Detalle de la portada original de The Magicians. Fuente. |
Hoy regresa The Magicians, una serie que me sorprendió bastante con su primera temporada. Mientras me preparaba para leer los libros y continuar con la historia de Quentin, Alice, Elliot, Julia, Margo y compañía (ahora en Fillory, intentando salvar la magia), encontré esta charla de la mente de la que surgió todo, el escritor Lev Grossman. En dicha conferencia, habla sobre su obra, cómo la creó, qué quiso contar, cómo cambió algunos conceptos claves para que no sonase a algo ya hecho.
Grossman, que se pasó muchos años de su vida trabajando como crítico literario (él incluyó a Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons entre las mejores novelas del siglo XX, siendo el único cómic), cuenta que siempre se había criado entre libros, dado que sus padres impartían clase de Literatura.
Sin embargo, Lev se encandiló por las novelas de temática fantástica como El Señor de los Anillos o una de sus influencias más importantes: Las Crónicas de Narnia. El escritor describió su lectura como zambullirse en la ficción, sentirse dentro de ella, por primera vez... Y aunque sus padres eran lectores de novelas canon y otro tipo de autores más "serios", Grossman siguió creciendo entre la fantasía, pese a que también incorporó esas novelas que debían ser asumidas como "sobrias", "solemnes" e incluso "rigurosamente fundamentales". No obstante, Lev siempre vio algo claro: la literatura realista no era tan antigua como la fantástica (el ejemplo claro está en las brujas, hadas y monstruos del dramaturgo William Shakespeare).
Con los años, Grossman quiso convertirse en escritor y se le ocurrió la idea de una escuela de magia, pero distinta a otras que había leído. La idea provino de la lectura de Terramar de Ursula K. Le Guin, pero en esa época, principios de los '90, la escritura sobre una escuela de magia parecía propiedad de Harry Potter. Grossman siguió pensando en la idea y fue creciendo, se deprimió cuando tuvo que hacerlo...
Y, entonces, comenzó a pensar en qué ocurriría si hacía a los personajes más parecidos a él. Adiós, Reino Unido. Hola, Nueva York. Adiós, niños magos. Hola, chavales de veinte años dedicados a la magia. Adiós, alegría. Hola, depresión... La idea principal era que Grossman quería reflejar a magos en nuestro mundo, pero que tuvieran sus problemas. La concepción de retratar al hechicero como un veinteañero perdido le empezó a gustar cuando pensó que, a menudo, en las historias, conocemos a magos ancianos o alguno muy niño, jamás en ese camino de en medio, en esa mitad tan crucial. Y de ahí surgieron algunos elementos cruciales para The Magicians.
Otra idea importante fue que Grossman creía que, en la Tierra Media, Narnia o Hogwarts, ninguno de los personajes era un fanático de otro libro fantástico (aparte, quizás de Hermione y los Cuentos de Beedle el Bardo). Era como si no hubiese literatura fantástica. Grossman, un auténtico ratón de biblioteca (o un bookworm), pensó en qué pasaría si sus protagonistas eran fanáticos de una saga de libros infantiles, las historias sobre Fillory, y ellos quisieran huir a ese mundo dentro de su propia ficción. Y ese recurso metaliterario dio lugar a gran parte del corazón de The Magicians.
Es curioso escuchar a Grossman y ver cómo fue cambiando su historia. Saber de sus dudas y cómo esperó cuando creía que debía hacerlo. Me parece realmente fascinante ver cómo otros juntaletras, a veces, se replantean todo aquello que van a escribir, casi palabra por palabra y de un modo certero, en muchos casos.
No diré más. Disfrutad de la charla. Pese a que el vídeo no posee subtítulos en español, os animo a verlo en inglés y descubrir la historia sobre cómo nacieron los magos de Lev Grossman. Creedme, vale mucho la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!