Prometí que solo me quedaría con Barley Lightfood, el elfo heavy y aficionado a los juegos de rol de Onward, pero ¿cómo separarlo de su hermano Ian? Si algo me gustó de la película de Onward, aparte de la trama de los hermanos y la familia, y dejar partir a los que se han marchado, es el concepto de la magia que rodea la película.
En el mundo de Onward la gente ha dejado de utilizar la magia porque la considera más caótica que la tecnología y los seres fantásticos malviven de sus viejas glorias, con una mantícora abriendo un restaurante temático, o con los unicornios hurgando en la basura como perros callejeros o mapaches. Considero que es una visión sumamente interesante de la magia, más cerca a la visión del escritor Terry Pratchett en algunos de sus libros o el estilo más desmitificador de algunos autores de los últimos años. Y todo eso lo tenemos en los primeros cinco minutos de la película donde, por supuesto, se demuestra que Pixar es todavía capaz de contar grandes historias.
Si no la habéis visto, aguardo convenceros con este texto que escribí a principios de verano (¡qué rápido pasa el tiempo!). Espero que os guste, no solo por la magia de la que os he hablado, sino por la relación de los hermanos, porque ¿cómo iba a separar a Barley e Ian si los iba a tener protegiendo mis libros de fantasía?
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