El último post que escribiré sobre Harry Potter. Fuente. |
El último
año ha sido un año de cuestionarse muchos temas que dábamos por asumidos y
replantearnos qué tipo de persona queremos ser. En ocasiones, cuesta, sobre todo cuando ese proceso pasa por derribar a tus ídolos. No me complace ese sentimiento de "matar a tus ídolos" porque sí, que impregna las redes sociales. Algunos lo consideran como un devenir punk y a mí me resulta simplista. Temas como "cancelar" tal cosa o "la muerte del autor" me producen cierto escalofrío. Lo que sí sé es que a medida que evolucionamos y cambiamos asumimos quiénes somos y quiénes queremos ser. E incluso los recuerdos pueden estropearse. Escribir este post me ha llevado tiempo y reflexión, y lo publico porque quiero expresar el resultado de esos debates conmigo mismo.
Cualquier lector de este blog (o
cualquier persona que me conozca) sabe del fervor que sentía hacia Harry Potter
como la obra que me enamoró de la literatura. "Sentía, en pasado". Algunos me han
preguntado qué opino de las posturas ideológicas y comerciales actuales de su autora. Bien, me ha llevado tiempo formar una opinión argumentada al respecto. He hablado incluso con compañeros de Filosofía y Artes sobre el tema. Mi sensación
actual (independiente de las declaraciones de Rowling) es que Harry Potter se ha convertido en un monstruo (o quizá siempre lo ha sido, pero ahora soy consciente) y que de haberse
quedado en mi pasado hubiera sido un pequeño refugio al que volver cuando no
he estado bien. En cambio la saga se ha ido estirando en el tiempo, haciendo que
me dé cuenta de los errores que prefería ignorar. Si sus autores y seguidores no quieren que quede en el pasado está bien, pero yo sí puedo hacer que quede en el ayer para mí.
Suelo evitar pensar en las vidas de los autores para no intoxicar mis opiniones, pero es casi inevitable que, para entender una obra, entendamos la vida del autor. Un amigo mío dice que es capaz de hacer esa separación, yo no. Hay otros escritores que puede que hayan tenido o tengan ciertas ideologías que yo no comparto (y no ocurre nada), el problema es cuando invierten su dinero para campañas de odio o colaborar con gente que lleva a cabo actos deleznables contra los derechos y libertades de colectivos que sufren constantemente en nuestra sociedad. La tolerancia no sirve de mucho para ciertas posturas horripilantes.
Las circunstancias que rodean a Rowling en los últimos años me han obligado a asumir que cada
dinero que invierta en esta saga irá a parar a una autora que ha estado
propagando el odio por redes sociales y envenenando el recuerdo que tenemos de
la saga hasta hacer que a muchos nos dé cierto reparo decir que nos gustaba
Harry Potter o que fue la obra que nos llevó a convertirnos en lectores. Actualmente, que incluso personajes de mi saga del Omniverso (Devon Crawford) citen Harry Potter me asquea. No podemos reescribir nuestro pasado, pero sí podemos escribir nuestro presente y futuro, y obrar en consecuencia.
Más allá de las posturas aberrantes hacia ciertas personas de Rowling (fingiremos que Harry Potter es anónimo), si me centro solo en la saga, veo también cómo el hecho de que solo lleve la saga una persona ha deteriorado su evolución. Lejos de tener un posible desarrollo de calidad en diversos campos (Star Wars o Marvel serían dos buenos ejemplos de cómo desarrollar un universo con diversos implicados), Rowling se ha convertido en la mandamás que, cuando ha contado con “ayuda” como en El legado maldito, ha sido para crear una obra más bien aberrante bajo esa premisa de "¿qué más dará lo que piense el fan si lo van a comprar igual?".
Si agregamos esos tuits (para "resolver" dudas) o esos posts en Pottermore que, lejos de agregar información, lo que hace es que se nos quede cara de que las cosas se inventan no para aumentar el lore, sino para sacar pasta sin más, mi cara de perplejidad es absoluta, es la de un crío que se da cuenta de que los Reyes Magos no existen. Hace que desees que A book job fuese real, que la saga fuera producto de varios autores y quien firma solo un personaje inventado.
A todo esto se suma que, a medida que crecemos,
disfrutamos de otros autores como Neil Gaiman, Stephen King, Ray Bradbury,
Shirley Jackson, Ursula K. Le Guin… que nos van demostrando que
sus obras son superiores a esa saga que se escribió sobre la marcha, a base de
bandazos, y que ha ido estropeando el buen recuerdo que nos dejó a algunos en
su momento. Prefiero la visión mágica de Gaiman, los personajes de King, la prosa de Bradbury, la eterna duda de Jackson, el poder (y la escuela de magia) de Le Guin... Los endebles misterios de Rowling y su cambiante worldbuilding pierden, por mucho que algún día fueran importantes para mí.
Con los años, podemos guardar un gran amor hacia ciertas obras (hace poco os hablé de Dragonlance), pero también nos hacemos conscientes de que en contraste con otras, puede que, aunque el recuerdo sea bueno, estas obras no lo sean tanto. Y la propia autora puede estropearnos ese recuerdo: ahora, cuando veo a Hermione reivindicando el derecho de los elfos domésticos y sabiendo que fue un tema del que el personaje pareció olvidarse y del que muchos se reían o no comprendían dentro de la propia obra, me pregunto: ¿no se estaría Rowling realmente cachondeando de los movimientos sociales?
Literariamente, recuerdo exasperarme con temas del último libro y cómo yo me hacía
preguntas que los personajes no, aunque tuviesen toda la información. Era la
sensación de que, por mucho cariño que dijese tener su autora hacia la saga, no
escuchó comentarios ajenos ni tampoco decidió convertir la saga en un recuerdo,
sino que decidió revivir el cadáver constantemente, a riesgo de telenovelas
como Animales fantásticos y dónde encontrarlos 2. La magia se ha apagado en esta saga (al menos, para mí).
Por tanto, si habéis notado que la saga ha estado ausente por estos lares, tampoco creo que vuelva. Ni siquiera creo que regrese para comentar algún aspecto de ella. No me apetece. Hay muchos libros, películas, videojuegos... que comentar... Ya no considero a Rowling una influencia y el recuerdo hacia la saga se ha ido desintegrando a medida que se han avivado otros recuerdos y he disfrutado de otras obras. Si tú sigues siendo fan, perfecto. Por mi parte, prefiero embarcarme en otros viajes por ese universo llamado Fantasía y, ante todo, pasar página.
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