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Papá y mamá llegaron a casa poco después de la medianoche. Esperaron ver a Kitty, la canguro adolescente que si levantaba los brazos hacía pesas con su millar de pulseras. Pero ¿por qué no abría la puerta? Ya estaba abierta.
Los padres entraron y encontraron un largo charco de sangre que iba hasta la cuna de su niño.
El matrimonio suspiró.
—Otra vez —dijo el marido, cansado.
—Sí, otra vez. Te dije que no debíamos fiarnos de esa quinceañera —se quejó la esposa.
Los dos se detuvieron ante el lecho.
Algo retozaba en su interior, jugueteando, girando sin parar, mordisqueando la manta y agitándose feliz hasta que llegaron los padres. La criatura cesó sus movimientos e intentó esconderse debajo de la almohada.
—Le dijimos a la canguro que no dejase salir a Peque, ¿no? —preguntó la madre, confundida.
—Y menos esta noche… Esa Kitty nunca nos hacía caso.
El cachorro de lobo se ahogó y vomitó una pulsera ensangrentada.
—Ahora, por su culpa, tenemos que ir al médico para que no le dé una indigestión a Peque —susurró la madre, estirándose y bostezando—. Y yo que pensaba que íbamos a tener un aniversario tranquilo… Qué ilusa.
—Míralo por el lado bueno, cariño: hemos pasado la noche juntos y al menos Peque no se comerá a las mascotas de los vecinos durante unos días. Y se entretendrá, seguro que ha enterrado los huesos en el jardín y se pondrá a buscarlos.
—Añade que no nos costará demasiado encontrar a una canguro mejor. Otra vez, me refiero.
Mientras los padres se lo llevaban al médico o veterinario (aún no lo habían decidido), el lobito dejó de esconderse y aulló a la luna llena.
- Esto es un indicio del apocalipsis (ahora lloverán los sapos tricéfalos, lo sé).
- Estoy que no me conozco ni a mí mismo.
¿Qué decir de Esconderse? Pues que el primer título Canguro de la luna se clasificó en la Convención de Títulos Spoileantes Inventada en uno de los primeros puestos (por lo que he ganado un vale de descuento en cosas imaginarias) y tuve que cambiarlo. Elegí el título de Esconderse porque creo que da un trasfondo a toda esta familia y a los actos del pequeño lobo (y estaba escuchando una canción que se llamaba así, coff, coff).
Por otra parte, me lo he pasado muy bien escribiéndolo (me gusta la idea de cómo mezclar algo siniestro con algo más inocente y si puedo incluir un monstruo, mejor que mejor y en la lista de los peores están las canguros adolescentes que hacen pesas con sus pulseras... Y rima), pero no sé qué me ha influido de forma clara (no voy a repartir las culpas por una vez).
Y, hurm, no voy a explicar cómo unos padres adoptaron a un niño lobo. Hoy no.
Espero que os haya gustado. ¡Feliz luna!
P.D.: He escrito dos microrrelatos más, pero me los guardo para ponerme de pesado con ellos otro día. Lo siento por la amenaza.
P.D.2: La tormenta de sapos tricéfalos cesará a la hora veinticinco del día treinta y dos.
Creo que esa segunda posdata no queda bien, o por lo menos a mí me suena un poco pretenciosa.
ResponderEliminarSobre tus influencias, la indecisión de si llevarlo al médico o al veterinario me ha recordado a un momento de Los niños lobo. ¿Estabas pensando en esa película o es una extraña coincidencia? xD
Todos sabemos que en el acta sagrada de lo que es pretencioso o no, dar un parte meteorológico rigurosamente inventado está en las primeras posiciones.
EliminarY sí, creo que lo del hospital o veterinario fue un guiño. Un motivo más para ver de nuevo ese peliculón.
¡Muchas gracias por el comentario! :)
¡Hola!
ResponderEliminar¡Otro microrrelato! Me alegro mucho de que hayas colgado otro microrrelato y que además tengas algunos más preparados para más adelante.
Lo he pasado muy bien leyendo este microrrelato. Me ha parecido divertido y me ha gustado leerlo.
Es una mezcla extraña entre la sensación de hacer algunas cosas mal, o que son consideradas malas y que los padres se lo tomen como un acto normal y corriente. Me ha parecido divertido. No tienen ninguna preocupación porque se haya comido a su niñera, solo por si esta le va a dar algún tipo de indigestión.
Me parece correcta esa duda de poderlo llevar al hospital o a un veterinario, obviamente si el niño está convertido en un lobo al hospital no lo vas a llevar... Es algo más que lógico. Me imagino la cara de un doctor cuando ve que le has llevado un lobo...xD
Está muy guay el microrrelato. En realidad el lobito aún no ha aprendido que está mal comerse a la gente xD.
Así que eso, que me ha gustado mucho y que espero que pronto cuelgues un nuevo microrrelato^^
Hasta la próxima =)
¡Hola, Elsbeth!
