Bajo el título de Todos los hombres deben morir, hacemos un recorrido fascinante por la realización de Juego de tronos. Fuente. |
«Yo siempre he visto la serie como un sueño en apariencia imposible hecho realidad. Juego de tronos fue el equivalente fílmico al día en que Roger Bannister bajó de los cuatro minutos en la distancia de la milla: una demostración de que, con suficiente determinación y sacrificio, una empresa creativa humana puede llegar a plasmar los confines más alejados de nuestra imaginación narrativa y, al hacerlo, cautivar al mundo entero»- James Hibberd, en Todos los hombres deben morir (La épica historia oficial de cómo se hizo Juego de tronos).
No he podido parar de leer sus quinientas páginas en los últimos siete días. Como Canciónde hielo y fuego y como Juego de tronos, Todos los hombres deben morir es una auténtica joya sobre el arte de contar historias, un libro adictivo que recorre el gran viaje que fue llevar las novelas de George R. R. Martin a unas pequeñas pantallas que se hicieron colosales desde que visitamos el Muro, Invernalia y tantos y tantos lugares que nos llevaron a un nuevo mundo.
Juego de tronos culminó en 2018 dejando un mal sabor de boca para muchos de los espectadores que la siguieron durante diez años en los que se convirtió en la serie más popular del mundo. Nacida de los libros de Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin, el primer episodio rodado (y no emitido) fue un piloto que naufragó miserablemente hasta que HBO decidió dar una segunda oportunidad que sirvió para convertirla en la serie que marcó un antes y un después. Y pese a lo agridulce de su desenlace, todavía hay que reconocer grandes puntos fuertes en la creación de David Benioff y Dan Weiss. El libro Todos los hombres deben morir de James Hibberd, da lo que promete su subtítulo: la épica historia oficial de cómo se hizo Juego de tronos.
El rodaje de Juego de tronos requirió reinventar la televisión. Fuente. |
El origen del viaje
A principios de los ’90, George R. R. Martin había abandonado la televisión, cansado de que su ambición no pudiese verse recompensada en la pequeña pantalla por problemas de presupuesto o ideologías. No podía ser muy violento. No podía pasarse del presupuesto. No tenía la libertad que su imaginación exigía. Por eso, decidió volver a escribir libros y crear una saga que fuera inadaptable, como era el caso de Canción de hielo y fuego. ¿Quería cientos de personajes? Los creaba. ¿Quería varios reinos llenos de historia? Los ponía. ¿Quería hacer grandes descripciones de justas, comidas o batallas? Podía hacerlas. De pronto, George R. R. Martin se vio sin ningún límite. Y el éxito de crítica llegó, aupándose año tras año con las nuevas entregas de la saga.
Sin embargo, a mediados de los 2000, empezaron a proponerle llevarla a la gran pantalla, siguiendo la estela de El Señor de los Anillos, pero precisamente esa comparativa hacía que no se diesen cuenta del mensaje de la obra. Martin amaba la obra de Tolkien, pero no era la principal base de su historia, que partía de la Guerra de las Rosas para añadir todos los elementos fantásticos y oscuros que deseaba. Convertir los libros en una película suponía mutilar muchísimas partes, centrarse solo en un personaje como Jon, etc. Era imposible.
No fue hasta que el libro cayó en manos de David Benioff y Dan Weiss, dos jóvenes guionistas con muchísima ambición, cuando se barajó la posibilidad de una serie. Lograron reunirse con Martin discutieron el proyecto de llevarla a la pequeña pantalla, pero cambiando todos los paradigmas imperantes de presupuesto, personajes, historias… de la propia televisión. Juego de tronos debía ser fantasía adulta hecha para HBO. Martin no se hizo ilusiones y solo confió en ellos cuando preguntó si sabían quién era la madre de Jon. Ellos respondieron. Y dieron en el clavo. Martin decidió darles su saga. Era el comienzo de un viaje tan arduo como el de Daenerys hasta Poniente o Jon más allá del Muro. El periodista James Hibberd será el cronista de esta travesía.
La primera campaña publicitaria jugó con la idea de varios personajes ocupando el Trono de Hierro, entre ellos Eddard Stark. Fuente. |
No fue sencillo
Todos los hombres deben morir es un recorrido desde el nacimiento literario de la saga de libros hasta el final de la serie y el comienzo de la era de las precuelas que se vislumbran en el horizonte, como The House of Dragon, que ha iniciado su rodaje recientemente.
