaiman describían Good Omens como una comedia sobre el fin del mundo, y ellos mismos se reían cuando acababan en programas de radio donde un presentador poco afortunado pensaba que, en realidad, no era una obra de ficción, sino una serie de predicciones reales y tanto Pratchett como Gaiman tenían que fingir ser tan buenos adivinos como la vieja Agnes la Chalada y sus acertadas profecías. No obstante, años antes, ellos se habían convertido en grandes amigos. Es más, la idea de Good Omens fue de Gaiman, pero, como no sabía cómo continuar, se la dio a Pratchett para que le ofreciese algún consejo y el consejo terminó siendo: ¿y si la escribimos juntos? Cosa que hicieron. Cada uno escribía un fragmento que luego era reescrito por el otro y así hasta concebir una novela que, lejos de ser un Frankenstein, supo mezclar la mordacidad de Pratchett y la oscuridad de Gaiman (fue “sencillo”) porque Gaiman también tiene una gran mordacidad y Pratchett una gran oscuridad.

La novela se divide en diferentes tramas que se cruzan a lo largo de este insólito apocalipsis. Lo que nos dejan claro es que, si el mundo se tuviese que acabar, seguramente se acabaría con el eco de una carcajada. Durante gran parte del libro, Pratchett y Gaiman se desafían poniendo el mundo patas arribas: la aparición de los Jinetes del Apocalipsis, el resurgimiento de la Atlántida, demonios campando por el mundo… Todo ello desde la ironía, la deconstrucción y una perspectiva capaz de actualizar los mitos... Pero también nos habla del Anticristo, un chaval que hace lo que puede con su pandilla de amigos, y de la extraña amistad creada entre el ángel Aziraphale y Crowley (todavía más acentuada en la serie que adaptó el libro), porque al final, ellos están hechos para odiarse, pero ¿y qué más da? ¿Por qué ser meros peones en el tablero? Si por algo Good Omens es una más que recomendable novela es por su humanidad, pero también por su desbordante imaginación, que siempre incluye cierta sombra, una sátira sobre nuestra propia realidad.

En 2019, Good Omens fue llevada a la pequeña pantalla. Fuente.

Terry Pratchett fallecería en 2015 y no llegaría a ver la adaptación de Buenos Presagios que se estrenó en 2019. Protagonizada por dos grandes (Michael Sheen y David Tennant) y escrita por el propio Neil Gaiman, fue un retrató de la locura, la extravagancia y la genialidad del libro. Como cabía esperar, es muy fiel al libro y consiguió transmitirme toda aquella magia y fascinación que sentí cuando leía el libro por primera vez, durante aquel extraño verano en que iba a parar al Mundodisco o al Sueño. Ahora que se ha anunciado una continuación, muchos temblarían al pensar en un sacacuartos si no fuese porque el propio Pratchett y Gaiman hablaron de una secuela del libro que nunca llegaron a escribir porque estaban demasiado ocupados (quizá condenando y salvando el mundo). Esperaremos para saber qué es lo que nos cuentan tras el fin del mundo.

Good Omens (Buenos Presagios) es una de esas novelas que vuelve puntualmente a mí y me recuerda la magia de Pratchett y Gaiman, esa magia capaz de hacerte pensar que, incluso en los momentos más oscuros, en el fin del mundo, una sonrisa puede asomar en nuestros labios mientras nos encogemos de hombros y decimos «esto es todo, amigos».

 

Michael Sheen y David Tennant como ángel y demonio en Good Omens. Fuente.

Calificación:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.

¡Muchas gracias por tu comentario!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.