Newt Scamander es el protagonista de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, una obra que sirve para que hablemos del trasfondo de los personajes de la historia de Rowling y de cualquier historia que queramos crear. Fuente. |
Este fin de semana se ha estrenado Animales fantásticos y dónde encontrarlos.
Es una película que sirve de precuela, pero que, entre otras cosas, añade datos
bastante interesantes sobre el pasado del mundo mágico de J.K. Rowling, creando y concibiendo una serie de claves que lo
expanden y forjan un rico tapiz, un
escenario para múltiples historias, un trasfondo. Y puede que todos
necesitemos uno para nuestra novela.
¿Es necesario crear un trasfondo?
Que conste en acta, señorías: al habla tenéis a
un tipo que prefiere sorprenderse cuando está escribiendo. Sí, hablo de pensar
bien las historias, imaginar bien a los personajes e intentar saber bien cómo
mover todas las piezas del tablero, pero… también me gusta lo inesperado cuando estoy escribiendo. No me gusta
hacerme spoiler a mí mismo, quiero
sorpresas. Es un poco de esa chispa que siempre aguardo. Sin embargo…, debo
decir que hay un punto en el que me gusta centrarme antes y mientras escribo: en el trasfondo de los personajes y la
mitología del mundo que creo.
Muchos pensaréis que ambos puntos solo son
necesarios cuando creamos mundos desde cero, pero debo deciros que,
sorprendentemente, no. A veces, incluso cuando
escribimos sobre nuestro propio mundo, es necesario hacer un viaje hacia las
raíces de la propia historia y explorar lo que ha ocurrido antes de lo que
estamos narrando. Y sí, es un proceso cercano al que denominaríamos como documentación.
Algunos lo haréis de forma innata: conoceréis a
los padres de vuestros personajes, sabréis de hechos importantes que han desencadenado
ciertos sucesos, sabréis por qué vuestro mundo es cómo es…, pero, a menudo,
intentamos no razonar esto de un modo aparte por el temor de que se nos vaya de
las manos. Un temor totalmente legítimo, por supuesto.
La danza de dragones de la que se habla en Canción de Fuego y Hielo cobra un nuevo significado. Fuente. |
La riqueza de las historias
Si os fijáis en algunas de las grandes obras de
los últimos años, como Canción de Fuego
y Hielo, encontraréis todo un rico
pasado que en las novelas se nombran como sucesos históricos, como en
nuestro mundo podríamos nombrar sucesos como la Segunda Guerra Mundial. Un
experto y pionero en la incorporación de ese pasado que nunca sucedió fue J.R.R. Tolkien y muchos escritores han
revisitado su fórmula desde que se publicasen las primeras obras del insigne
profesor.
Y así también ocurre con los personajes. Muchos
escritores saben hechos del pasado de estos que a los lectores les sorprendería
porque no aparecen directamente en las novelas. ¿Es útil hacerlo? Sí, lo es. Creo
que es interesante, porque el narrador sabe mucho más, pero cuenta aquello que
es importante y crucial en un acto de suma importancia. No hay que abrumar a la gente con hechos que no signifiquen nada para
ellos o para la trama, ya que el lector puede salir corriendo a la primera de
cambio.
Es interesante ver algún documental como el que seguía a J.K. Rowling durante un año de su vida y donde ella hablaba sobre el pasado de
su mundo o el futuro de este, sabiendo desde con quién se casó tal personaje a
cuántos hijos tuvo y cómo se llamaban. Es un acto curioso, pero la creación no
parece nunca cesar en su mente.
Los Argonath de El Señor de los Anillos añaden un interesante pasado a la fascinante trama. Fuente. |
¿Cómo hacerlo?
