30 de octubre de 1957, a pocas horas de la víspera del Día de Todos Los Santos, Madrid. Nace Miguel Ángel Fuertes y se traza a su alrededor las finas líneas de ese destino que dibuja y anima una vida, como granos de la arena de Morfeo entregándole a una fantasía. Desde pequeño, Miguel Ángel quiso embarcarse en su sueño de ser animador porque quería trabajar con ese héroe que le motivaba a maravillarse con el arte, a perderse en la magia del dibujo, a indagar en su propia alma creativa: Walt Disney. “Era alguien irrepetible. Muchos animadores han intentado ser como él, pero ninguno lo ha conseguido. Yo quería trabajar con él, pero… era algo imposible porque había fallecido por culpa de las tabacaleras cuando yo era un crío”.
El sueño de Miguel Ángel no terminó ahí, con una ilusión que se consume en la nada, sino que continuó concibiendo líneas, llenándose de colores y viajando en un movimiento del que no pudo escapar. Continuó y dio vida durante todo ese tiempo a su deseo de crear y fundirse con el celuloide, ese que ahora le hace pensar, con melancolía: “Me siento como una cometa que busca el viento que le permita seguir volando sin caer ni olvidar nunca el camino”. Y el mensaje, lejos de ser trágico, en el fondo es optimista como la lucha, porque la animación es eso, enfrentarse contra viento y marea, contra bloqueos, contra la técnica, contra los productores, contra los carroñeros realistas, contra todo. “Puedes pasarte años luchando por ser mejor animador que otro, pero para cuando lo consigues, hay treinta más, más jóvenes, que te superan”. Y aún así, sigues peleando como en la vida misma.
La guerra se llama cine, la batalla animación y el escudo y la espada de Miguel Ángel son dos pensamientos: el cine como una forma artística que reúne a todas las otras y la animación como una manera de realizar lo irrealizable, aunque tenga ciertos límites. “Hay matices de la actuación con actores a las que no suele llegar la animación. Por ejemplo, Emma Thompson interpretando a P.L. Travers, la escritora de Mary Poppins en Al encuentro de Mr. Banks. Debería ser la villana, pero la entendemos y nos apiadamos de ella, siendo una película sin enemigos”.
Y aun así, durante las décadas de carrera de Miguel Ángel Fuertes en la animación, trabajando en compañías como Industrial Light and Magic, su empeño siempre ha sido buscar esas cotas de perfección. El camino de Miguel Ángel Fuertes no cesa, aunque en la animación, como tantas cosas hoy, el sendero se bifurca: arte e industria. Como arte es algo que sigue gustándole siempre que consiga tener un espacio para su imaginación. Como industria, no piensa que el cine sea el mejor lugar donde invertir; está lleno de riesgos y hay otros mundos, “algunos ilícitos”, donde ganar más dinero, lejos del arte donde los inversores buscan la importancia del marketing y las ventas antes que el producto final. De ahí que surjan algunos cortos antes de las películas, como si fuera un recordatorio de que la empresa que firma la película sigue ahí. “Dreamworks está haciendo cosas diferentes, más serias, por ejemplo Cómo entrenar a tu dragón, que ha sido un gran éxito. El origen de los Guardianes también tuvo una buena taquilla, pero es considerada como un fracaso por no llegar a las expectativas que se pusieron en ella”. El vil metal siempre impone sus reglas, pero no solo es un tema de dinero, también el estilo puede coartar a los animadores, ya que la moda de la animación del estilo Toy Story desterró en gran parte la animación más tradicional. Pero quedan rachas de viento que elevan las cometas y que nos hacen pensar que queda esperanza.
