A propósito de Patrick Rothfuss y el final que no termina

El nombre del viento fue un libro que consiguió un éxito abrumador en el género fantástico. Su mezcla de los tópicos de la fantasía, pero con cierto aire a lo Dickens, fue un triunfo sobre todo por la capacidad de Patrick Rothfuss de contar la vida de su amado protagonista Kvothe. Recuerdo que me enganché a su lectura allá por 2011 y que me dejó un sabor agridulce por su precipitado final y algunas cuestiones (como el tratamiento de los personajes femeninos, que no me convencían); hablé más de él aquí.

En 2013 vio la luz la segunda parte, El temor de un hombre sabio, que dejó todo preparado para una épica conclusión. Mi pareja abandonó la lectura del libro y, aunque yo la inicié, no encontré suficientes incentivos para continuar, ya que la imagen de Rothfuss empezaba a resultarme cargante en las numerosas conferencias en las que aparecía y el propio libro se me presentaba menos atractivo que otras opciones de lectura que he tenido desde ese momento.

Dejando de divagar, diré que el problema con la tercera entrega (por el que ha resurgido la trilogía en estos días) es que esa épica conclusión, años después, no se ha publicado. Ni se ha escrito, parece ser. No es la novela por la que más se haya tenido que esperar, pero sí que ha crispado a muchos aficionados con su indefinida fecha de publicación. Y es que salvo algunos comentarios de cierta vaguedad, no se ha sabido. Rothfuss ha hablado sobre cómo tiene un borrador de ella desde hace años, pero que lo ha reescrito en incontables ocasiones y busca la perfección, enviándole partes a sus lectores beta, y volviendo sobre lo escrito una y otra vez, reconociendo que su avance está siendo problemático.

Pero ¿qué avance?

Portada-de-El-Nombre-del-Viento
Portada de la edición aniversrio del primer libro.

Patrick Rothfuss contra las teclas

Las fantasías se rompen tan fácilmente como los sueños. Por las palabras del autor, sus seguidores esperaban un futuro halagüeño, pero la semana pasada saltó la noticia de que la editora del escritor Patrick Rothfuss había mostrado en Facebook su disgusto hacia la percepción del trabajo editorial y llegó a comentar cómo no había recibido ni una página del tercer volumen que finalizará la trilogía escrita por Patrick Rothfuss. Es más, dudaba de que hubiera escrito algo. (No tiene desperdicio, podéis leer un seguimiento de toda esta historia en El Caballero del Árbol Sonriente y en Kirkus).

La verdad es que entre El temor de un hombre sabio y su anhelada conclusión, Rothfuss ha publicado un cuento infantil (que como lector no me dijo mucho), ha trabajado en el guion de un crossover en formato de cómic de Rick y Morty y Dragones y mazmorras (no me gusta la serie ni me llama la atención este tebeo) y escribió el spin off de la trilogía principal llamado La música del silencio, con Auri como protagonista (una novelita interesante y poco más), pero la impaciencia de los fans ha llegado a unos límites insospechados y cuando la editora ha dicho que duda de que Rothfuss haya escrito ni una palabra de ese último libro, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Los fans del género fantástico llevan años esperando la conclusión de dos de sus sagas preferidas: Canción de fuego y hielo de George R. R. Martin y la trilogía del Asesino de Reyes de Patrick Rothfuss. Sin embargo, aunque muchos lectores ven similitudes entre estas esperas, en el caso de George R. R. Martin, el escritor ha compartido algunos capítulos de Vientos de invierno y ha publicado Fuego y sangre, aunque la espera se haya vuelto tan terrible que muchos aficionados lo insultan en redes sociales cuando comparte algo que no tiene que ver con sus libros, cuando la serie los decepciona o cuando comenta que avanza, aunque lento, en la escritura de este penúltimo tomo (ha llegado a afirmar que el confinamiento le ayudó a centrarse). No obstante, en el caso de Patrick Rothfuss, salvo lectores beta y algunos amigos del autor que afirman haber visto el borrador de la tercera parte, no se ha sabido nada, pese a que el autor estadounidense es muy activo en redes, ha ido a diversos encuentros con los fans y ha asegurado que estaba intentando hacer una tercera parte perfecta. Por el camino, su proyecto de una serie, una película y un videojuego de la saga han chocado abruptamente, sobre todo cuando la cadena de televisión pasó del proyecto y eso que Rothfuss decía contar con el exitoso Lin-Manuel Miranda, compositor y creador del fenómeno Hamilton. Su gozo en un pozo y "una perturbación de la Fuerza" que hace que los aficionados recuerden como cierta serie de televisión concluyó antes que los libros finales de Martin y acabó siendo un chasco de épicas proporciones (nunca mejor dicho). Mientras que los editores de Martin reconocían la lentitud del autor, pero su progreso (al fin y al cabo), reafirmamos que la editora de Rothfuss ha dicho que no ha visto ni una palabra. Y ha borrado dichos comentarios tras, seguramente, un toque del agente del autor.

