“Que
Dios nos ayude a todos los pobres desgraciados que queremos crear y que
descubrimos que debemos renunciar al corazón porque no podemos permitirnos
perder nuestro tiempo con eso”- Richard Matheson.
Últimamente, le doy muchas vueltas a esa frase y quiero pensar que hay cinismo en esa cita de uno de los cuentos de
Matheson. Sin embargo, quizá sea cierto. Quizá, cuando creamos, ponemos nuestro corazón en la obra y no queda nada de él en nosotros. Puede que sea como esa historia de los cómics de
Hellraiser donde un escritor ofrecía su obra como un bebé y un editor lo mutilaba de un modo cruel hasta que el escritor aprendía que las futuras obras que hiciera no deberían tener corazón para no sufrir tanto. Pero quizá, como ese escritor de la historia, como el otro personaje de
Matheson, puede que tengamos que renunciar a nuestra propia vida en pos de la vida de tinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!