The New Mutants concluye una franquicia ya muerta. ¿El resultado? Hablamos de él en esta crítica. Fuente. |
Me pregunto si dentro de un par de años, cuando alguien tenga la osadía de empezar a ver todas las películas de X-Men en Fox acabará sintiéndose como cuando alguien comete el acto kamikaze de verse todas las películas de la saga Hellraiser: contemplará con estupefacción cómo las películas van degenerando, convirtiéndose en subproductos, intentos frustrados de tirar en una dirección o no perder los derechos de explotación de la franquicia. Eso sí que es abrir la caja de los lamentos…
Cuando Disney confirmó la compra de Fox, los derechos de los X-Men que Marvel había cedido a Fox regresaban a casa y con ellos la esperanza del público por una buena película de X-Men hecha por Marvel Studios. Desde el 2000, el respetable había asistido a desvarío tras desvarío de la franquicia, donde solo se habían sacado como buenas películas X-Men PrimeraGeneración, Logan y, con sus peros, Deadpool (alguna otra aceptable, el resto morralla de la mala). De resto, promesas rotas y potenciales perdidos, chorradas con interferencias de las productoras que llegaron a hacer que Los Nuevos Mutantes, el final de veintiún años de pelis de mutantes, tuviese tantas fechas de estreno que algunos fans llegaron a dudar de que existiese. Seguramente, el director Josh Boone también. Viendo el resultado, tal vez es lo que más habría valido la pena: que no existiese.
The New Mutants termina la saga a golpe y porrazo... los golpes y porrazos que ellos reciben. Fuente. |
Terror + Mutantes
Los Nuevos Mutantes adapta con poco presupuesto (y con pocas ganas) el arco argumental del demon bear de los cómics. Partamos de que si los X-Men eran unos marginados absolutos, los nuevos mutantes eran marginados entre los marginados y sus historias eran muy oscuras. Honestamente, estos cómics no se merecían esta adaptación donde lo más interesante ha estado en el infierno de su rodaje y posproducción que en la propia película.
Durante el rodaje de la película, Josh Boone tuvo que hacer una película para todos los públicos. Después, sacó un traíler “terrorífico” y le pidieron que cambiase el tono de toda la película. Más rerodajes que acabaron con la compra de Fox y con Disney negándose a desembolsar por el último estertor de los mutantes de la Fox. Y así nos queda una película deshilvanada, con alguna idea interesante que se siente fuera de lugar en este rompecabezas donde todo el mundo ha metido mano.
Los Nuevos Mutantes es una hora y media que se vuelve tediosa al sonar a ya conocida, con diálogos que nadie puede creerse y decisiones arbitrarias y torpes que solo se podrían justificar abriendo la mano lo suficiente. Su director Josh Boone parecía prometedor hace unos años, pero entre la serie de The stand (Apocalipsis) y sus problemas con Los Nuevos Mutantes, solo confirma que es el equivalente a un subrayador fosforescente donde no queda margen para la sutilidad, sino para los Slender Man de segunda y para intentar dar sentido a todo este relato alargado y, a la vez, efímero. Que Josh Boone es fan de Stephen King desde Stuck in love, donde el escritor de Maine tenía un cameo vía llamada telefónica, perfecto, que aquí se marque un It de segunda (más cercano a la miniserie de 1990 que a la película de 2017), con el tema de los peores miedos, poco aporta cuando la atmósfera está tan mal construida que nos hace pensar que por mucho que sea fan del escritor de Maine, quizá se debería haber quedado adaptando a John Green y sus seudonovelas de autosuperación copia y pega.
The New Mutants con su póster a lo Stranger Things. Fuente. |
Frankenstein mutante
Circulan reseñas que hablan de que la película ha llegado tarde, que le hubiera ido mejor si se hubiera estrenado cuando estaba planeada. Y sí, llega tarde. No uno ni dos ni tres años. Quizá casi una década. Un servidor cree que quizá le hubiera ido bien en 2011, no en 2021, porque poco avance se nota, aunque la idea de insertar elementos de terror en una película con superhéroes era una premisa demasiado atractiva, aunque, por desgracia, desaprovechada.
Se percibe el uso desmedido de la tijera, de los vaivenes, del “contratamos a Antonio Banderas, no, mejor a Jon Hamm, para Mr. Siniestro… No, mejor nos cargamos toda esa subtrama, que mejor vamos de adultos y transgresores… que, no, no, espera… Mira, pensándolo mejor, no”. Un montón de retales de diferentes cadáveres putrefactos que son remendados de mala manera para intentar dar vida a esta cosa. Todo se siente como un quiero y no puedo con alguna idea interesante como la relación entre Danielle y Rahne o el pasado de Illyana Rasputin. Que haya guiños a los X-Men de poco importa, como si ni hubiesen nombrado a los X-Men, ya moribundos, en una franquicia a la deriva.
Tan a la deriva que todo pasa porque sí, que no hay una tabla de salvación para una película que sabe a un episodio piloto de una serie regulera, donde la fotografía lamentablemente es peor que la que hemos visto, incluso en la pequeña pantalla y donde Fox no ha querido invertir más dinero del necesario, con una Rahne convertida en un perro, un demon bear con bruma incorporada (y no por imitar a Bill Sienkiewicz) o unos poderes algo de andar por casa que hacen que la Antorcha Humana de 2005 parezca mejor que el Sunspot de 2021. Si no contaban con presupuesto, haber explotado más tener un solo escenario y a pocos personajes, pero no, lo que se prefiere es ir en zigzag hasta una conclusión renqueante.
Lástima que Anya Taylor-Joy, la mejor actriz, la que es capaz de darle a su guion credibilidad, haya tenido que debutar dentro de Marvel en una película que se sabía muerta. Ella es la mejor definición de Los Nuevos Mutantes: un montón de potencial y carisma que acaba perdiéndose en medio de una metralla a medio gas con la que ni el director se sintió a gusto, como acabó comentando en las entrevistas. ¿Potencial desaprovechado? El resumen perfecto de toda la franquicia X-Men, ¡qué será por historias geniales de los cómics que poder adaptar…!
Guiño rockero de The New Mutants. Fuente. |
Matando lo que ya está muerto
Los Nuevos Mutantes es la conclusión de una franquicia de veintiún años, con sus monstruos delante y fuera de las cámaras. Avanzada para su época en los cinco primeros años del 2000, pronto se volvió una franquicia cada vez más reciclada, tomando siempre las mismas ideas, sin aprovechar a multitud de personajes, y acabando con una sensación de que ya no se podía dar más cuando el propio Simon Kinberg hacía con Fénix Oscura un remake de su propia guion de 2006, La decisión final, símbolo inequívoco de que el final era más que merecido.
No todo es malo en The New Mutants. Hay dos guiños a Buffy, cazavampiros, con dos episodios de la fantástica serie. Eso es lo mejor de la película.
Another brick on the wall de Pink Floyd nació como una crítica del grupo a la educación y la sociedad inglesa, cada vez más represivas y autoritarias. Una versión del tema fue utilizada en el primer tráiler de Los Nuevos Mutantes, pero aquí el único ladrillo que importa es el que Fox ha tirado contra la franquicia y el que el espectador le tiraría a la Fox. Y van unos cuantos.
Lástima que una historia tan interesante como los Nuevos Mutantes haya sido la que haya terminado pagando por dos décadas de no saber qué hacer claramente con unos personajes fascinantes. Acaba con los protagonistas saliendo a un mundo nuevo. Quizá esa metáfora es más interesante que cualquier otro aspecto; que los X-Men quizá puedan encontrar un horizonte mejor… volviendo a Marvel.
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