Sandman Obertura supone el primer paso de la magna obra de Neil Gaiman. Fuente. |
“Soy
Sueño de los Eternos, me digo. Soy Sueño. Y estoy listo para lo que me espera,
sea lo que sea”.
Morfeo.
Neil Gaiman regresó
por el aniversario de Sandman para contarnos qué ocurrió poco antes del iniciode su aventura y qué llevó a Morfeo a quedar cautivo y aprender el camino del
cambio. Es decir, Gaiman volvió por todo lo alto a su obra más emblemática, a riesgo de destrozarla, y consiguió lo que logran los grandes autores: triunfar donde otros solo sueñan, pero es que si algo ha demostrado Gaiman es que es el amo de los sueños.
Una estrella podría
destruir todos los mundos. Morfeo viaja a través de las dimensiones y se reúne
con cada versión de sí mismo para decidir cómo evitar la hecatombe. Emprende
así un peligroso viaje del que depende el destino de toda la existencia y que
nos conduce hasta el primer número de la serie original de The Sandman. ¿Por
qué el Señor del Sueño fue atrapado? Aquí comienza su historia.
Sumergiéndonos en el sueño
Fuente. |
Sandman Obertura se
compone de seis números con los que se conmemora el veinticinco aniversario de
la publicación de la primera historia de Sandman.
En la miniserie aprendemos
algo importante que Morfeo deberá aceptar también: cómo su piedad con alguien
podría matar a todos los demás y cómo debe cumplir con su deber y aceptar la
ayuda, incluso cuando toda la realidad piensa que debe destruirse en un
naufragio abismal.
Por fortuna, el cómic añade algunas
capas de lecturas a la obra original. Vemos, por ejemplo, a ese oscuro Morfeo
teniendo que aceptar ayuda de su versión felina, por no olvidar al personaje de
la niña Esperanza. Si recordamos la serie principal, evocamos a ese sobrio
Morfeo que intenta comprenderse a sí mismo y aceptar la transformación, algo
cuya semilla ya se pone en estos números
¿Es indispensable su lectura si hemos leído el original? Para algunos no lo será, pero para otros, siempre es un placer leer a Gaiman revisitando a estos personajes que lo convirtieron en uno de los autores fantásticos más conocidos y celebrados.
¿Es indispensable su lectura si hemos leído el original? Para algunos no lo será, pero para otros, siempre es un placer leer a Gaiman revisitando a estos personajes que lo convirtieron en uno de los autores fantásticos más conocidos y celebrados.
Una de las arriesgadas composiciones de Williams III. Fuente. |
En un giro, incluso,
la obra no solo es una precuela, sino una secuela, ya que vemos al futuro
Sandman ayudando al pasado en lo que es algo que el Décimo Doctor de Doctor Who
describiría como un wibbly wobbly, timey wimey. Y ya que mencionamos Doctor Who y la
afición de Gaiman hacia la serie británica (para la que ha escrito capítulos y
un cuento corto), no nos deja anonadados que rinda homenaje a los especiales
con varios Doctores escribiendo sobre una inmensa reunión de versiones
alternativas de Sandman que, gracias a su forma de escribirlos y el arte de
Williams, es una delicia.
El encuentro de los diferentes Morfeos. Fuente. |
Desde asilos de
estrellas hasta sueños de piedra, Morfeo se embarca en una misión para salvar
todas las realidades, que supondrá un viaje más allá de la imaginación del
lector. Se nota la magia desbordante de Gaiman y se creatividad con ideas con
las que algunos solo podemos soñar, pero si algo ha demostrado el escritor
inglés es que es el amo de lo onírico (también en su pasaje por las zonas más
imaginativas, surrealistas e incluso vanguardistas).
Además, vemos a nuevos
personajes y redescubrimos otros, como los padres de los Eternos, que nos
entregan viñetas y páginas dignas de enmarcar y formar parte de la colosal
historia que es The Sandman.
Muchos se preguntarán si al ser una precuela y saber cómo acaba, habrá alguna sorpresa o será todo esperable. No entraré a cuestionar el valor de los componentes de la historia (el final es uno, pero hay algo más), sino que diré que sí, que hay sorpresas, como esas últimas páginas del volumen con el que nos despedimos de Obertura.
