He aquí un pequeño collage con varias historias que me han marcado a lo largo de mi vida (aunque faltan muchas más y, sobre todo, esas vitales de las que no quedan fotos). Si algo sé es que cada uno escribe su historia y la mía está llena de otras historias, de ficciones que parecen reales y de reales que parecen ficciones. Hay años donde aprendes tantas cosas que podrían valer como décadas... y
siempre daré las gracias por aprender, ya que, mientras uno aprende,
uno está vivo y estos últimos doce meses han sido meses de aprendizaje,
descubrir mundos, pensar, esperar, crear, ayudar... Si miro diez años atrás, a esos diecinueve donde todo era miedo y ambición, y pienso hasta donde he llegado y cuántas sorpresas ha albergado este viaje, me siento animado por haberlo recorrido y entusiasmado por el camino que estoy por recorrer. Doy las gracias por ello, porque uno nunca sabe cuándo esta historia termina, pero sí deberíamos saber que hay que disfrutar el camino: disfrutar de las personas que nos rodean, dar las gracias por lo que tenemos, soñar con lo que podemos alcanzar, escribir imposibles, leer, escuchar música, reír, hablar, pensar... Donde, a veces, encuentro el estúpido temor de la treintena, ahora encuentro el entusiasmo por cada momento vivido y por vivir. Aguardo que los próximos doce meses se colmen de buenas historias, que superemos los baches y que juntos podamos escribir este relato común. Infinitas gracias.
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