Crítica de Palm Springs, agradable sorpresa en el panorama de la comedia. Fuente. |
Palm Springs, bajo la premisa del bucle temporal, es una película que nos hace volver siempre al mismo momento: al instante en el que podemos decidir qué hacer con el resto de nuestras vidas. Eso siempre se agradece.
Madurar es el primer paso para pudrirse. La vida es tan perra que, a menudo, nos conduce a los terrenos de esa enfermedad que es la nostalgia. Nos hace mirar atrás y pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En ocasiones, lo era. ¿No estaría bien poder quedarnos en el pasado, viviendo siempre el mismo día, protegidos por una broma pesada de la física cuántica? El amor, el desengaño, la infelicidad… son conceptos que se repetirán siempre, pero ¿qué más da frente a una existencia absurdamente vacía? Acaso, ¿no lo es siempre? La película Palm Springs responde a esta cuestión a través de la simbología de su premisa.
Groundhog Day redux
Hay películas que, pese a sus imperfecciones o groserías, logran conectar con el público, aunque la premisa sobre la que trate, como es el caso de un bucle temporal, no sea nueva (no por ello Palm Springs merece el olvido). Son películas que te caen bien, como tu primo el pesado o ese idiota que hace vídeos en YouTube y no puedes dejar de verlo, esperando que le dé una embolia en directo o haga algún día algo interesante.
Más allá de los toques de humor más chabacanos (The Lonely Island tiende su larga sombra sobre ella), Palm Springs resulta una comedia fresca y con un toque algo gamberro a partir de un punto de partida que ya vimos en El día de la marmota (o Atrapado en el tiempo o como la quieran llamar los traductores). Puede que encaje con el aire renovador de algunas comedias infravaloradas como la fantástica Community, que cada capítulo decidí hacer algo nuevo y extraño en el terreno de las sitcoms, pero Palm Springs acaba siendo clásica en su desarrollo y en el mensaje final de vivir el momento y no quedarse anclado en el pasado; dos temas muy interesantes, abordados desde la perspectiva actual, pero que tampoco sorprenden con un enfoque nuevo.
Puede que lo mejor para el espectador es que la vea sin esperar nada. Incluso leer lo siguiente podría jugar en su contra: la dama de honor Sarah queda atrapada en un bucle temporal que le hace repetir cada día la boda de su hermana pequeña. No se queda atrapada sola, sino que le acompaña Nyles, un tipo que lleva demasiado tiempo en ese bucle y ha aceptado vivir su vida del modo más inmaduro posible, protegido siempre por esa burbuja de la que no puede escapar.
Puede que fuese mejor quedarse boquiabiertos, como en Bienvenidos al fin del mundo, cuando Edgar Wright nos daba una buena patada haciendo que pensásemos que estábamos ante una película de colegas que se reencuentran y acabase siendo una peli sobre robots que suplantan a humanos o algo así.
Andy Samberg es el Adam Sandler bueno. Fuente.
The Beginning is the End is the beginning
Si el guion es fresco, con ese toque ochentero reforzado por la banda sonora, la dirección poco dice gracias a ese montaje a toda pastilla donde lo que al final suele salvarlo es su resparto. Muy destacable el papel que hace Andy Samberg que, más allá de conseguir que J. J. Abrams hiciese algo bueno en su carrera (su famoso solo de Cool guys don’t look at explosions, que demostraba saber manejar mejor un solo que a un Solo), interpreta aquí a un inmaduro, grosero, pero también tan simple y naíf como un adolescente… Básicamente, se interpreta a sí mismo.
En cuanto a Sarah, Cristin Milioti cautiva con su frágil Sarah y nos hace recordar que más allá de su capítulo de Black Mirror, también es capaz de captar esa magia que ya demostrase cuando canta, como lo hizo en Lazarus, el musical de David Bowie, donde su voz resonaba con Always crashing in the same car.
También aparece J. K. Simmons, que lleva encarnando a amargados desde que fuese J. J. Jameson o el genial profesor de Whiplash, y que aquí nos deja con la dosis de moralina que tanto le gustan a este tipo de comedias. Por mí, que siga así de amargado el resto de su vida.
Palm Springs, bajo la premisa del bucle temporal, es una película que nos hace volver siempre al mismo momento: al instante en el que podemos decidir qué hacer con el resto de nuestras vidas. Eso siempre se agradece.
La vida adulta definida en una imagen: Cristin Milioti en Palm Springs. Fuente.
¡Hey!
ResponderEliminarMe ha gustado tu crítica, esta película es la típica que piensas que no es una maravilla pero aún así la ves xD. Yo me lo pasé bien viéndola, tenía una premisa interesante y una visión de la vida curiosa. A veces el pasado puede estar bien, pero también te puedes dar cuenta que no era tan bonito ni tan maravilloso como lo recordabas.
Así que una película para pasar el rato y simpática. Los protagonistas lo hacían muy bien y como dices, a veces salvaban la película, pero aún así muy disfrutable.
Muchas gracias por hablarnos de esta película.
¡Hasta la próxima!
¡Hola!
EliminarMe alegro de que te haya gustado la película y que haya sido más de lo que esperabas. Yo creo que juega muy bien con las expectativas y casi que es más oportuno no saber nada de ella y dejar que te sorprenda.
Creo que los personajes son la clave de esta película, al igual que la parte del guion que no cae en lo más vulgar.
Muchas gracias por tu comentario, ¡hasta el próximo!