Jonathan Strange & Mr. Norrell adapta la novela de Susanna Clarke. Autores como Neil Gaiman han reconocido su influencia. Fuente. |
John Steinbeck escribió que: «el final conlleva tristeza para un escritor: una pequeña muerte. Escribe la última palabra y ya está terminado; pero no lo está de verdad: la historia continúa dejando al escritor atrás puesto que ninguna historia termina jamás». La serie Jonathan Strange & Mr. Norrell es un cántico a las historias, los finales, las palabras y la magia que hay tras los relatos que nunca terminan, igual que ya lo era la novela original de Susanne Clarke que adapta.
En 2015, BBC llevó Jonathan Strange & Mr. Norrell a la pequeña pantalla en formato de miniserie que recibió diversos premios y se convirtió en una digna adaptación de un libro sumamente complicado de adaptar. El estilo de Clarke homenaje a la literatura del siglo XVIII y XIX en sus páginas, añadiendo multitud de notas, pero la serie busca captar el espíritu de la novela y eso sí lo consigue.
La serie nos transporta hasta Londres durante las guerras napoleónicas. En este mundo, la magia existe, aunque las principales sociedades de magos están formadas por hechiceros teóricos que solo debaten sobre libros y teorías. Todo esto cambia cuando a Londres llega el señor Norrell, un mago practicante cuyo deseo es devolver la magia a Londres y hacerla respetable, tras que cayese en las supercherías del poderoso Rey Cuervo, que se marchó del país junto a toda la magia. A la vez que se narra el ascenso del señor Norrell resucitando a la esposa del señor Poole mediante un pacto con un maléfico duende, se cuentan los inicios de un joven aristócrata que, para casarse con su amada Arabella, se busca una profesión que resulta ser mago; este joven se llama Jonathan Strange y pronto atrae las miradas de todo el país. Jonathan acabará proponiéndose ser el discípulo de Norrell y su infinita biblioteca de magia. ¿Qué ocurrirá cuando ambos magos se crucen? ¿Traerán la magia respetable añorada por Norrell o sucumbirán a las artes oscuras del Rey Cuervo? Sobre todos ellos pese a una profecía que habla del regreso de su majestad, pero también de una tormenta que se aproxima…
El villano de la historia. Fuente. |
El precio de la magia
En muchas
ocasiones, Neil Gaiman ha alabado la novela original catalogándola de la mejor
obra de fantasía escrita en inglés en los últimos setenta años (considera a
Tolkien «alta fantasía»). Así lo vemos en este texto publicado en The Guardian:
I loved the things she said and the things she did not say. I loved crabbed Norrell and, less feckless than he seems, Strange, and John Uskglass the Raven King, who is not in the title of the book unless he hides behind the ampersand, but who hovers there anyhow. I loved the supporting players, the footnotes, and the author – she is not, I am convinced, Clarke, but a character in her own right, writing her book closer to Strange and Norrell’s time than our own.
Tanto Clarke como Gaiman y muchos autores ingleses han buscado en la tradición literaria de su país y en su folclore una concepción de la magia que, aunque clásica, se reinventa sin los efectos especiales de la magia estadounidense. Agua que muestra a los enemigos, espejos que llevan a otro mundo, velas que convocan a espíritus, pactos para revivir a los muertos, bosques a los que se les puede pedir que se muevan… La magia en Jonathan Strange & Mr. Norrell es extraña, misteriosa y fascinante, y queda perfectamente llevada a la pequeña pantalla.
Si por algo destacan las miniseries británicas de la BBC que adaptan libros, suele ser por el excelente reparto con el que cuentan. Bertie Carvel y Eddie Marsan logran llevar las series a sus espaldas al encarnar a Strange y Norrell, logrando transmitir la evolución de los personajes. Otro actor que logra desarrollar a un excelente villano es Marc Warren, actor habitual de adaptaciones de Terry Pratchett y al que vimos también en Doctor Who, y que aquí consigue crear a un personaje excéntrico, pero terrorífico. Por su parte, las actrices Charlotte Riley como Arabella y Alice Englert como Lady Pole crean personajes femeninos muy interesantes y a los que la serie, como lo hizo Clarke en la novela, entrega muchas subtramas y escenas interesantes.
Entre los secundarios, destacan muchos de un reparto tan coral. Samuel West es un interesado politicucho sir Walter Pole; más misterioso y fascinante resulta Enzo Cilenti como el mayordomo Childermass; Ariyon Bakare se reivindica con uno de los personajes más queridos de la obra, Stephen Black; y Vincent Franklin como Drawlight y John Heffernan resultan tremendamente odiosos; no podemos olvidarnos del excéntrico loco que es el Vinculus de Paul Kaye, un actor al que hemos visto en After Life y Juego de Tronos, y que siempre da todo de sí a la hora de crear personajes inolvidables.
