Sam
Raimi se propuso en 1987 regresar a Posesión infernal para ahora
confiarse al dios del despiporre y la serie B o el propio Neonomicón. Una noche
tuvo que despertar y se dijo mientras dejaba de lado el Adiós a las armas de
Hemingway:
—Voy
a hacer una película con la que Lovecraft se parta de risa… Y con la que los
adolescentes hagan lo que hacen los adolescentes.
¿Y
quién siendo adolescente no hizo una de estas dos cosas?
A)
Llevar a una chica que te gustaba a una película de miedo (o subproducto de
serie B para meter mano, sobre todo si era serie B o Z [esto es un cliché, lo
siento].
B)
Quedar con los colegas para ver una película de terror y reírse de ella gracias
a ese orgullo de serie B que la impregnaba.
Terroríficamente
muertos (Evil dead 2) es una cinta que cumple con estos dos
apartados y sobradamente. No se sabe cuántos hijos se habrán engendrado
viéndola o cuantas amistades se habrán hecho imperecederas por haber
visualizado esto, pero cumple.
La
entretenida y sinceramente tontorrona “saga” Evil dead es sinónimo de
Sam Raimi y Bruce Campbell. Raimi demuestra su mala leche y su regusto por el
cutrerío que son ya marca de la casa. Bruce Campbell consigue que su Ash se
convierta en uno de esos protagonistas únicos del cine americano, todos nos
apiadamos de este pobre diablo (nunca mejor dicho) y la mala suerte que tiene
con los viajes a bosques donde hay cabañas desérticas. Ver cómo se vuelve loco
es todo un recital y uno no puede hacer más que aplaudir cuando se coloca su
motosierra como nuevo brazo, siendo la fusión perfecta entre personaje que
sufre todo en las pelis de terror y héroe de serie B, Z o lo que sea. Además de
ser la persona con el peor gusto eligiendo vacaciones.
Y
es que lo mítico acompaña a esta película, aunque es lo que es: una película
para pasar el rato, sin pretensiones. ¿Quién pudo olvidar al árbol violador de
la primera parte? Pues ¡aquí regresa! Y además, se añade a este imaginario la
casa viviente con la menstruación y con muebles que se parten de risa. Sam
Raimi genio y figura en este remake-secuela-pero-no de Posesión infernal.
Como
señalé en mi crítica de Posesión infernal (Evil
Dead, me encantan los cambios en las traducciones españolas), en la
primera parte Sam Raimi parecía intentar contenerse hasta que al pasar el
ecuador de la cinta decidió darse al despiporre. Por fortuna, en esta secuela
Raimi no se contiene en ningún momento y Terroríficamente Muertos da todo lo
que se propone, desde la escena de la novia bailando en stop motion (mitad Novia Cadáver, mitad Barbie) hasta esos ruiditos
demoníacos que nos recuerdan a los parlanchines tomates de ese drama
fundamental para la historia del cine (fuera de serie) que es El
ataque de los tomates asesinos.
Por
ese camino de bosque neblinoso, donde el día dura medio minuto, Raimi abusa
demasiado del subjetivo (el demonio está en los subjetivos y no en los detalles
parece pensar Raimi), la cámara atrás para el efecto de retroceso, las cámaras
rápidas, los efectos especiales de andar por casa y el susto de rigor. Todo
termina con un acabado de “hecho por colegas” que no está mal ya que su
objetivo es ese: que lo vean los colegas en casa y se echen unas risas. Terroríficamente
muertos es necesaria como eso, cine escapista sin más.
Si
hay algún inconsciente en la sala que pida algo de lógica en la película, desde
por qué los demonios son tan fuertes y luego no poseen a los mortales
directamente a la poca profundización de los personajes, tiene que darse cuenta
de que Terroríficamente muertos no va de la lógica, va de lo
delirante, lo absurdo y lo maravilloso de la serie B. Que nadie pregunte, por
tanto, porque en la primera y la segunda parte, los que siempre son poseídas
por el demonio son las mujeres.
De
ahí ese desenlace que no puede faltar en una lista de los finales más extraños
de la historia del cine. Toda una declaración de intenciones. ¡Salve, Ash,
Guerrero de la Motosierra y la serie B! La Edad Media te espera.
SPOILER:
- Ash
es un personaje fascinante, capaz de llorar más porque ha perdido su mano que
por haber perdido a su novia (y que cada uno entienda lo que quiera entender).
-El
final con los caballeros medievales y ese viaje en el tiempo. Scott Spiegel y
Sam Raimi, los guionistas, tuvieron que estar iluminados ese día en que se les
ocurrió la idea.
-¿No
estaría bien una reinterpretación en la que Ash simplemente está loco y mata a
la gente creyendo que está poseída? No, eso sería buscarle lógica a algo que no
lo pretende y a mucha honra.
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