Disney es un importante nombre en el mundo de la animación. Fuente. |
Animando ilusiones
Si alguien se presentase ante Miguel Ángel y le dijera que quiere ser animador, hacer una película o montar un estudio de animación, la primera respuesta de nuestro protagonista no sería una contestación, sino que sería algo más, otra pregunta: "¿qué edad tienes?" Y añade, con ese tono entre la total seriedad, la broma enmascarada y el aire pesimista bajo el que permanece el optimismo: “Si tienes veinte años, te quedan otros veinte trabajando. A partir de los cuarenta casi nadie te contrata”. El tiempo es el cronómetro de esa carrera que es la vida, porque lo importante es llevar a cabo esas ideas antes de seis meses “tienes esa idea y en ese tiempo, solo seis meses, si nos las haces, ya otro las lleva a cabo por ti”.
La segunda pregunta de Fuertes sería cuál es su proyecto. “¿Harás una película y se acabó? ¿Tienes el proyecto de hacer varias a lo largo de los años?”. ¿Cuál es la mejor opción? Tener varios proyectos para seguir siendo escuchado a lo largo del tiempo. Por último, dos cuestiones: “¿qué visión tienes” y la más importante: “¿por qué le gustará tu película a alguien?”. La clave es que el film tenga su quid en el cómo y en los personajes más que en la historia, ya que las historias son finitas y el creador debe ser como “un cocinero experimental” capaz de hacer que “los sabores ya conocidos, sean reconocidos como nuevos al ser presentados de una forma imaginativa”. Esto nos conduce a la diversión que plaga en muchas ocasiones la carrera artística de Miguel Ángel Fuertes, porque pasarlo bien es lo más significativo para trabajar en un mundo tan complejo como la animación, según nuestro entrevistado, que mientras veía a unos críos jugar en el parque donde tuvimos esta charla, comentó “tenemos que ser como niños, como niños que no temen envejecer. Los niños se pasan todo el rato jugando, divirtiéndose, sin parar. No se quedan pensando “nos quedan dos horas hasta que seamos adultos”. No tienen esa agonía. Eso les hace creativos”.
Una de las muestras de diversión creativa para Fuertes está en Joss Whedon, del que es seguidor desde los tiempos de la serie Firefly y la película que la concluyó Serenity. “Ningún director del pasado hubiera aceptado realizar una película del presupuesto de Los Vengadores y aún así él lo hizo y recaudó un billón, con b, de dólares”. El motor de este éxito marvelita para el animador madrileño es que se nota la alegría de sus hacedores y la admisión de sugerencias de los actores. “No sabemos si fueron los actores o no a los que se les ocurrió, Joss Whedon firma pero es un trabajo fruto de una colaboración donde si todos lo pasan bien, sale bien. Un ejemplo es la escena en la que Hulk le pega un puñetazo a Thor y todos los espectadores se ríen”.
Y otro ejemplo siguiendo la estela de Marvel es Los Guardianes de la Galaxia, “no esperaba nada de esa película, pero por la nostalgia y cómo presenta a los personajes, me sorprendió y me dejó con algo que no me dejaba una película desde hacía tiempo: con ganas de saber más de los personajes”. Si bien, continuando con el tema de la colaboración que parece imperar en estas producciones, Miguel Ángel habla también de la democratización de la tecnología que hace que cualquiera pueda querer hacer una película: "los drones pueden conseguir los planos que hace décadas solo ILM hubiese conseguido con sistemas como grúas"). Una buena película surge de la colaboración. “Pero son directores jóvenes, no me extraña que busquen la diversión. Muchos se quejan de que George Lucas hiciera con las precuelas de Star Wars unas películas "tipo papá", en vez de centrarse en espadas láser y similares. Lo curioso será ver qué tipo de películas harán Joss Whedon y compañía cuando sean mayores”.
