Sir Gawain y el Caballero Verde es una de las leyendas que forman parte del ciclo artúrico. Imagen libre de derechos. |
El Rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda han conseguido hacer soñar a cientos y cientos de generaciones desde que sus primeras leyendas surgieron en la Europa medieval y se extendieron a lo largo del tiempo hasta llegar a nuestros días.
Ya sean autores como Thomas Malory, Geoffrey de Monmouth o Chrétien de Troyes (además de todos esos bardos sin nombre que forjaron el mito), el Rey Arturo se ha trasformado en uno de esos ejemplos de cómo la literatura ha marcado a los lectores a lo largo de los tiempos. Si muchos piensan en la posibilidad de un cruce real entre un detective tristemente irreal como Sherlock Holmes y un psicópata terroríficamente real como Jack el Destripador, tantos otros piensan que el Rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda fueron reales.
Y aunque la Historia y la leyenda no comparten más que alejados puntos en común, nos quedamos con aquello que decía Alejandro Dumas sobre no ser fiel al cien por cien a la realidad: “He violado a la Historia, pero le he hecho algunos hijos hermosos”.
No es de extrañar, por tanto, que docenas y docenas de obras europeas se hayan visto influidas por el mito del Rey Arturo, haciendo que en diversos países surgieran géneros como la novela de caballería, la fantasía y demás, que han hecho soñar a los seres humanos con la magia desde que el tiempo es tiempo. Al final, el ser humano opta por quedarse con lo mejor de cada historia: su enseñanza y su promesa de que podemos ser mejores de lo que somos, algo que siempre es digno de ser honrado.
Una de las leyendas más famosas sobre los Caballeros del Rey Arturo es Sir Gawain y el Caballero Verde, una poderosa y célebre obra donde un héroe hace frente a su mayor promesa aunque esta suponga acabar con él muerto.
Promesa de muerte
Basada en uno de los tantos poemas sobre los guerreros de la corte y teniendo como protagonista a Gawain, el sobrino del Rey, la obra comienza con la Navidad y el fin de año en Camelot. Aburrido de la corte, el monarca Arturo espera algo que le entretenga y es entonces cuando aparece un hombre alto, corpulento y vestido completamente de verde que hace una propuesta: el Rey podrá acometer contra él cualquier golpe, por terrible que fuera, él no se resistirá, pero dentro de un año, el Rey deberá ir hasta donde esté el Caballero Verde para recibir el mismo golpe. Si el Rey no acepta, será un cobarde. Si da el golpe y el enemigo sobrevive, este se lo cobrará caro. Si el Rey huye y no va hasta donde esté el Caballero dentro de un año, será un hazmerreír.
El Rey Arturo está a punto de aceptar, pero es Gawain el que afirma que debe ser él y solo él el que como gesto de amor a su señor, acepte el reto. Y así se hace, con el sorprendente resultado de que, aunque Gawain da un golpe mortal al Caballero Verde, este revive y le dice que dentro de un año deben volver a verse.
Y así, durante los siguientes doce meses, Gawain vive bajo la sombra de su inminente muerte, pues él no cuenta con los dones del Caballero Verde.
Y así, durante los siguientes doce meses, Gawain vive bajo la sombra de su inminente muerte, pues él no cuenta con los dones del Caballero Verde.
Como verán, la premisa de por sí es atractiva y tiene el encanto de esos cuentos de hadas que nos fascinaban desde épocas pretéritas.
Existen muchas versiones de esta leyenda, pero la moraleja es siempre la misma: los hombres de honor deben aceptar lo que son y deben llegar hasta el final del camino, por muchas tentaciones que sufran en ese largo sendero, desde el deseo de dar marcha atrás y vivir o huir de una joven y ardiente amante. Una de esas enseñanzas (el seguir leal a uno mismo sin jamas caer), sin duda, dignas de la ficción y que ojalá pudiésemos aplicar también en la realidad de la misma manera en que lo hace este colorido relato (con escenas como la pintoresca seducción de la damisela), que fascinó a autores como el mismísimo J.R.R. Tolkien, creador de El Señor de los Anillos y filólogo que halló en esta clase de obras, fuente de inspiración y regocijo a la hora de concebir sus propios mundos.
Hoy, que olvidamos las enseñanzas de los viejos cuentos y nos entregamos a las pasiones poco duraderas de este mundo, vale la pena a veces echar un buen vistazo en nuestras estanterías y rebuscar esas obras clásicas que nos pueden entregar perlas tan brillantes como que el honor de cada uno nos hace emprender el camino hacia la muerte, pero solo si nos mantenemos leales y valientes, llegamos al final del camino con la posibilidad de que nuestros pecados sean purgados y, de no serlo, al menos poder morir en paz. No deberíamos olvidarlo.
Qué bueno tu texto, compañero, y qué imágenes tan bien escogidas (muy pero que muy poderosas).
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Felipe! Siempre me ha gustado el mito del Rey Arturo y sus Caballeros y buscando algo de inspiración para escribir me leí esta leyenda a principios de este año y me gustó bastante. Gráficamente, como muchos mitos, tiene unas muestras geniales de un montón de grandes artistas.
