Videodrome de David Cronenberg, una perturbadora cinta sobre ver... y ser vistos. Fuente. |
¿Qué clase de degenerado podría ver Videodrome? Cualquiera. Tú y yo. Nosotros. En una
sociedad donde la pantalla es el abrazo de unos padres y el tubo
catódico la voz de los nuevos dioses, no es extraño que el motivo de ver
y ser visto se refleje décadas después en la dimensión de las redes
sociales como esta. Pantallas y más pantallas. Fotos, vídeos... Apariencias. Los viejos fetichismos, la antigua morbosidad por satélite de televisión pasa al wifi.
Ver, nos gusta ver. ¿Queremos ser vistos? Sí, queremos ser vistos y, luego, fingimos sorprendernos. Cuando las redes sociales no dan un golpe, decimos horrorizarnos, pero somos señores de la falsedad. ¿Recuerdas en las viejas pelis de misterio, cuando alguien se daba cuenta de que los ojos de un cuadro se movían y que alguien espiaba? Eso es tu Instragam.
El director David Cronenberg logró con Videodrome
realizar una película que más de treinta años después sigue inquietando
y creando la misma sensación de paranoia y pesadilla. Masoquismo, veyeurismo, violencia, crimen... Malsana, irónica,
surrealista... Videodrome es apta para todos los públicos, siempre que
estén dispuestos a la alucinación y al martirio de su alma a través del tormento que inicia el personaje de James Woods, horrorizado por el recuerdo de Nicki (Debbie Harry).
Un VHS que se mete en la carne, una pistola mutada con una mano, una apertura en el pecho con forma de órgano sexual femenino, pantallas televisivas que besan y devoran... Hay muchas imágenes muy poderosas en Videodrome y, sobre todo, inquietantes por cómo conectan con nuestro subconsciente, sin olvidar el impacto que suponen siempre para cada uno de nosotros cuando se alimentan de un buen body horror.
Por ahora, resulta irónico que no se haya realizado ningún remake, encubierto o no, de Videodrome. Seguramente, un heredero de su aire terrorífico sería Black Mirror y su reflexión sobre nuestra realidad, pero sin, precisamente, el surrealismo y el atrevimiento de Cronenberg, nuestro eterno doctor Decker.
Con Videodrome, la nueva
carne tomaba forma en un film que nos descubrió que todos morimos con la
cinta VHS y nuestras almas fueron troceadas en DVD y vomitadas en
Blu-Ray para luego ser arrojadas al retrete de las redes sociales.
Tira
de la cadena, degenerado.
Videodrome te ve.
Nosotros te vemos.
<Blac Mirror podrías ser un mestizaje de La dimensión desconocida y Videodrome.
ResponderEliminarHay algo de perverso en autores y lectores, público. Y esa perversión llevada la ficción, es un fuerza vital. Tal vez catartica.
Y es memorable esa película. Tal vez haya sido una suerte que no se haya hecho una remake.
Debbie Harry está increíble, su actuación es memorable.
Buen artículo.
Sin duda, tienes razón, ¡gracias por el comentario!
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