Guardianes de la Galaxia, una de las agradables sorpresas de Marvel Studios. Fuente. |
Tras la odisea de la creación queda otro volumen más, otro enfrentamiento: la búsqueda de la conexión del creador con el público, algo elemental para Fuertes que medita sobre otra cuestión: que le guste a su creador, al público y también a esos genios de los que has aprendido todo. “Que Miyazaki, ese genio al que admiras, vea la película y salga del cine y diga: guau”. Muchos describen al japonés como el Disney nipón, pero Fuertes no lo piensa. Admira la capacidad para crear lugares aparentemente corrientes y, a la vez, oníricos con los que el maestro japonés transporta al espectador; eso lo demuestran cintas como La princesa Mononoke, Mi vecino Totoro, La tumba de las luciérnagas o El viaje de Chihiro. “El tráiler de su nueva película El cuento de la princesa Kaguya, con su animación en 2D, ya me ha atraído más que la mayoría de las películas que se estrenan ahora”.
Pese a su afición hacia el anime de este creador, Fuertes reconoce que El viento se levanta le aburrió porque sentía que no era una película que encontrase en la animación un carácter propio, sino que era más bien una película que podría haberse realizado con actores. Admiración y sinceridad, dos de sus principios. Fuertes disfruta del detallismo técnico y la animación de diversas películas actuales donde no ha trabajado, pero que sí ha gozado como espectador. Es el caso de Enredados (a la que se refiere como Rapunzel y no como el título que decidieron los ejecutivos). Pero no solo el cine japonés o estadounidense, también se conmueve con películas europeas de animación como Renaissance.
Uno de los pensamientos que cruzan la mente embargada de información y emociones de Miguel Ángel Fuertes es que la animación nació como una forma de contar historias de una manera que no se podía realizar con actores reales. "Esto ha cambiado con películas como El Señor de los Anillos donde se insertan personaje hechos por animación, retoques informáticos, con actores". Entonces se produce un efecto curioso para nuestro entrevistado, “cada vez hay más películas de acción real con elementos de animación, mientras que el cine de animación cada vez parece más realistas, en temática y técnica”. Esto sucede aunque hay mezclas que no terminan de combinar bien, como en El Congreso de Ari Folman, según Fuertes, que le devolvió a una animación que nunca le gustó y describe como “una broma pesada”.
La princesa Monoke, una de las películas favoritas del estudio de Miyazaki. Fuente. |
Cazadores de sueños
Ahora, que la tecnología ha avanzado tanto que puede crear mediante efectos especiales cualquier fantasía, haciendo que el único límite sea la imaginación y la técnica, ¿cuál es el propósito de la animación? Fuertes sigue buscando la respuesta mientras trabaja sin parar en películas como Ghosthunters, basada en las novelas de Cornelia Funke, la prestigiosa autora tras Corazón de Tinta. Ghosthunters, una historia que recuerda en su argumento a los Hombres de Negro y a Casper, entre otras obras. Y sí, de nuevo fantasmas, ya que trabajó en su día en la película Casper de Brad Silberling, donde desarrolló la animación de los tíos del protagonista. Ghosthunters ha sido una cinta donde si bien la técnica y el guion estaban cerrados, Miguel Ángel lo pasó bien a la hora de llevar a cabo la animación del film debido en parte a que, aunque es una película para un público infantil, la entrada de un personaje en el tercio final dotó de cierta acidez a un proyecto del que se siente satisfecho con su labor en cuanto a la animación.
No siempre se puede decir esto, porque cuando se le pregunta a Miguel Ángel si es capaz de hablar de lo mejor de su carrera, de qué filmes se queda de aquellos que ha animado, él prefiere “mejor hablar de los que no, es más fácil”. Algunos ejemplos de esas películas que no disfrutó: “El Regreso de la Momia tenía una renderización horrenda. La animación era muy buena para la época, pero renderización y animación deben ir a la par”. Otra de las películas de las que tampoco se sintió satisfecho es El Hijo de la Máscara, pero, sobre todo,Van Helsing. Fuertes era el encargado de dotar de la habilidad del vuelo a las Novias de Drácula. Cansado del efecto de vuelo en el que los personajes son incapaces de mover las piernas, “como miembros inertes”, decidió convertir a estas vampiresas en seres voladores capaces de danzar como una bailarina bajo el agua, con movimientos refinados que se acercaban al Miguel Ángel del Renacimiento, algo que no convenció al alto mando tras la cinta protagonizada por Hugh Jackman, que prefirieron el efecto que finalmente se vio en la película.
