¡El Antro cumple ocho años!

Nunca pensé que usaría este gif, pero... Fuente.

El Antro de los Vampiros y Otros Monstruos (este blog, por si hay algún despistado en la sala) cumple este 10 de junio de 2016 su octavo aniversario.

Ocho años… Ya podríamos mandarlo a tercero de primaria para que se comiese al resto de los niños (soy un buen padre en potencia, ya sabéis).

Ha pasado tiempo desde que aquel Carlos de primero de bachiller saliese del instituto, volviese a casa, almorzase y decidiese que lo mejor que podía hacer por la tarde era crear un blog (mi vida social siempre ha sido fascinante). Pero imagino que no ha pasado el suficiente, si tenemos en cuenta que el Carlos de ahora se piensa cada mañana sobre qué tema le gustaría hablar (divagar) en su blog (quizás, incluso hablar de sí mismo en tercera persona, como una persona formal).

Nivel de ñoñismo subiendo. Fuente.

Ocho años después, he vivido muchas aventuras por este blog. Desde las primeras historias que compartí hasta las críticas de cine, cómics, libros o compartir citas que me encantan, cortos… Este ha sido mi ordenado (ja) cajón de sastre durante todo este tiempo y siempre que he querido hablar de algo he podido hacerlo. ¿Quiero hablar de un libro que me estoy leyendo? Allá va. ¿Y qué tal si comento una escena de tal película? Post al canto. ¿Y si me gusta mucho una canción? Os lavaré el cerebro con ella. ¿Y si el mundo editorial es un asco? Lloriquearé por aquí. ¿Y si descubro algo para escribir? No os preocupéis, os avasallaré con ello. Por no añadir mis neuras con mis asuntos preferidos (¡Doctor Who! ¡Harry Potter! ¡My Chemical Romance! ¡Star Wars! ¡Los cómics! ¡Florence + The Machine! ¡Pelis de Marvel! ¡Aaaaah!) o mis autores favoritos: Alan Moore, Neil Gaiman, Terry Pratchett, J.R.R. Tolkien, Edgar Allan Poe, Bécquer, J.K. Rowling… Todo el día hablando de ellos hasta que empiezan a llegar las órdenes de alejamiento (je). Es genial.

Yo, recibiendo órdenes de alejamiento. Fuente.

Si algo he aprendido de estos ocho años escribiendo el blog es que siempre he tenido un espacio en Internet donde ir y decir, hacer y contar lo que me diese la gana, sin problemas de formato o que se convierta en una red social que devora toda tu información para convertirla en algo efímero. Esa libertad me ha permitido hacer muchas cosas, desde acertar hasta equivocarme, y ¿sabéis qué es lo mejor? Que me lo he pasado muy bien.

Lo genial es que me he obligado a escribir cada día y eso me ha ayudado también en mi trabajo creativo. La imaginación es un músculo que debe ejercitarse, como decía Bradbury. Pero lo importante también es recibir vuestros comentarios y vuestro apoyo. A veces, se pasa algún troll de Moria por aquí, pero me da un subidón de autoestima pensar que alguien pierde el tiempo conmigo y eso es estupendo. Tengo que dar gracias a aquellos que sí, que esto les gusta, que llegaron y se fueron, que llegaron y aún siguen y los que aún no han terminado de ser lobotomizados. Sois geniales. Cuando forme mi ejército de elfos ninjas, seréis mi carne de cañón preferida.

No quiero ponerme lacrimógeno, porque pronto llegará otro año (cada vez pasan más rápidos...), El Antro cumplirá nueve y, en 2018, diez si todo marcha bien (y las matemáticas no cambian). Y esta frase es el seguro de que seguiré escribiendo por aquí, siempre que el multiverso me lo permita. No sé adónde me dirigirá el camino, pero sí sé que El Antro será esa nave con el que lo surcaré (una nave. Mola, ¿eh?).

Si no habéis jugado al Kingdom Hearts,
no pillaréis esta referencia a la nave. O sí.
Fuente.

Seguiremos en El Antro.

¡Gracias, monstruos!