James Hibberd es el periodista encargado de escribir este libro, un autor que ha seguido el proyecto de Juego de tronos desde su primera mención y que se convirtió en un aficionado a los libros que visitaba el rodaje cada año para escribir sus crónicas para Entertainment Weekly. El estilo de Hibberd es cercano, capaz de abordar lo anecdótico, lo técnico, lo periodístico, pero también lo polémico, siendo una de las cuestiones más loables del libro. Además, recoge multitud de declaraciones de Benioff, Weiss, los productores, el reparto y el escritor, siendo un libro perfecto para aquellos que también deseen estudiar la realización de la serie en cuanto al apartado académico.
A lo largo de treinta capítulos, Hibberd explora cómo se hizo cada temporada, desde anécdotas como los problemas de presupuesto que hacían que solo hubiese un barco (en medio de un aparcamiento), que Pilou Asbaek como canguro de las hijas de Nikolaj Coster-Waldau antes de ser actor, los desfallecimientos en los fríos rodajes de Dubrovnik (Desembarco del Rey), las lluvias y tormentas de Irlanda, el casting de los personajes principales y la relación del reparto delante y detrás de las cámaras, el fenómeno fan en España, los esfuerzos de los guionistas a la hora de dar vida a ciertos momentos del libro, cómo se rodaban las muertes o escenas como la Boda Roja, o la salud de Emilia Clarke; sin olvidar, por supuesto, los miedos a que la serie terminase siendo cancelada o se perdiese como Roma (la audiencia del primer episodio no fue espectacular, pero el segundo se mantuvo y eso para HBO significaba que la serie crecería a lo largo de las temporadas).
Además de estos hechos, sus creadores disertan sobre algunos temas polémicos: el uso de la sexualidad, el posible abuso de la violencia, el hecho de fundir o cortar subtramas de los libros para que no se siguiese perdiendo al expandirse y expandirse como ha ocurrido con los libros que, a día de hoy, no han concluido.
Sobre esto, es interesante leer cómo Martin (con declaraciones exclusivas a lo largo del libro) se reunió con los creadores en 2013 y respondió a sus preguntas sobre el final, ya que sabía que estos estaban a punto de adelantarles, y Benioff y Weiss descubrieron que Martin era un jardinero. Sabía qué semilla había plantado y qué fruto creía que le daría, pero el proceso de llegar hasta ahí no le preocupaba tanto y eso fue lo que les dejó de margen un espacio para relatarlo. Esto, que para muchos lectores es una catástrofe, para otros supone contar con dos historias paralelas a partir de personajes que nos encantan.
Es importante que el lector sepa que este libro no es un anuncio en quinientas páginas que solo dirige loas hacia la serie de HBO. No, también se habla de las polémicas de la serie (el uso de la desnudez, la violación...) y de cómo hay elementos que no pudieron adaptarse bien a la pequeña pantalla. El propio Hibberd recoge el disgusto de muchos fans con el final de la serie. El autor no da su opinión, sino que deja que los implicados sean los que hable y recoge, mientras, argumentos a favor y en contra de diferentes aspectos, lo que hace que la lectura sea más disfrutable, desde mi punto de vista.
Llegados a cierto punto, incluso encontramos una relación entre cómo las limitaciones presupuestarias y los diálogos de la serie se influenciaron. En la primera temporada, al no contar con el suficiente presupuesto, se cortaban escenas sin parar, haciendo que capítulos que debían durar una hora, se quedasen apenas en treinta minutos. ¿La solución? Incluir largas conversaciones entre personajes, lo que involucraba poco presupuesto y ayudaba a desarrollar a algunos de los implicados. De ahí surgieron grandes escenas como la charla entre Cersei y Robert sobre su matrimonio o la de Varys y Meñique. Cuando la serie contó con más presupuesto y ya no hubo que arrancar tantas páginas de guion, se perdieron aquellas largas charlas que, aunque ralentizaban el ritmo, ayudaban a hacernos más creíble el drama. Esta historia aparece en el libro y es un ejemplo de cómo trabajar con las limitaciones.