El rey escorpión de El regreso de la Momia. Fuente. |
Carrera más allá de la nostalgia
Pese a las decepciones, Fuertes siempre conserva lo mejor: lo que le aporta cada una de las películas en las que ha trabajado, por ejemplo, reconoce el placer de haber estado tras la creación de Sebulba, el piloto archienemigo de Anakin Skywalker en La Amenaza Fantasma, la primera de la trilogía de precuelas de la saga galáctica de Star Wars que decepcionó a parte del público aunque fue un gran éxito de taquilla. Puede que los aficionados que crecieron con la trilogía original pasasen por caja en un alarde de nostalgia, pero esta misma jugó contra ellos y la cinta, afirma el entrevistado, como en su día lo hizo con la saga de videojuegos Halo, que tras tanto esperar hizo que todos los aficionados fueran alejándose de ella. “Cuando hay expectativas, la decepción es segura”. Y eso es lo que puede pasar ahora con Star Wars. Episodio VII. El Despertar de la Fuerza, cuyo tráiler se ha convertido en uno de los más vistos de la Historia hasta el momento. “Parece que Abrams regresa a lo que Lucas dejó de lado en las precuelas, pero claro, no puede contar lo mismo porque el espectador se quejará, parece que lo que busca será contar algo diferente”.
Ese desafío entre la nostalgia y las expectativas se repite en el tráiler de Parque Jurásico IV, Fuertes trabajó en la segunda parte de la saga de películas que supuso una revolución en el apartado técnico a la hora de crear a los dinosaurios (llegar hasta ellos fue lo que impulsó a que Lucas hiciera las precuelas, creyendo que la tecnología ya le permitía contar su historia tal y como quería). Muchos fans se han quejado del acabado de los dinosaurios del tráiler de la nueva entrega, pero Miguel Ángel Fuertes reconoce que no lo ha visto ni tiene ganas de hacerlo. ¿Y qué vemos entre el caos de la nostalgia, las adaptaciones, los remakes...? ¿Qué historia podemos escuchar o disfrutar para un amante de la narración, un storyteller, como Miguel Ángel? La posible respuesta se atisba en el caos: el público cada vez tiene más cultura visual, cada vez ven más productos cinematográficos, entre películas, series… El artista tiene que correr para ir delante del espectador, para intentar sorprender “como en la serie Sherlock, donde a veces van tan rápido que te pierdes, pero gracias al DVD ahora puedes volver y pillarlo todo”.
La pregunta para un servidor es obvia tras esta charla sobre cine, animación, industria, arte, su carrera: ¿sigue Miguel Ángel corriendo? ¿Sigue siendo una cometa buscando ese viento que le permita seguir volando, sin caer ni olvidar el camino? La respuesta es sí, aunque en ocasiones desfallezca como todos, pero lo importante es que siempre reemprende ese viaje más allá de tormentas y sequías. “Llevo tiempo aprendiendo de los directores y las películas en las que he trabajado. Por ahora es como sacarse el carnet de conducir, ahora todo es teórico, pero no descarto dar el salto y dirigir más cosas”. También hay más proyectos como crear una web sobre arte prehistórico o películas en formato IMAX con música orquestal en directo. ¿Y la respuesta a si quiere seguir sorprendiendo? Como habrán entendido, está aquí, a simple vista, a lo largo de todo lo hablado: quiere seguir sorprendiendo. “Y haciendo soñar, es lo más importante que tenemos”, nos dice. No cabe duda. Gracias, Miguel Ángel. Gracias, Morfeo.
Sebulba, el villano de La amenaza fantasma, animado por Miguel Ángel Fuertes. Fuente. |
© Copyright de la imagen de portada: Tatiana de la Rosa Jiménez.
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