Crítica de Alita: ángel de combate, una sorpresa ciberpunk

Alita es la esperada adaptación del manga de Yukito Kishiro tras la que James Cameron llevaba años de desarrollo. Fuente.

Tras décadas de desarrollo y con el oportuno cruce con un director interesado por qué habría sido de ella después de tantos años, Alita: ángel de combate llegó a nuestros cines en 2019. 

Adaptando el manga y el anime de Yukito Kishiro, Alita fue anunciada desde principios de los 2000 y con James Cameron escribiéndola, su avance fue más errático cuando el director tras Terminator o Aliens: el regreso decidió centrarse en Avatar

Durante un encuentro fortuito con Robert Rodríguez, el director de Sin City le preguntó a Cameron qué había sido de la adaptación de Alita y Cameron le comentó que tenía el guion escrito, pero no el tiempo para hacerla, ya que veía el resto de su vida dedicándose a Avatar y sus secuelas. 

Fue entonces cuando el proyecto pasó a Rodríguez, contando con la producción, el guion y, sin duda, la mentoría de James Cameron, porque se nota que Rodríguez, ese perro desbocado que hemos visto en Machete o Planet Terror, está más "controlado" por Cameron en esta película, y no le sienta mal haberse centrado más en crear una superproducción ciberpunk que en la serie B de explotación.

Uno de los aciertos de Alita es mantener su estética manga que se acerca al llamado "valle inquietante", pese a la crítica de cierto sector. Fuente.

Manga ciberpunk

Alita nos cuenta la historia de una ciborg reconstruida por el doctor Ido. Ellos habitan en el vertedero que se ha convertido la Tierra tras el evento catastrófico conocido como la Caída. Solo la Ciudad de Zalem se mantiene flotando sobre ellos, convirtiéndose en un imperio bajo el poder de un tiránico científico. A medida que la ciborg conoce a nuevos personajes como Hugo, junto al que descubre el deporte del motorball que les permitiría subir a Zalem si se convierten en campeones, Alita también va redescubriendo quién era ella y quiénes son realmente los personajes que la rodean.

Tenemos acción, batallitas, escenas de descubrimiento, carreras, traciones… y aventura, mucha aventura, en una película que debería ser más reivindicada por un fandom que se queja de que jamás tienen adaptaciones de anime con calidad o que el ciberpunk no posee grandes películas. Pese a que toque algunos elementos que ya son frecuentes en la ciencia ficción sobre robots y no tenga el lirismo de Inteligencia Artificial (el testamento de Kubrick terminado por Spielberg), sí que tiene la fuerza para narrarnos de un modo decente un viaje de aprendizaje que no teme tocar los elementos del manga.

Los aires de gran superproducción no asfixian la película, sino que incluso sirven para generar ese enorme mundo que no se basa solo en los efectos especiales, sino en los personajes encarnados por actores consagrados como un científico atormentado como es Christoph Waltz, una mujer que desea escalar hasta Zalem interpretada por Jennifer Connelly, el monstruoso ciborg al que da vida un irreconocible Jackie Earle Haley, ese cazarrecompensas al que da gusto que le peguen al que da vida Ed Skrein, un Mahershala Ali que ya parece el nuevo Blade y con cameos de Michelle Rodríguez, Edward Norton y Jai Cortney, además de nuevas incorporaciones a la gran pantalla como es el caso de Rosa Salazar como Alita y Keean Johnson como Hugo.

La clásica historia de ricos en lo más alto y pobres en lo más bajo y una eugenesia digna de la malinterpretación platónica está presente en el cine de ciencia ficción desde la época de Fritz Lang y su Metrópolis. Fuente.

Entretenida distopía

Durante sus dos horas de metraje, Alita llega a recordar a las cinemáticas de un videojuego donde nunca te dejan participar. Ya sea por el rostro reconstruido a través de efectos especiales para recordar la estética manga o por la trama de batallas imposibles y duelos deportivos dignos de Final Fantasy, todo en ella evoca a una buena partida, pero lejos de caer en el sopor, se convierte en un atractivo y sorprendente planteamiento. Nunca aburre, presenta de un modo digno su trasfondo y su historia tiene cierto corazón (casi literal) que hace que empaticemos con la historia.

Algo que destaca en Alita es la presentación de su mundo ciberpunk, con la fotografía de Bill Pope, que nos permite entrever un mundo oscuro, asolado por un futuro que no era tan brillante como aquel que soñábamos. Cada vez que Rodríguez se interna en esas calles a medio camino entre Blade Runner, El Quinto Elemento y el mundo del cómic, el manga y los videojuegos, nos sorprende por cómo otros han fracasado a la hora de concebir un mundo del mañana de estas características.