Y vosotros diréis, entonces ¿cómo creo un pasado para mis personajes o mi mundo? Creo que ambos
vienen de la mano. Si ha habido una monstruosa guerra, habrá un veterano o
alguien marcado por esta, ¿no? Si hay alguien que busca un tesoro perdido, tuvo
que haber una civilización que forjase ese tesoro, ¿no? Es interesante pensar
el tema que vamos a tratar y, a partir de ahí, ir decorando el mundo y también
a los personajes. ¿Qué ocurrió en ese mundo hace cinco, diez o quince años?
Piensa en nuestro mundo. No podemos pensar en algo estático.
No os olvidéis
hacerles preguntas a vuestros personajes: ¿quiénes son? ¿Tienen familiares? ¿Qué les
motiva? ¿Qué les diferencia? ¿Qué vínculos poseen? Similar a las fichas para
comenzar un rol o cualquier acto de creación.
Sin embargo, insisto
en la idea de que toda esta información debe dosificarse y utilizarse solo si
es necesaria (aunque depende de la habilidad del escritor, por cierto).
Pese a que J.K. Rowling tenía mucha
información de su mundo, el pasado de personajes como Minerva McGonagall solo aparece en Pottermore y no en las novelas. No obstante, eso no quiere decir que fuese trabajo perdido, sino que sirvió para
tallar al personaje, para forjarlo, para entenderlo. Y luego ella decidió
compartir esas notas.
Roland Deschain sería un buen ejemplo de cómo mostrar todo el trasfondo de tus personajes. Fuente. |
¿Y el lector?
Considero que al
lector nunca habría que abrumarlo con datos históricos del mundo o los
personajes a menos que se necesite en la historia. No considero que haya que
abrumarlos, se debe ser sutil. Al fin y al cabo, escribir es seducir y no
deberíamos soltar la historia de todos nuestros antepasados en la primera cita
(a menos que sepamos cómo contarlo y qué finalidad tiene). No obstante, Stephen King es un consabido charlatán que
sabe hacer que hasta una lista de la compra nos fascine por cómo lo cuenta
y todos los detalles que añade, así que dependerá, como siempre, de ti.
Como breve apunte, comentaros que todo el proceso de creación del mundo y los personajes
no tiene por qué ser antes de comenzar la novela, puede ser perfectamente
mientras juntamos letras. Quizás ocurre cierto evento al que queréis
añadirle algo de trasfondo. Y es completamente legítimo, ¿por qué no iba a
serlo? No penséis en la escritura como algo cerrado y punto, ¡está abierto a la
improvisación!
Personalmente, la historia donde más me he
contenido a la hora de incluir datos sobre el pasado de los mundos y los
personajes es en Devon Crawford y losGuardianes del Infinito. Sé datos sobre la Guerra del Multiverso que he decidido guardarme. Sé lo que pasó con
Jasper y Júpiter Locke, sé del destino de Aurora en esa batalla, sé lo que ocurrió con Lord Axton en la Batalla Relámpago… Pero sé que era mejor guardar
esos datos para el futuro antes de escribir un libro de historia.
Así
que es hora de escucharos, ¿qué pensáis todos vosotros sobre esto? ¡Espero
vuestras respuestas!
A decir verdad, una de las cosas que más me gustan a la hora de leer una novela, es ver como el escritor a desarrollado ese trasfondo, ver como nos contextualiza al personaje en cuestión y sobre todo ver como el pasado/historia de dicho personaje repercute en sus acciones presentes.
ResponderEliminarUna de las cosas que siempre he tenido curiosidad por preguntar a todos aquellos escritores, que como J.K.Rowling, nos describen vastos universos en los que cada historia, recuerdo o acontecimiento pasado termina entrelazándose y dando lugar a una historia tremendamente compleja, es si desde el momento que inician el relato conocen con mayor o menor lujo de detalles como va a terminar la historia.
Como dices, la escritura no es algo cerrado, se pueden añadir cosas sobre la marcha de los acontecimientos, pero igualmente, alguna linea argumental habrá que tener en mente si no se quiere estar dado rodeos innecesarios, al menos eso creo yo.