La recreación de Reino Unido y su mundo alternativo es maravillosa (hace unos años profundicé en ella en otro post cuya lectura recomiendo). Toda la forma de construir un nuevo mundo a través de la premisa: ¿y si la magia existiese en la época de las guerras napoleónicas?, nos transporta a un mundo de magia teórica, magos que intentan modernizarse y magos que desean el regreso de la magia imposible. Todo esto forja un juego a través de tópicos de los cuentos como la aparición de un rey duende que a muchos recordará a Dentro del laberinto, pero que es un personaje que bebe directamente de los cuentos tradicionales. Es una lástima que otros países como España, con tanta Historia, no sea capaz de fundir los Episodios Nacionales de Galdós con la novela fantástica; seguramente, por desconocimiento tanto de lo uno como de lo otro a nivel fundacional de nuestra cultura (si es que podemos hablar de tal cosa).
La relación de Jonathan y Norrell es uno de los grandes puntos de la serie. Fuente. |
Un cuento de hadas para adultos
Técnicamente
y pese a las limitaciones y una banda sonora que quizá no sorprende tanto como
debería, la ambientación y la fotografía están muy conseguidas, sobre todo
cuando recorremos el siniestro mundo de los duendes, un lugar siniestro y
devastado donde siempre se lleva a cabo un extraño y sombrío baile. El director
es Toby Haynes, habitual en series como Sherlock, Black Mirror o Doctor Who,
así que sabe desarrollar perfectamente el apartado visual de una miniserie que,
aunque tiene capítulos de una hora, se pasan rápidamente gracias al interés y
las tramas que se desarrollan, una perfecta mezcla de la novela folletinesca y
la novela fantástica: un cuento de hadas para adultos que siguen siendo niños.
A nivel de personajes, en el guion de Peter Harness, también es interesante la relación de Strange y Norrell, una especie de Mozart y Salieri como en la película de Milos Forman, pero que representan ideas filosóficas distintas. Norrell es partidario de la lectura, la tranquilidad, lo respetable, lo rígido, el papel de mentor; Strange cree en el instinto, la pasión, la maravilla, lo irregular y el deseo de seguir aprendiendo más y más, incluso de lo que no está escrito. Desde un principio, sabemos que ambas ideas encarnadas en dos personajes chocarán y, a lo largo de los siete capítulos, se teje una interesante relación de amistad y enemistad que nos entrega grandísimos momentos. Además, podemos extrapolar cierto mensaje de que la magia es un sinónimo del arte, donde tenemos a estudiosos del arte que no son artistas (los magos teóricos), artistas más estrictos (academicistas) y unos magos más impulsivos (artistas de una rama bohemia o romántica).
El mayor
pero de la obra seguramente sea un final precipitado que deja muchas preguntas
sin respuesta para que los lectores prosigan con la lectura del libro y los
relatos de Clarke ambientados en el mismo mundo. Como todo lector que ama las historias, aguardamos más con Norrell y Strange.
Y, pese a todo, siete episodios son suficientes para contarnos la tragedia de estos personajes y enamorarnos de un mundo donde la magia era posible. Igual que Gaiman decía que disfrutó de cada página del libro y hubiera disfrutado de otras setecientas más, nosotros disfrutamos de cada capítulo de la serie y hubiéramos disfrutado de otros tantos más… Porque como escribió Steinbeck, las historias nunca acaban y en la noche, todavía podemos escuchar los graznidos del Rey Cuervo.
¡Hey!
ResponderEliminar¿Qué tal?
Me ha encantado tu crítica, está muy completa. He disfrutado mucho viendo la serie de Jonathan Strange & Mr. Norrell, magia, duendes, fantasía, profecías, tenía cosas que ya me llamaban la atención y me ha encantado, no por sus elementos, sino por sus personajes, la historia, la estática, el ritmo... Reconozco que la primera vez que intenté ver esta serie me pareció un poco pesada y lenta, pero ahora me ha parecido todo lo contrario, con mucho ritmo, una buena historia, una estética genial, la BBC ha conseguido hacer una buena adaptación y eso se agradece.
Me quedo con la intriga de saber qué tal está el libro, así que algún día le daré una oportunidad y así poder comparar la serie con la novela.
Me quedé con ganas de saber más sobre su mundo y sus personajes, ya que fue una serie relativamente corta, pero bueno, al menos disfruté de todos los capítulos =)
Muchas gracias por hablarnos de este tipo de serie^^
¡Hasta la próxima!
Hola, Elsbeth:
EliminarCon el dolor de cabeza habitual y el buen pie que ha hecho del inicio de este año algo funesto, ¿qué tal tú? Yo no me quejo :)
Me alegro de que te haya gustado la crítica. Espero en el futuro poder hablar de la novela y las otras obras de Carke, que el año pasado publicó una nueva novela.
Me alegro mucho de que te haya gustado la visión de la serie sobre la magia y la capacidad de Clarke para unir conceptos dignos de los cuentos tradicionales con una ucroní bastante conseguida. Me alegra también que le volvieses a dar una segunda oportunidad. Es de esas series que, al principio, engañan.
Sobre el libro, lo tienes en la estantería, justo delante de ti.
Muchas gracias por compartir tu opinión y tu entusiasmo por la serie. Aguardo que te guste el libro. ¡Gracias por tu comentario y por mantener vivo el blog!