Los Picapiedra: ¿por qué deberías leer el cómic de Mark Russell?

Motivos para leer Los Picapiedra de Mark Russell. Fuente

Los Picapiedra fueron reinventados hace unos años por Mark Russell, pero, por desgracia, sigo aguardando que más gente lea el cómic. ¿Motivos? Para empezar, es uno de los cómics actuales más sorprendentes. Primero, es una sorpresa que un producto que es un relanzamiento de una serie clásica de animación se convierta en una obra más que actual sobre nuestra sociedad. Segundo, es una sorpresa, porque combina el humor, con los sentimientos y, por supuesto, con una sátira brutal hacia el ser humano. Tercero, es una sorpresa, porque se convierte, sin que lo pretendas, en una de tus series favoritas.
Todos (o casi todos... maldita brecha generacional) conocemos a los Picapiedra desde nuestra infancia. Fueron los dibujos animados de muchas generaciones. Pedro, Vilma, Pablo, Dino... todos son personajes que nos resultan familiares. Ahora bien, el guionista Mark Russell y el dibujante Steve Pugh someten a un proceso de deconstrucción a los personajes para volverlos todavía más actuales. Así, sus creadores pueden hablar sobre el capitalismo, el arte, la política, la guerra, la amistad, la religión, el matrimonio, la ciencia y muchos asuntos importantes sin perder un ápice de crítica y, por supuesto, de mordacidad. No es un panfleto, pero es una divertidísima y genial reflexión
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A lo largo de sus doce números, recopilados por la editorial ECC en España, nos encontramos con una joya inesperada que nos embarca en las aventuras de una familia que tiene que lidiar con un mundo prehistórico que, en realidad, es bastante cercano a nuestro mundo actual. ¿Se imagina usted campañas políticas basadas en el populismo? ¿Se imagina el impacto de la búsqueda de la apariencia por encima de la realidad? ¿Se imagina cómo la sociedad puede negar el auténtico arte en favor de las modas? Pues todo eso aparece en la prehistoria de este cómic, que es lo suficientemente inteligente para hacer eso y para tampoco sacrificar sus raíces. Es así como rinde un ferviente homenaje a la serie original con la aparición y reinvención de muchos personajes o frases clásicas como el Yabadabadu (vais a alucinar con su origen, por cierto). Además, no te pierdas los cameos de contrapartidas prehistóricas de Carl Sagan o Werner Herzog.

Aparte del estupendo y genial dibujo de Pugh, lleno de homenajes y juegos que nos recuerdan a los que presenciábamos por doquier en cómics como Top Ten, debemos destacar el guion. Mark Russell triunfa cuando más comprende su objetivo del cómic: burlarse de todo lo que haga falta e, incluso así, contarnos una historia que nos importe. Pocos tebeos actuales nos dan tantas ganas de compartir sus viñetas como este. Y es que cada nuevo capítulo, cada nueva viñeta, está cargada de momentos satíricos que enamorarán al lector más cínico.

¿Quién me lo iba a decir? Me acerqué a Los Picapiedra llevado por las buenas críticas (pero también con un poco de desconfianza) y, al final, se ha convertido en una de mis lecturas recientes preferidas. Más que recomendable.

Sátira en estado puro. Fuente

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