Por supuesto, es la mejor adaptación a carne y hueso que se ha hecho de un manga o un anime hasta la fecha. Precisamente, porque no se avergüenza de su fuente e intenta ser fiel a los diversos arcos de los cómics que sirven para construir la historia. El problema de otras adaptaciones que intentando no dar una falsa vergüenza ajena, acababan dando una vergüenza propia. Por suerte, eso no ocurre en Alita.

No estamos ante la profundidad de Asimov o K. Dick, sino ante una obra pop que toca temas ya tratados por estos autores, pero bajo la apariencia del manga y la gran superproducción. Fuente.

De la banda sonora se ocupa Junkie XL, que ya ha trabajado en otras distopías como Divergente (o intento de distopía, vale) o la fantástica Mad Max: Furia en la carretera. Aquí es un poco menos Hans Zimmer y eso no le sienta nada mal a esta aventura.

Puede que en algún momento Alita abrume por tantos eventos que se notan como episodios recortados para que quepan en sus dos horas y puede que en algún instante los efectos entren en un "valle inquietante" que tampoco debería extrañarnos porque es lo que sentimos cuando vemos a un robot hiperrealista en nuestro mundo, pero sorprende gratamente sabiendo que viene de un género que suele rozar la serie Z y del terreno de las adaptaciones del manga y el anime que no suelen contar con grandes ejemplos de cómo debe hacerse. Además, se percibe a un Rodríguez a gusto, pese a que el espíritu aventurero de ese amante de la ciencia ficción que es James Cameron se percibe en cada minuto.

Esperemos que entre tanto alienígena azul y aventura ecologista, James Cameron logre llevar a cabo las secuelas junto a Robert Rodríguez que, entre machetazo y machetazo o comedia de niños espías con croma cutre, ha demostrado ser un director más solvente de lo esperado, como ya demostrase en el capítulo de La tragedia de The Mandalorian.

Alita: ángel de combate nos demuestra una gran verdad: que el buen cine fantástico puede sorprendernos incluso cuando parece que no. Aguardaremos que vuelva al campo de batalla pronto.

Alita tiene pinta de convertirse en una película de culto en los próximos años. Fuente.

  • Título original: Alita, Battle Angel
  • Año: 2019
  • Duración: 121 min.
  • País: Estados Unidos
  • Dirección: Robert Rodriguez
  • Guion: James Cameron, Laeta Kalogridis, Robert Rodriguez (Novela gráfica: Yukito Kishiro)
  • Música: Junkie XL (Tema: Dua Lipa)
  • Fotografía: Bill Pope
  • Reparto: Rosa Salazar, Christoph Waltz, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley, Ed Skrein, Mahershala Ali, Lana Condor, Keean Johnson, Jorge Lendeborg Jr., Eiza González, Leonard Wu, Elle LaMont, Marko Zaror, Jorge A. Jimenez, Billy Blair, Jeff Fahey, Casper Van Dien, Idara Victor, Derek Mears, Rick Yune, Hugo Perez, Alex Livinalli, Neal Kodinsky, Sam Medina, Darcel Danielle, Garrett Warren, Vincent Fuentes, Gregg Berger, Michelle Rodriguez, Edward Norton, Jai Courtney
  • Productora: 20th Century Fox, Lightstorm Entertainment, Troublemaker Studios, TSG Entertainment, Stereo D
  • Género: Ciencia ficción.
  • Grupos: Alita, ángel de combate
  • Sinopsis: Cuando Alita (Rosa Salazar) se despierta sin recordar quién es en un mundo futuro que no reconoce, Ido (Christoph Waltz), un médico compasivo, se da cuenta de que en algún lugar de ese caparazón de cyborg abandonado, está el corazón y alma de una mujer joven con un pasado extraordinario. Mientras Alita toma las riendas de su nueva vida y aprende a adaptarse a las peligrosas calles de Iron City, Ido tratará de protegerla de su propio pasado, mientras que su nuevo amigo Hugo (Keean Johnson) se ofrecerá, en cambio, a ayudarla a desenterrar sus recuerdos. Cuando las fuerzas mortales y corruptas que manejan la ciudad comienzan a perseguir a Alita, ella descubre una pista crucial sobre su pasado: posee habilidades de combate únicas que los que ostentan el poder querrán controlar a toda costa. Sólo manteniéndose fuera de su alcance, podrá salvar a sus amigos, a su familia y el mundo que ha aprendido a amar. Remake del clásico anime de 1993 "Alita, Ángel del Combate". (FILMAFFINITY)
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