"A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que en compensación de las ganancias que os he proporcionado os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma".
El autor Emilio Salgari. |
Emilio Salgari fue uno de esos autores literarios que tuvieron una vida trágica. Problemas con su esposa, la penuria para mantener a sus hijos, los sueños nunca cumplidos, el título de "capitán" que se añadió a sí mismo, los duelos callejeros que le costaron la cárcel, el dinero que nunca llegaba de sus editores... Su padre se suicidó, dos de sus hijos se suicidaron, él se suicidió.
Los duelos de la obra de Salgari. Fuente. |
Mientras que muchos lectores siguen disfrutando de las aventuras de Sandokan y otras novelas del autor, la sombra permanece al final de su camino. Salgari se suicidó abriéndose el estómago con un arma blanca. Tenía cuarenta y ocho años.
Os recomiendo la lectura de este trabajo de Fernando Savater sobre la vida y muerte de Salgari y sobre lo triste que es que un autor superventas, con un talento admirable para la novela de aventuras, se suicidase por culpa de las penurias del mundo editorial, entre otras claves. ¿Ha cambiado ese mundo? No lo sé.
Que triste que el creador de personajes como Sandokan, el Corsario Negro y el Capitan Tormenta, entre muchisimos otros, haya acabado asi sus dias.
ResponderEliminarTrístisimo. Pese a que murió con cuarenta y ocho años, escribió unas ochenta novelas y una larga lista de relatos... Y murió en la pobreza por culpa de los editores. Se suicidó, al igual que su padre y sus dos hijos, que también eran escritores.
EliminarUn escritor tan trágico ha sido Horacio Quiroga, se suicidaron su padre, su padrastro, el mismo, su primera esposa y dos de sus tres hijos. Y mató a un amigo, limpiando armas de duelo. Y fue un interesante escritor, escribió un decalogo de como escribir cuentos.
ResponderEliminarEsa historia del suicidio, inspiró un cuento llamado El final del capitán Salgari, incluido en Memorias del futuro, de Alberto Vanasco. Un personaje pretende evitar lo injusto de la situación ecónomica del autor, depositando dinero (detalle interesante, de CF o fantástico), en el pasado, en la época de Salgari. Y funciona. Pero Emilio Salgari está desanimado y supone que es un aviso de deudas. Y sin leer, tira el cheque a la chimenea, para que se queme. Y se mata.
No fue posible cambiar el pasado.
Y no sólo ha pasado en el mundo editorial. El inventor Edwin Armstrong fue estafado en las patentes de sus inventos, por la RCA, que no le pagó los derechos y estimulo a otros a no pagarle. También terminó en suicidio. La viuda ganó el derecho de las cinco patentes que implicaba su invento. Que era nada menos que la modulación de frecuencias, la FM.
Saludos.
No conocía el cuento que mencionas, El final del capitán Salgari, pero me ha gustado la historia y la ucronía que presenta, la culpa del tiempo y el ciclo de pasado y futuro que se mezclan. Procuraré leerlo. Gracias por mencionarlo.
EliminarConsidero que el mundo es complicado y los negocios arduos. La literatura se está reinventando, más su modelo de negocio, así que, como autores, hay que estar pendientes de ello.
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo enorme.
Esas líneas de la carta de suicidio ponen los pelos de punta...
ResponderEliminarY es que sigue siendo tan cierto, muchos (no todos) los del mundillo editorial chupan y chupan del porcentaje del libro y el autor es que se lleva el beneficio más pequeño. Luego están estos casos en los que ni siquiera llega una suma ridícula.
Me guardo el enlace para leerlo con calma.
¡Abrazos!
Ana, es triste, pero cierto todo lo que comentas. Hay de todo en este mundo, pero Salgari no deja de ser un ejemplo de cómo muchos grandes autores son desgraciados en vida y, a veces, por culpa de aquellos que manejan su arte, entre otras cuestiones.
EliminarConsidero que el mundo literario, no obstante, debe reiventarse. Puede que de vivir ahora, Salgari hubiera preferido otros métodos de publicación, antes que pasar por saqueadores editoriales como los que se encontró.
Muchísimas gracias por tu comentario, ¡saludos!