Crítica de Daredevil: Born again de Frank Miller y David Mazzucchelli, auge y caída de un superhéroe

Daredevil de Born Again es una de las épocas más emblemáticas del personaje. Fuente.


“Pero como no me muero, he de seguir adelante. Después de un tiempo, de algún modo logro dejar de sentir el dolor... en parte... Pasado un tiempo, solo sufro una agonía”- Matt Murdock.

Existen cómics que trascienden su época y nos entregan momentos sorprendentes que marcan para siempre una etapa del noveno arte. Born again es uno de ellos.
 
A finales de los '80, el cómic de superhéroes creció, gracias a un compendio de obras fascinantes que todavía hoy no han perdido vigencia. Por supuesto, tenemos Watchmen o La broma asesina, escritas por Alan Moore, pero no podemos olvidar a Frank Miller que, junto a Batman: El regreso delCaballero Oscuro y Daredevil: Born again, dio un paso más allá en el mundo del cómic de superhéroes.
 
No se puede decir lo suficiente sobre los números que componen la etapa de Born again de Daredevil. Pueden escribirse ensayos, críticas y libros... y siempre habrá un nuevo enfoque para esta historia sobre caída y retorno de un héroe masacrado.
 
Pese a que son solo un par de episodios dentro de continuidad, Born again compone uno de los arcos argumentales más fascinantes de la historia del cómic de superhéroes, no solo de Daredevil. Es similar a la consagración de lo que empezaron a hacer Stan Lee, Steve Ditko, Jack Kirby y compañía en los años sesenta, en los primeros días de Marvel, cuando la premisa fue que los superhéroes tuviesen pies de barro, que, pese a tener superpoderes, también tuvieran problemas mundanos. Y en un par de décadas, Frank Miller comprendió que esos problemas podían ser: la depresión, las drogas y el sentido de fracaso del inocente frente a la corrupción. 
 
Daredevil se convierte en una figura mesíanica en este cómic que refleja su muerte y resurrección. Fuente.
 
Muerte y resurrección
 
Por supuesto, Frank Miller “hibridó” el género de superhéros con el criminal, tanto de los cómics como de las películas de cine negro. Mientras vemos a Matt Murdock deambular por una Cocina del Infierno digna de ser otro de los anillos del averno de Dante, no nos extrañaría toparnos con el Travis de Taxi Driver o con la mafia de los Corleone del Padrino.
 
Murdock cae y lo hace con fuerza. Después de que su antigua secretaria y su eterno amor, Karen, decida vender su identidad, decir que el abogado ciego es Daredevil, a un camello para lograr otro chute, esa información llega hasta Wilson Fisk, el rey de los mafiosos, que decide convertir la vida de Murdock en una auténtica tragedia. No va a matarlo, va a destruirlo, hacer que desee estar muerto. Y es así como Wilson Fisk se convierte en la perfecta némesis de Daredevil y lo hace aceptando que es un auténtico monstruo de la naturaleza, que nadie puede pararlo.
 
La caída de Murdock es dramática, llena de grandes momentos, con secundarios de lujo como Foggy y, sobre todo, un Ben Urich que aporta el enfoque periodístico en la época en la que el Watergate convirtió a un par de periodistas en héroes.
 
El tercio final nos hace pensar en cómo cambió Frank Miller y en cuánto influyó su juventud o sus editores en su visión del mundo, con la aparición de ese mercenario estadounidense, el cruel y lunático Nuke, un experimento fallido, un aborto de Capitán América entregado a las guerras que el imperio capitalista desea. Para estar escrito por Miller, quien décadas después escribiría obras sumamente panfletarias como Holy Terror, es llamativo cómo hace que el propio Capitán América reflexione sobre su origen y el papel de Estados Unidos en el contexto político.
 
La debilidad del superhéroe en tres portadas. Fuente.

Caída de un superhéroe

 
Por supuesto, como en las antiguas tragedias griegas, la caída del héroe, su hamartía, conduce a una sensación de épica cuando Frank Miller decide que Matt se levante de nuevo y tome su manto para hacer justifica y esas viñetas convierten a Born again en una obra que se sigue leyendo y que, sobre todo, se sigue disfruntando.
 
Acompañado del estupendo trabajo de Mazzucchelli en el dibujo, el guion de Miller brilló y se convirtió en una auténtica joya. Como ya he dicho, no hay páginas suficientes para hablar de Born again, para transmitir todo lo que significó para el lector, para sus autores y para el medio, pero sí puedo hacer esta recomendación y pedir que acudan a las páginas suficientes, las que componen la obra original. Lea este cómic. Maravíllese con la caída y el alzamiento de Daredevil, con el renacimiento de este héroe, sus autores, el lector y, por supuesto, el mundo del cómic.

“He tenido una pesadilla, donde todos me odiaban y me arrebataban todo. No. Kingpin es el múnico responsable. El rey del crimen descubrió mi identidad secreta. Eso no ha sido un sueño”- Matt Murdock.
 
Daredevil quedaría para siempre reivindicado gracias al trabajo de Frank Miller. Fuente.

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