Y aquí entran varios temas en juego, desde mi punto de vista. En primer lugar, jamás justificaré que los lectores acosen a un escritor con insultos y malos modos; creo que la ansiedad por saber un final, no justifica que se le haga daño a nadie, por mucho que quiera entender lo duro que no es recibir el final de tu dosis de ficción. Aparte de eso (que asumo como evidente), por un lado, puede que la editora tuviese que haber arreglado esto en privado (y ahorrarse las palabrotas y algunas expresiones cuestionables); aunque imagino que si ha estallado ha sido por algo más que los retrasos de Rothfuss (estos son suficiente motivo para hundir a una pequeña editorial, eso sí). Solemos ver a los editores como sanguijuelas, pese a que forman parte necesaria del antiguo modelo del mercado editorial (que está colapsando actualmente).

Por otro lado, haciendo tal vez de abogado del diablo (o del artista… o, quizá, el artista sea el diablo), puede que la presión que esté aguantando Patrick Rothfuss, que ha tenido diversos episodios de depresión y ataques de ansiedad, esté haciendo mella en su trabajo artístico. Debe ser duro escribir algo que sabes que decepcionará a mucha gente solo por existir y a muchísimos más por no hacerlo. No quiero dudar sobre la existencia del borrador de la conclusión de su trilogía, quiero pensar que sí, que se lo ha pasado a sus amigos (aunque ¿por qué no a su editora? A saber…), pero sí que me hace pensar en que, una vez el fervor del fan es tan grande que convierte al autor en una Sherezade, todo puede destruirse con una facilidad inusitada.

Mientras que muchos aficionados se muestran partidarios de esperar lo que haga falta a Rothfuss, otros reniegan de él diciendo que ya nos le interesa el final. Aquí entra en juego otra variante: ¿queremos una novela pronto y mal o una novela tarde y bien? Seguramente, lo segundo sea preferible, pero ¿cuánto de tarde es permisible? Pues, por supuesto, lo que estime el autor, a riesgo de perder a algunos lectores.

Ilustración de Dan dos Santos para la edición conmemorativa. Fuente.

Su propia magia

Un último detalle: no seamos tan ingenuos y profundicemos en la figura mediática de Rothfuss, ¿es tan misericorde el padre de Kvothe con otros autores? No olvidemos sus críticas en Goodreads hacia el trabajo de otros autores consagrados como Arthur C. Clarke y Alan Moore. Por supuesto, un escritor puede opinar sobre otros, pero no debería olvidarse de cierto decoro, sobre todo cuando habla de casas terminadas y la suya todavía está a medio construir, por mucho que algunos ya le hayan construido un trono en el género fantástico.

Puede que el gran problema sean las expectativas. No olvidemos cómo Rothfuss ha sido endiosado como uno de los grandes de la fantasía, pese a sus pocos trabajos -pero de calidad- publicados (y sin concluir en el caso de la ya citada trilogía). Joe Abercrombie, Brandon Sanderson y Patrick Rothfuss forman ese triunvirato de autores en auge dentro del género fantástico que cualquier festival de lo fantástico se rifan. Olvidamos al rey, que parece ser George R. R. Martin, aunque Steven Erickson con Malaz ha entrado en el duelo y no olvidemos a Andrzej Sapkowski, al que le importa un bledo si te gusta su obra o no, y nos referimos a Geralt de Rivia, el James Bond (lo siento por forzar el símil) de The Wither. Volviendo al triunvirato, Abercrombie es un autor grimdark, de fantasía oscura, publicado en España por Alianza, gracias a obras como La voz de las espadas, Un poco de odio o Medio rey; algunos piensan que es el Guy Ritchie del fantástico, yo creo que es una comparación forzada, como decir que Juego de tronos era El Señor de los Anillos mezclado con El Padrino. Sobre Brandon Sanderson, todos lo adoran en las redes sociales y lo llaman el salvador del género fantástico gracias a sus tediosos sistemas de magia que se suponen que son bestiales por sistematizar mediante el infodumping y mediante el tutorial que todos nos saltaríamos en un videojuego; de poco importa la similitud de sus tramas o la poca credibilidad de muchos personajes femeninos, pero Sanderson cumple y es prolífico: Elantris, El Archivo de las Tormentas, Nacidos de la Bruma… Si encuentras un post criticándolo, guárdalo. No suele darse. Sobre Rothfuss, es el ponente “carismático” de las conferencias las que habla sobre cómo Sanderson y él han renovado el género, no duda en criticar en Tolkien y tampoco en mostrarse altanero en sus declaraciones. El gran problema es que Abercrombie y Sanderson cumplen con las fechas de entrega y resultan prolíficos, comentando el avance de su obra cada cierto tiempo. Rothfuss no. No olvidemos cómo ha criticado en multitud de ocasiones a Tolkien, sin el cual, no habría género fantástico tal y como lo conocemos ahora, y el cual acabó su novela a tiempo (es más, la trilogía de El Señor de los Anillos fue presentada como un solo volumen y el editor decidió dividirlo).