Eliminar¡Otro! ¡OTRO! Si es que parece que no me dejo de dar golpes con la puerta de la máquina del tiempo... Así que mi deber es ir colgando (por la sagrada ley de "cuando me salga"), alguno de estos microrrelatos por aquí. Agradezco tantísimo tener gente que los lea y los comente. ¡Muchas gracias!
Considero que es un microrrelato divertido, pese a lo oscuro. Yo te digo que voy a escribir sobre un bebé que se ha comido a la niñera y seguro que me dices: "oscuro como poco", pero de repente resulta que es otra cosa, que los padres tienen auténtico amor por el crío (pese a sus "defectos") y creo que da cierta sensación bastante interesante (o al menos para mí que soy el autor y tengo que venderos estas cosas para que las leáis).
Sobre el veterinario o el hospital, imagino que es un buen debate. Si se porta bien, veterinario y le darán un trozo de cecina como premio. Si se porta bien en el hospital, le darán un chupete o algo. Si se porta mal en cualquiera de los dos... Bueno, ya sabemos como acaba.
Me alegro mucho de que te haya gustado este microrrelato sobre la licantropía infantil, que es uno de esos problemas que no podemos dejar de lado en nuestra sociedad actual... Y ya tú sabes que yo soy de reflexionar estas cosas.
¡Muchísimas gracias por el comentario y hasta la próxima!
OMG!
ResponderEliminar¡Menuda joyita! Adoro este tipo de microrrelatos en los que se mezcla lo siniestro con lo inocente, como tu muy bien has dicho. Ese principio estereotipado (canguro adolescente) y el contraste de la sorpresa que aguardaba en el interior de la casa.
"Canguro de la luna" aunque sea en sí mismo un spoiler como una casa me parece muy molón como título :P
Y sí, incluir monstruos en nuestras historias es como añadirle salsa a la pasta
* . * ¿quién puede resistirse?
En fin, voy a leer las otras entradas que tengo atrasadas, que el Nano me chupa todo el tiempo y la energía :D
¡Abrazos de luna!
¡Gracias, Ana!
EliminarMe complace saber que te ha gustado. La verdad es que la idea de unos padres que entran en casa y no se alarman al ver un charco de sangre hasta la cuna de su renacuajo me parecía interesante... Y luego surgió todo lo demás a su alrededor, por lo que se puede considerar algo así como una comedia negra o..., a saber. Yo me lo he pasado bien y creo que os ha gustado, así que me alegro un mogollón.
Y los monstruos siempre molan. Somos como Guillermo del Toro. Tenemos que poner monstruos sí o sí. :)
Aprovecho para desearte mucho ánimo con el Nano. Si de algo creo que sirve es para coger disciplina. Desde que terminé Las Chicas Steampunk y Hollow Hallows (cosa que no he dicho oficialmente, pero ¡está terminado!), le he cogido el gusto a terminar historias y a someterme estrictamente a escribir, escribir y escribir. Así que muchísima fuerza con el Nano y adelante, ya nos contarás cómo te va.
¡Muchísimas gracias por tus comentarios y abrazos lunáticos!
Otro seña apocaliptica. Aparecerá un demiurgo, casa vez que alguien pronuncie tres veces "No lo soporto" frente a un espejo o ante un video de youtube que no se corte y cargue bien.
ResponderEliminarFue una decisión cambiar el título, porque además de anticipar demasiado, es un termino poco literario. Me confundió un poco, hasta que entendí que se trataba de una niñera.
Me gusta la historia. Sospeché que lo siniestro no estaba en la niñera, que incluso podía ser una víctima. Un interesante esquema que podría resultar bien para un fauno. Que complicado sería tener un ser mitologico, de esa caracteristicas, en la familia.
Sé me da pensar que los vecinos están tranquilos cuando llega una niñera nueva a esa casa..
¿Por que tienen un hombre lobo como hijo? Según leyendas locales, el septimo hijo varón se convierte en lobo. Pero no sirve porque parece hijo único.
Y la séptima hija mujer se convierte en bruja.
"Canguro" es una palabra habitual por aquí para referirnos a una niñera o una cuidadora de niños, pero no terminaba tampoco de gustarme y me parecía demasiado... ¿Obvia? Siempre la he asociado con la idea de que los canguros tienen una bolsa para guardar a sus crías (y sí, este es el dato insustancial que me estoy acostumbrando a soltar en las respuestas a los comentarios).
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Y sí, el microrrelato presenta muchas preguntas, pero bueno, creo que está bien que el lector halle sus propias respuestas.
Buena explicación lo del niño lobo, mientras que los padres no. La mitología es muy rica en respuestas, solo hay que saber dónde buscarlas.
Los faunos me gustan, algún día escribiré sobre ellos más allá de alguna mención en Las Chicas Steampunk (que la hay).
¡Muchísimas gracias por tu comentario!