Y ya no me refiero a tener en mente el desenlace del libro en cuestión, si no, como por ejemplo en el caso de J.K.Rowling, tener en mente el final de una historia que se ha estado desarrollando durante 7 tomos.
¿Tú como escritor que opinas al respecto? Es decir, al principio del post mencionas que te gusta sorprenderte mientras escribes, pero hablando en términos más amplios, en términos de todos los tomos que conforman la saga, y del final que los culmina, ¿también vas improvisando, o ya tienes en mente como va a terminar todo?
Por cierto, me estoy leyendo Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, he de decir que por lo que llevo leído me está gustando bastante, se aprecia bastante lo que comentas de que te gusta ir sorprendiéndote a ti mismo mientras escribes jejeje, ya te contaré cuando lo termine.
¡Saludos!
Antes que nada... ¡Muchísimas gracias por estar leyéndote Devon Crawford y los Guardianes del Infinito! Es genial saber que la obra ha viajado un poco más y ha llegado a las manos de otro fan de muchas historias que me encantan.
EliminarEl documental que comento sobre la vida de J.K. Rowling (durante un año) me parece genial, ya que recoge la publicación del último volumen y la visión de Rowling sobre su éxito. Si mal no recuerdo, está en los extras, también, de El príncipe mestizo en DVD, por si quieres verlo. En él, hay un momento en que J.K. empieza a hablar de los hijos de Luna y me pareció sorprendente cómo comenzaba a armar, sobre la marcha, un árbol genealógico. ¡Lo tenía todo en su cabeza)
Considero (o creo) que casi todos los escritores tienen algún archivo que les sirve de guía para algunas cuestiones. Si tu historia es pequeña, quizás no haga tanta falta, pero si es una obra larga o tiene varios tiempos, personajes, motivaciones... lo más seguro es que necesites notas para no perderte. Creo que George R.R. Martin comentaba que tenía una especie de glosario o anexo con multitud de notas. No obstante, de ahí, que me resulte muy curioso escuchar a King diciendo que él no hace notas y luego lees It y te das cuenta de que tuvo que pisar con mucho cuidado para no liarla con sus saltos temporales.
En relación a mi opinión sobre todo este tema, depende de la historia, pero con respecto a Devon, siempre he tenido algunas imágenes o escenas bastante condensadas en mi cabeza (la llegada a la Tienda, el enfrentamiento con algunos "monstruos", el descubrimiento de los otros custodios...). Es decir, solo tengo que escribirlas. Otra cosa es cómo se llegue hasta ese momento. Por ejemplo, hay escenas de las siguientes escenas que flotan en mi cabeza, esperando que les dé un orden. Sé que la segunda historia, también, tratará más sobre aprender que no siempre se puede ganar y no siempre se puede salvar a todo el mundo... Pero ¡aún tengo un amplio margen para inventar sobre la marcha!
Fruto de eso es que cambie algunos detalles sobre la marcha o intente que las cosas no sean "como deberían ser". El ejemplo más claro está en los primeros capítulos de Devon. Mucha gente espera que ella quiera ver a su tía para darle un abrazo o, cuando descubre la muerte de Aurora, se eche a llorar..., pero no es lo que ocurre, no es lo que debería ser lo que pasa... Sucede algo que creo que nadie espera y ahí mismo admití para mí que intentaría hacer siempre eso en la novela: lo que nadie aguarda, lo que puede complicarme a la hora de escribir, pero me hará sentir más satisfecho con la obra.
Ahora bien, existen esas escenas claras ("entre la bruma") y en el terreno entre ellas es donde dependo más de mover las piezas. Me ocurrió con la primera parte, sabía quién había matado a uno de los personajes principales, pero el cómo y el por qué fueron surgiendo a medida que avanzaba. Las reescrituras pulieron todo para que pareciese más lógico y posible.
Espero que te siga gustando, muchas gracias por hacerte con la obra y por el apoyo. ¡Devon siempre necesita ayuda como la tuya!
¡Saludos y muchas gracias!