Si algo he aprendido en estos últimos años, es el valor de saber esperar, de no precipitarse, de aguardar. Ya sea por una historia, ya sea para una regañina al alumnado, ya sea para dar tu opinión... No es caer en el "talk less, smile more" del Aaron Burr de Hamilton, pero sí esperar, ver y, si hay que hacerlo, actuar. La impulsividad puede llegar a ser una enemiga de lo correcto.
Todos guardamos en nuestro corazón una fortaleza, aunque nos olvidemos o parece que haya sucumbido a infinitos asedios. Todos necesitamos detenernos, pensar y recordar que cada uno posee un castillo en lo más profundo de nuestras almas. Un castillo que solo sucumbre si nosotros queremos: ante personas, momentos, experiencias, libros... Pero debemos elegir, incluso cuando parece imposible.
Esta foto es de Fuerteventura, de cuando viajé por primera vez a la isla con motivo del Congreso de Jóvenes Lectores, donde los chavales que leyeron Devon Crawford y los Guardianes del Infinito me sorprendieron con una obra de teatro, un cortometraje y... una chirigota (George R. R. Martin, puedes tener una serie de HBO, pero ¿tienes una chirigota en Fuerteventura? Lo dudo). Se llama El Tostón (spoiler: no es un tostón).
Recuperé esta foto hace poco y decidí que, contra pronóstico y contra toda especie de reflexión, era mejor no hacerla esperar más para compartirla...
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