El miedo lo cambia todo: crítica de La niebla de Frank Darabont

 

La niebla es una de las películas más trágicas de aquellas basadas en la obra de King. Fuente.

«As a species we're fundamentally insane. Put more than two of us in a room, we pick sides and start dreaming up reasons to kill one another. Why do you think we invented politics and religion?»

Una pandemia puede cambiar hasta nuestro sentido de lo que es real y lo que es ficción. Ver cómo lo insólito o lo inimaginable (cifras de muertos que se dan como simples cifras y no vidas, mascarillas por doquier, miedo a acercarse a otros, gente con monos blancos y máscaras limpiando las calles…) surge a nuestro alrededor, nos hace pensar que cualquier cosa, por extraña que parezca, puede ocurrir. Por eso, cuando veíamos en 2007 La niebla de Frank Darabont pensábamos que era una simple fantasía surgida de la mente perturbada de Stephen King, pero si algo ha demostrado el escritor de Maine y uno de sus mejores adaptadores es que el horror más real es aquel causado por la gente que nos rodea. Todo lo que ocurre en ese pequeño supermercado ahora se nos antoja más que pausible cuando en nuestra realidad hemos visto cómo la gente arrasaba con las existencias, caía en el fanatismo, se dejaban llevar por su egoísmo…

Pese a que Stephen King es creyente y su hija trabaja como reverendo, King habla muchas veces del fanatismo: Carrie, La Torre Oscura: El pistolero, La niebla... Darabont lleva a una de sus fanáticas más famosas a la gran pantalla. Fuente.

Entre monstruos

Después de una fuerte tormenta, una misteriosa niebla envuelve toda una ciudad. David Drayton queda atrapado en un supermercado junto a su hijo y otros clientes y empleados que representarán un perfecto microcosmo de nuestra sociedad. Dentro, entre los refugiados, el infierno. Fuera, en la niebla, la pesadilla.

Frank Darabont comenzó su carrera participando en el programa Dollar Baby de Stephen King. A cambio de un dólar por los derechos, Darabont podía realizar una adaptación de uno de los cuentos de King. El autor quedó impresionado y solo fue el principio. Darabont dirigiría más tarde Cadena perpetua (basada en Rita Hayworth and the Shawshank Redeption) y La milla verde, dos de las mejores películas que adaptaban la obra del escritor estadounidense. Esta trilogía -hasta el momento- se completó con la que quizá es la más floja de las tres y, sin embargo, la que más nos dice del mundo actual que vivimos: La niebla.

Como casi siempre en el terror, al final nosotros somos los villanos. Fuente.

La película funciona gracias al reparto capitaneado por Thomas Jane (como David Drayton, el diseñador gráfico que crea pósteres para películas y deberá proteger a su hijo Billy de la niebla y todos los enemigos que van surgiendo -y no siempre son seres de otra dimensión); Jane volvería a otra adaptación de King con 1922. La actriz Laurie Holden como la maestra Amanda Dunfrey parece que ya se iba preparando para su papel de The Walking Dead. Destaca Marcia Gay Harden como Mrs. Carmody, que parece que iba a la misma iglesia que la señora White de Carrie.

Como ya hiciera King en su relato corto, Darabont utiliza a los personajes para profundizar en varios aspectos de nuestra sociedad. Toby Jones interpreta a la sociedad simple, pero buena, cuando encarna al empleado Ollie Weeks; Andre Braugher como el juez Brent Norton representa al poder y los negacionistas, a aquellos que son incapaces de olvidar el pasado; William Sadler es el cambio desde la negación hasta la aceptación de la religión del odio de Mrs. Carnody… Tenemos violentos, suicidas, gente que se arrepiente de las oportunidades perdidas (Alexa Davalos como Sally), unos niños sin futuro (que vemos en el propio hijo del protagonista), pecadores que no saben que lo eran como Jessup -que representa el poder militar lejos de clichés- (interpretado por Sam Witwer, la voz de Darth Maul)… Si La niebla continúa funcionando es porque nos plantea: ¿qué haríamos nosotros ante una situación como esta? Al fin y al cabo, uno no sabe si se asusta más de los monstruos de fuera o los de dentro del supermercado.

No era la primera vez que Stephen King nos mostraba la desolación en una novela, ya lo había hecho por ejemplo en Apocalipsis, pero Darabont traslada perfectamente la atmósfera. Fuente.

 El final del viaje

Por el camino, tenemos muchas grandes escenas y momentos desagradables donde vemos a qué se reduce el ser humano cuando se enfrenta a un cataclismo: desde la incredulidad hasta el fanatismo religioso, pasando por el odio y el enfrentamiento. 

Frente al clasicismo de las dos cintas cinematográficas dedicadas a King que hizo Darabont, el creador opta aquí por tomar cámara en hombro e intentar transmitir la sensación de que todo lo que ocurre ante la cámara es real, como si de un falso documental se tratase (Darabont quería que fuese en blanco y negro, cuestión que recordaba a La noche de los muertos vivientes de George A. Romero; conseguiría esta versión en blanco y negro como un extra del DVD). 

Si muchos recuerdan La niebla no es por los efectos especiales que puede que ya hayan quedado desgastados, sino por un final tan trágico que ha pasado a la historia del séptimo arte como uno de los finales más crueles. King dejaba su noveleta con una sensación de pesadumbre, un final abierto para que cada uno decidiese. Darabont decide que su versión tendrá un final desgarrador, donde el héroe se da por vencido y sucumbe ante la tragedia.

Algunas personas sostienen que el mensaje se alía con la fanática religiosa, pero no creo que sea así, creo que se alía con la primera clienta del supermercado que pide ayuda (interpretada por Melissa McBride) para ir a buscar a sus hijos a casa y nadie, absolutamente nadie, la ayuda. Cuando aparece de nuevo al final, en su mirada resuena la respuesta que le dirigía el protagonista: «yo tengo mis propios hijos [que proteger]».

Después de los trágicos últimos minutos donde se recorre un páramo desolado por criaturas que se imponen como nuevos señores del mundo y que nos evocan a los dioses del horror cósmico de H. P. Lovecraft o los que poblaban el final de Las tierras baldías de La Torre Oscura, Frank Darabont se quedó con ganas de seguir explorando el horror y las consecuencias del apocalipsis tras La niebla y se involucró en la primera temporada de The Walking Dead, antes de marcharse tras varios enfrentamientos con la cadena. Tras el fracaso de Mob City, Darabont se ha quedado perdido en la niebla. Aguardemos que encuentre el camino y vuelva tras las cámaras y, si es con una obra de King, mejor.

Criatura digna de Lovecraft que aparece en uno de los momentos finales de la película. Fuente.

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