Muchos se preguntarán si al ser una precuela y saber cómo acaba, habrá alguna sorpresa o será todo esperable. No entraré a cuestionar el valor de los componentes de la historia (el final es uno, pero hay algo más), sino que diré que sí, que hay sorpresas, como esas últimas páginas del volumen con el que nos despedimos de Obertura.
Los mundos de Williams III y Gaiman. Fuente. |
Hay cameos de
muchísimos personajes de la serie principal, como el Corintio. Algunos son
simples guiños (el Sandman futuro), pero es genial volver a verlos y algunos,
incluso, salen ganado como el misterioso Eterno ciego que es Destino, aquel
encadenado a un libro donde está escrito todo lo que pasará y decide que quizás
no quiere leer el final de su libro.
Por suerte, no tenemos
un cómic que es condescendiente consigo mismo y con el lector, sino que es una
obra exigente, que ruega al lector que se implique, que se pierda en sus relecturas y en buscar nuevos sentidos, en medio de una ficción dura con muchos
toques de surrealismo, sin olvidar el vanguardismo ni la literatura
influenciada por obras espirituales y movimientos literarios, reenfocados por la
talentosa pluma de Neil Gaiman. Si el lector quiere una obra que leer y
olvidarse sin implicarse, Sandman: Obertura no es su obra.
Fuente. |
Cabe destacar en este
aspecto, que Obertura se disfruta más en una lectura completa, desde el primer
cómic hasta el último, que una lectura número a número que, con los retrasos en
su publicación, podían afectar a la visión de este complejo e imaginativo viaje
que, como si fueran la carne y piel, dan vida al esqueleto que precede al inicio
de la odisea de Morfeo.
Por su parte, el trabajo de J.H.
Williams III bien vale estar en un Museo de Arte, una joya, imaginativa, un
resultado único que acompaña bien a una historia que más que un broche de oro
es un homenaje al cómic que cambió los cómics y a todo lo que supuso. Williams
es un autor complejo que decide enfocar cada página como una gran obra de arte,
plagando de detalles cada espacio que tiene para trabajar y cuyo don ya
conocíamos gracias a la mítica Promethea, escrita por Alan Moore.
Esa complejidad visual le sienta bien, también con su capacidad para el cambio (desde ilustraciones casi fotorrealistas pasando por otras completamente vanguardistas), al igual que lo hace la ambiciosa historia de Gaiman. Muy destacable, por tanto, el trabajo de Williams III incluso en esa doble página que se abre de lleno en el primer número, como un desplegable, para darnos una de las grandes sorpresas del tebeo.
Esa complejidad visual le sienta bien, también con su capacidad para el cambio (desde ilustraciones casi fotorrealistas pasando por otras completamente vanguardistas), al igual que lo hace la ambiciosa historia de Gaiman. Muy destacable, por tanto, el trabajo de Williams III incluso en esa doble página que se abre de lleno en el primer número, como un desplegable, para darnos una de las grandes sorpresas del tebeo.
El colosal trabajo de Williams. Fuente. |
El último número es
acompañado por una serie de portadas alternativas de diferentes artistas, a
destacar el trabajo del siempre asombroso Dave McKean, que nos rememora al The
Sandman clásico.
Por último, queda la sensación de que The Sandman: Obertura no es solo una historia que vale la pena, sino que es un homenaje a una obra inmortal y un buen inicio para uno de los cómics que demostraron que las viñetas y la fantasía son naves que nos conducen allende de las estrellas, las tormentas y el futuro: a los sueños. Y eso nunca se olvida.
Fragmento de la portada de Dave McKean. Fuente. |
“Empieza…
Pienso yo. En lo más profundo de la tierra. En la sala iluminada con velas. Y
no sé por qué pienso eso… Pero es lo último que se me ocurre… Antes de que caiga
la oscuridad… Empieza”.
Morfeo.
Que creativo que es Neil Gaiman. No puedo aportar más comentario, porque tendría que conocer la obra, con tan interesantes influencias.
ResponderEliminarSaludos.
No esperes más para leer algo suyo. Merece (y mucho) la pena.
EliminarGracias por tu comentario.
¡Saludos!