Eliminar¡Gracias por leerlo, camarada!
No soy un experto en todas las leyendas relacionadas con el ciclo artúrico, pero soy otra "víctima de fascinación" por el mito. ¡Como para no leerlo!
EliminarMerecen ser descubiertos, son más disfrutables que mucha literatura actual e incluso más modernos en algunas cosas.
EliminarLlevo un tiempo planteándome leer más mitología e incluso libros de Historia (¿el horror?) para ampliar mis miras. Quizás hasta me serviría de inspiración, aparte de satisfacer algún oscuro deseo egoísta de adquirir más conocimientos, jejeje (con lo poco que retiene ya mi cerebro).
EliminarAdvertido quedas de que te darás cuenta de que algunas partes de libros o películas que te gustan estas directamente copiados, inspirados o influenciados por clásicos. En La Ilíada y La Odisea tienes la mayoría de los temas de la literatura fantástica y Shakespeare, que tanto ha influido (basta ver Juego de Tronos y sus dramas), ya había "copiado" y hecho "remake" de muchos clásicos griegos. Imagina si empiezas a indagar en la mitología celta y demás que rodea a Arturo o en la mitología de las primeras civilizaciones como Mesopotamia... La mayoría de las historias están contadas, pero vale la pena descubrirlas para saber cómo contar las nuestras.
Eliminar¡Amén, Carlos! No lo habría dicho mejor Emoticón grin. La ficción de ahora se sustenta en la ficción anterior, lo tenemos que admitir y abrazar con fervor y aprender esas enseñanzas que nos transmite todo ese legado. Buenísima reflexión la tuya, camarada.
EliminarSherlock Holmes tuvo un antecedente en lo real, Joseph Bell, profesor de Conan Doyle, cuando este era estudiante de medicina. Este médico y profesor de medicina podía deducir la profesión de sus pacientes, basándose en la observación y el análisis deductivo. Y según parece tenía personalidad irritable, que se atribuyó al detective.
ResponderEliminarAlejandro Dumas se basó en en algunos hechos históricos, tanto que existió Dartagnan. Y se sabe que parte de los hechos de La ilíada fueron reales. Henrich SChliemann se basó en las descripciones de Homero, para encontrar a la ciudad. Y además se casó con una mujer griega más joven, Sophia, con quien tuvo hijos a quienes llamó Agamenón Y Andrómaca.
La historia es de lo mejor, como el ciclo, que se dice que ha inspirado a lo mejor de Star Wars.
Saludos.
La referencia a Alejandro Dumas está en que, ya en su época, cuando estaba vivo, muchos críticos decían que no hacía caso estrictamente a los hechos históricos que recreaba. La gracia es que Dumas respondía que "violaba la Historia", es decir, se la saltaba, para crear buena ficción.
EliminarEn cuanto a las influencias, puede que los antiguos que habitaban en cuevas ya contasen todas las grandes historias, pero nuestra es la meta de seguir encontrando fórmulas para narrarlas y crearlas.
Gracias por el comentario.
No sé gran cosa de la mitología del rey Arturo, he visto Merlín el encantador (aunque hace mucho), y bueno, en Hellboy también aparece. No conocía esta historia del caballero verde, me ha llamado la atención, y otra cosa más a la lista de pendientes...
ResponderEliminarLo bueno del Rey Arturo es que ha influenciado muchas obras sin que nos demos cuenta y tiene un par de historias de lo más disfrutables. Yo voy a seguir documentándome sobre el tema. Siempre he querido escribir algo sobre Arturo, aunque se le menciona en plan broma en Las Chicas Steampunk (al estilo típica broma de Doctor Who de "me casé con Marilyn Monroe"). Gracias por el comentario.
EliminarDurante mi infancia tuve un encoñe con las sagas artúricas bastante importante, pero esta sin embargo nunca tuve oportunidad de leerla por mucho que pudiera oir hablar de ella en más de una ocasión. Quizás no sea mal momento para remediarlo. Muy interesante la aproximación a los puntos fuertes de la obra, Carlos
ResponderEliminar¡Gracias, Daniel! Como ocurre con la mayoría de obras clásicas que conoce mucha gente, siento que las reseñas son menos "ilustrativas" y que hay que hablar más de lo que dice esa obra para ti, por tanto, quería hablar de este pequeño cuento del modo que lo hablaría con un amigo.
EliminarComo tú, soy de esas personas que siempre se ha visto atraído por el mito del Rey Arturo y siempre he querido profundizar más en él. Tengo un par de obras por aquí esperándome y espero que me sirvan de documentación a la hora de escribir algo.
Ya me comentarás un día si al final te lees esta aventura de Gawain, creo que te gustará.
Muchas gracias por tu comentario. :)
Hola Carlos, te escribo desde Italia. En dicha obra donde hay una demostracion de tensione entre "cultura y natura"? Mil gracias.
ResponderEliminarAndrea
Hola, Andrea, puede que el ejemplo sea la cultura que hace a Gawain hacer la promesa con el Caballero Verde y la naturaleza queda representada por la duda sobre incumplirla y marchar con su amante.
EliminarUn saludo y gracias por el comentario.