Hay muchos "puede" a continuación. Puede que la imagen de Rothfuss haya jugado en su contra. Puede que el hecho de anunciar proyectos multimedia que recuerdan a cierta serie fallida de HBO le haya hundido para algunos. Puede que las palabras de su editora hayan sido otro clavo en su ataúd. Puede que escribir bajo las miradas de todo el mundo le hayan hundido.

Neil Gaiman decía que los escritores no eran las meretrices de los lectores, que no podían exigir constantemente su nueva dosis de ficción de un modo cruel o salvaje (como ya he comentado), pero en el caso de Rothfuss, mientras alienta los comentarios negativos sobre autores clásicos o comparte tuits y posts, quizá también ayudaría que se centrase en mejorar la relación con su editora y con sus lectores, pero ¿está bien? Lo principal sería que Rothfuss se encontrase bien de salud, sobre todo psicológica, puede que los bandazos en su obra se expliquen por estos problemas que sufre. Puede que el lector, que ha seguido con fervor sus dos primeras obras y anhelan conocer el desenlace, sientan que Rothfuss les debe todo y, aunque Rothfuss puede que esté en deuda con sus lectores, siempre será una decisión suya.

Esperemos que concluya su novela. Esperemos que se recupere. Esperemos que los fans comprendan que los ídolos no deben elevarse para tumbarlos a martillazos. Esperemos siga encontrando en el arte una vía de disfrute y no un vía crucis. Esperemos que recuerde el nombre del viento y este le lleve a tiempos más favorables.


4 comentarios:

  1. Gracias. Muy interesante el artículo. Soy de esos que esperamos el cierre de la trilogía de Rothfuss. La espera, jode. Pero si al final nos encontramos con un cierre digno, habrá merecido la pena. Mejor antes que después, claro, pero, sobre todo, espero que retome el pulso narrativo y el crescendo de las dos anteriores.
    Un saludo.

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    1. Como tú, aguardo que Rothfuss se mejore y consiga terminar su trilogía de la mejor manera posible. Creo que nadie ganaría con lo contrario. Eso sí, pienso que quizá sus opiniones deberían "serenarse" antes de generar polémica con otros autores o su legado, mientras que él ha sido incapaz de cumplir con su editora por lo que parece.
      ¡Muchísimas gracias por tus palabras, por tu opinión y por tu comentario! ¡Saludos!

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  2. Eso sin duda. Está feo lo diga de quién lo diga. Pero si encima es sobre Tolkien de mis entretelas...
    En fin, puede que sus temas mentales le hagan tomar malas decisiones, puede que sea todo (incluido lo que dice su editora) un plan de marketing agresivo, o puede que sea un capullo. (O varias de las opciones a la vez)
    Esperaremos, tal vez para siempre.
    ¡Un saludo!

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    Respuestas
    1. Esta semana me vi la entrevista que le hicieron en Fundación Telefónica (recomendable si obviamos el egocentrismo de uno de los entrevistadores), y Rothfuss hablaba de que su modo de escritura era muy obsesivo, que podía escribir durante horas un día y luego dejarlo parado, y que tenía varios borradores con varias versiones de un mismo hecho al estilo "elige tu propia aventura"... y durante varios momentos de la entrevista, reconocía que la presión lo rompía. Esperemos que se mejore y sepa tomar mejores decisiones, como bien has señalado.

      Muchísimas gracias por tu comentario y aprovecho, si no te importo, para dejarte el vídeo que hice hablando del primer libro aprovechando todo esto: https://www.youtube.com/watch?v=dwxzqLA5lho&t=1s

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