La humanidad colma sus páginas, porque hacer Juego de tronos no fue sencillo. Podemos criticar algunos aspectos o dejar claro que la serie se desvió de los libros y se quedó huérfana de la guía magistral de Martin, pero también debemos comprender que, como adaptación, debía condensar varios aspectos, dado el formato. Esta estupenda mirada entre bastidores (que nos permite vivir la Batalla de Invernalia, que llevó once semanas de rodajes nocturnos, o cómo se sintió Emilia Clarke al leer el final) se ve acompañada de varias fotografías de la serie.
Daenerys frente al Trono de Hierro en la octava temporada de la serie. La actriz explica la evolución de su personaje y cómo no fue incoherente el estallido de su locura. Fuente. |
Comprendiendo el juego
Como bien reconocen los productores, en la época de Twitter es fácil crucificar una obra y pensar que nuestros propios finales, pensados mientras estamos sentados en un cómodo asiento de nuestra casa, son mejores que los que pueda escribir George R. R. Martin o los creadores de la serie, pero a la hora de la verdad, zambullirse en este volumen nos permite comprender muchos puntos polémicos sobre la realización de la serie. Aquí sabemos qué fue lo que pasó exactamente con la trama de Dorne y sus problemas, la desaparición de ciertos personajes de las novelas, cómo fue quedarse sin la guía de los libros inacabados de Martin o la velocidad de las dos últimas temporadas. Yo también he sido crítico con las dos últimas tandas de episodios de Juego de tronos y, aunque creo que sigo siéndolo (en algunos aspectos, no en todo), comprendo mejor los retos y el punto de vista de Weiss y Benioff hacia la etapa final de la adaptación de las novelas de Martin.
La obra de Hibberd no es solo un imprescindible para fans de la serie o los libros de George R. R. Martin, sino también para todos los que amamos el arte de contar historias y deseamos saber más sobre cómo se creó una serie que podría haber fracasado de tantas maneras distintas… Todo este libro nos ayuda a vislumbrar cierto tipo de decisiones a la hora de hacer la serie y cómo los creadores tuvieron que asumir ciertos riesgos a la hora de llevar Poniente a la pequeña pantalla, pero con una ambición que ni siquiera se había visto en la gran pantalla. Es la crónica de un fenómeno que cambió para siempre la historia televisiva. Es Juego de tronos.
«Todo está aquí: cómo comenzó, cómo terminó, lo que pasó delante de las cámaras y entre bambalinas, los triunfos y los tropiezos, las decisiones difíciles, las encrucijadas, los porqués. También están actores, directores, showrunners, productores, ejecutivos, incluso yo… Juego de tronos fue un viaje apasionante. Todos los hombres deben morir es una lectura apasionante».
Portada de Todos los hombres deben morir. Fuente. |
- Título: Todos los hombres deben morir
- Autor: James Hibberd
- Precio: 21,65
- ISBN: 978-84-01-02557-0
- Editorial: Plaza & Janés
- Fecha de la edición: Noviembre 2020
- Encuadernación: Tapa dura
- Páginas: 496
- Sinopsis: Se suponía que era imposible. Cuando George R. R. Martin era un frustrado guionista de televisión, creó su saga best seller de novelas fantásticas «Canción de hielo y fuego» con la idea de confinarlas únicamente a los inmensos límites de su imaginación dada la dificultad que conllevaría el rodaje. Sin embargo, un par de guionistas primerizos, junto con HBO, lograron adaptar el épico relato de Martin y el resultado lo sabemos: todos hemos visto las ocho temporadas de la galardonada serie de fantasía que llegaron a continuación. A pesar del éxito todavía nos queda una historia por conocer sobre Juego de tronos: los trece años de lucha entre bambalinas que hicieron falta para sacar adelante este extraordinario fenómeno. En Todos los hombres deben morir, el premiado periodista James Hibberd nos ofrece por primera vez la crónica nunca contada de Juego de tronos: desde la reunión inicial del equipo creativo hasta la puesta en escena del final de la última temporada, pasando por todas las épicas batallas que lucharon delante y detrás de las cámaras. El libro contiene más de cincuenta entrevistas inéditas, fotos espectaculares y poco conocidas del rodaje, así como el acceso exclusivo a la increíble experiencia de los productores, el reparto y el equipo que partió de una idea imposible y consiguió materializarla creando el mayor acontecimiento televisivo mundial del siglo XXI. Más información.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!