Crítica del libro: Misery de Stephen King, cuando la ficción nos engancha

Misery es una de las obras más famosas de Stephen King. Fuente.
¿Qué pasaría si un escritor de bestsellers sufre un grave accidente y queda a merced de los cuidados de su fan número uno, que no tarda en descubrir que dicho juntaletras acaba de matar a la protagonista de su saga de novelas? Con esta interesante y maliciosa premisa, que nos evoca a una versión moderna de la protagonista de Las mil y una noches, arranca Misery de Stephen King, una de las novelas favoritas de los seguidores del escritor de Maine.

Portada de Misery en una de
sus ediciones más recientes. Fuente.
Buenos ejemplos de cómola ficción altera nuestra realidad son los casos conocidos de ese Arthur Conan Doyle criticado por matar a Sherlock (y obligado a resucitarlo) o las persecuciones que sufren algunos autores con sagas abiertas (como George R.R. Martin), así que la historia que nos plantea King no es ajena a nosotros.

Como sabréis muchos, Misery sigue la historia del pobre escritor Paul Sheldon y de cómo «sobrevive» gracias a esa seguidora que le pedirá de un modo bastante siniestro que escriba un nuevo libro donde resucite a Misery, la protagonista de las novelas románticas de Sheldon, Uno mismo, con cierto aire cínico, se pregunta si alguna vez Stephen King se habrá sentido así en la vida real: perseguido, torturado, por aquellos que dicen apreciar tanto su arte. Irónicamente, al igual que Sheldon, King sufriría un grave accidente de tráfico años después de la escritura de esta novela, aunque a saber si el autor de La Torre Oscura pensaría en esos instantes en lo ocurrido en su ficción.


King aprovecha para experimentar con la forma, como es habitual en él, y aquí intercala un buen ritmo en la historia principal, junto a los pensamientos de Sheldon, los descubrimientos en cuanto a la enferma Annie y algunos pasajes de El retorno de Misery, la novela que se ve obligado a escribir Sheldon, aunque sepa que, seguramente, cuando la acabe, él también recibirá su punto y final. En Mientras escribo (el libro sobre escritura de King), recordemos que el propio autor citaba un desenlace aún más oscuro que incluía cubiertas de piel y que vale la pena descubrir como añadido alternativo a este siniestro cuento.

Puede parecer una historia que se tiñe más de suspense que de otras cualidades, pero la violencia aparece de muchas formas en la novela. Ya sea de modo psicológico, con el secuestro de Sheldon por parte de Annie (humillaciones, vejaciones, maltrato, anulación de la personalidad…), hasta física, cuando Wilkes decide demostrar su habilidad quirúrgica para enseñar un par de lecciones a su escritor favorito. Y uno no sabe cuándo Annie es peor, si cuando abre la boca de su enorme cara de luna o cuando decide portar el hacha para dejarle las cosas claras al jonino Sheldon.

Hábilmente tejido para no caer en el descampado de los telefilmes, Misery centra su trama también en la relación de amor y odio que hay entre esa extraña pareja de autor y lectora. Annie ama las novelas de Misery y odia a Sheldon cuando descubre lo que le ha hecho a la descocada protagonista de sus novelas. Sheldon odia a Misery, pero percata lo mucho que la necesita para sobrevivir. Paul, a su vez, redescubre el placer de escribir cuando más tiempo lleva bajo la tortura de Annie. Annie odia su propia existencia, pero sigue viviendo, pese a sus ataques de tristeza, para evitar que los demás respiren en un mundo tan cruel (en el fondo, ella misma se cree que es una buena samaritana). Y, al final, Sheldon es incapaz de huir tras tantas torturas, no se ve ya con valor para responder a la diosa Annie, pero tampoco va a dejar que le salven hasta que concluya su novela y menos hasta que pueda hacerle pagar a Annie todo lo que le ha hecho gracias a esa terrible aliada que es la máquina de escribir de segunda mano que le consigue, una Royal desdentada.

Kathy Bates encarnó en el celuloide a la siniestra Annie. Fuente.

El alimento de este enfrentamiento entre vida y muerte es la pasión de King por el arte de la escritura y el placer inconmensurable de la lectura. El escritor siempre ha demostrado su habilidad a la hora de tejer personajes creíbles o fascinantes incluso en sus novelas más descocidas. El retrato de Sheldon y Wilkes, pese a que también han sido trasladado al teatro con Bruce Willis como Sheldon, nos lleva con rapidez a pensar en la película que se realizó a principios de los noventa y donde el director de Cuenta conmigo, contaría con James Caan como Sheldon, mientras que, si por algo es recordada la cinta, es porque el papel de Annie cayó en la siempre asombrosa y magnética Kathy Bates (que recibiría el Oscar). Hoy, es casi imposible separar la imagen de la Annie Wilkes del libro de la expuesta por la actriz, que ganaría diversos premios gracias a su interpretación de la siniestra enfermera.

Hay tensión e incertidumbre a lo largo de sus casi cuatrocientas páginas, pero Misery consigue ser realmente interesante cuando Stephen King aprovecha para contarnos una historia espeluznante y que es realmente vivaz cuando añade sus reflexiones sobre el arte de escribir, la droga que es para el autor y lo que una novela puede significar para un lector. Las historias son poderosas y Stephen King cavila sobre ello a medida que la psicópata Annie Wilkes se convierte en esa diosa terrorífica, digna de aparecer en los primeros puestos de cualquier lista de villanos del escritor estadounidense, junto a otros monstruos como el horripilante Eso.

Misery nos entrega a esa idea que recorre la sangre de muchos de nosotros: las historias hacen posible nuestra vida. Crucemos los dedos (o tecleemos) porque otros no quieran alimentarse de nuestra tinta y lo hagan pagar con el escarlata de nuestras venas, porque el arte nos hace vivir, nos engancha como morfina, pero nadie querría dejarlo nunca, ni siquiera a merced de un fan terrible, ni siquiera a merced de un monstruo.

2 comentarios:

  1. Misery es otro de mis pendientes, la tentación es muy grande y he estado a punto de ver la película varias veces, pero en el último momento he resistido. Prefiero leer la novela primero :P

    Es un tema que me fascina la a veces tormentosa relación entre el escritor y sus lectores. Los límites entre la realidad y la ficción y cómo la segunda puede adentrarse en la primera.

    Espero poder volver a esta entrada cuando la haya leído, por el momento con ganas me dejas ^^

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    Respuestas
    1. En este caso, yo vi la película primero y luego leí el libro. Ambas tienen aciertos individuales, pero también "grupales" en el sentido de que la actriz que hace de Annie es tal y como imaginamos al personaje en el libro. Ya me contarás cuando la veas después de leerlo.

      En cuanto a la relación del escritor y el lector, a mí también me parece fascinante y, a veces, extraña. Casi nunca hay ninguna Annie, nunca me he cruzado con ninguna, pero sí he encontrado a personas interesantes y material para otras historias, ¡y eso que mis encuentros siempre han sido breves! Crucemos los dedos para que ni tú ni yo nos crucemos con ninguna Annie, jejeje.

      Ya me comentarás.

      ¡Muchísimas gracias por tu comentario! ¡Saludos!

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