El cuerpo sigue siendo uno de los capítulos más duros de la historia de la televisión. Fuente. |
Hoy Buffy Summers cumple cuarenta años. Cuando alguien cumple años suele mirar para detrás y pensar en lo que se tiene y en lo que se ha perdido y de pérdidas va este texto, pérdidas dolorosas que nos dejan marcados para siempre.
¿Qué decir de la cazavampiros que tantas veces evitó el apocalipsis? Pocas series me han llegado tanto como Buffy, cazavampiros y es una de esas obras de las que nunca te cansas…, aunque hay un episodio que, seguramente, me salte la próxima vez que me haga un maratón. No porque sea malo o aburrido, sino por lo doloroso que es y, seguramente, al mencionar esto, si habéis visto la serie, ya sabréis a cuál me refiero.
El cuerpo continúa siendo uno de los capítulos más dolorosos que he visto en mi vida. Y es una de las historias más terriblemente reales que me han contado. Porque sí, veníamos de un capítulo algo tontorrón y de monstruos varios, pero el sufrimiento en este capítulo tiene que ver con la muerte de un ser querido. Sin bestias. Sin espectacularidad. Sin nada extraordinario. Solo una muerte fugaz, un encuentro que podría ocurrirnos a cualquiera.
Joss Whedon dirige y escribe este episodio considerado, junto a Silencio, como uno de los mejores de la serie. Cámara en mano nos entrega los primeros minutos de Buffy tras descubrir que su madre ha muerto. La naturalidad de la dirección resulta incómoda, como si nosotros estuviésemos con la protagonista, sin poder hacer nada, como le pasa a ella misma.
La aguerrida cazadora que ha evitado el apocalipsis en más de una ocasión pasa de pronunciar un «¡mamá! ¿Mamá?…» (cuando ve a su madre en el sofá) a un «¿mami?» cuando se da cuenta de que su madre no está bien, y ahí vemos que un personaje fuerte puede ser y es vulnerable y no lo es por el ataque de un vampiro o un demonio, sino por la triste realidad de la pérdida de un ser querido.
El momento en el que Buffy queda deslumbrada por el sol e intenta aceptar lo ocurrido es una de las escenas más imborrables del episodio. Fuente. |
La interpretación de Sarah Michelle Gellar resulta magistral, como en ese momento en el que coge el teléfono e intenta pedir una ambulancia, sin entender nada de lo que está pasando. Le dicen que le haga la reanimación cardíaca y Buffy contesta que su madre está fría y, tras una breve pausa, le indican que los paramédicos ya están yendo a la casa. Y ahí, nosotros ya lo sabemos todo. No hace falta más. Podemos escuchar cómo el dolor raja nuestras entrañas.
Cuando a continuación llama a Giles o cuando llegan los médicos y Buffy se queda sola, solo podemos ver el sufrimiento de una hija que ha perdido a su madre. Muchos consideran que la fantasía no puede decir nada de la realidad. Será porque no han visto o no han comprendido este capítulo.
Negación, ira, negociación, depresión y aceptación… Las diferentes etapas del duelo tienen lugar a continuación con personajes como Willow, Tara, Xander, Anya, Dawn, Giles… Y desembocan en ese abismo del tanatorio, Buffy y Dawn ven el cuerpo de su madre y la pesadilla queda desbordada en la realidad. No deben despertar, porque nunca escaparán de ella y esa pesadilla no es otra cuestión que nuestra aciaga realidad.
El arte se supone que no debe quedarse como un simple sedante, sino que tiene que retarnos y presentarnos lo incómodo y lo doloroso, como ese silencio entre una Buffy destrozada y una Tara que no sabe qué decir, solas, en el tanatorio, a la espera. Fuente. |
Pese a que es el episodio que más me cuesta revisar de la serie (el borrador de este post llevaba desde 2017 esperando a ser terminado), lo considero fundamental para la evolución de esta y para la libertad con la que Buffy, cazavampiros llegó a experimentar con otros géneros y situaciones hasta convertirse en una serie pionera.
Este capítulo aborda la pérdida. La muerte, lejos de la espectacularidad y los filtros como esos vampiros que morían en nubes de polvo, es así, traicionera, silenciosa, sorpresiva. Todo lo que vive muere y todos tendríamos que aceptarlo, pero… qué difícil es. La muerte no viene siempre entre explosiones y música melancólica, a veces viene cómo pasa la vida, tan callando (que diría Jorge Manrique)…
Confieso que creo que hay dos formas de ver este episodio. Antes de perder a un ser querido y otra después. Cada uno de nosotros podría hablar de este aspecto o, simplemente, llorar.
Lo que está claro es que El cuerpo hizo historia en la televisión y cambió para siempre Buffy, cazavampiros y, con ella, a todos nosotros. Hoy cumple cuarenta años. Le toca mirar al presente, a las pérdidas del pasado y, como todos (porque ella también es humana), intentar vislumbrar el futuro.
Sarah Michelle Gellar se marca una de sus mejores interpretaciones. Fuente. |
Recuerdo este episodio muy bien. Concuerdo con que lo evitaría. Creo que es comparable al comienzo de Guardianes de la Galaxia.
ResponderEliminarEs algo se venía anunciando en capítulos anteriores, cuando se revela que la enfermedad no es producto de algo sobrenatural, de alguna maldición, sino de algo muy natural.
Buffy ha detenido el fin del mundo, con su legado de Cazadora, pero no está preparada para algo como esto, seguramente más temible.
Y es para analiza el personaje de Dawn, una fuerza mística convertida en humana, sin saber que lo es, teniendo que afrontar las dolorosas emociones de perder a alguien.
Y también se presenta el valor de Spike, tan presente para quien fue su enemiga.
¡Muchas gracias por tu comentario! Es un capítulo fantástico, aunque muy duro. Se me hace casi insoportable de ver, aunque reconozco cada una de sus virtudes.
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