Cazadores de Sombras, la serie. Fuente. |
—¿Qué salvarías tú de
Shadowhunters? —le pregunté a mi novia.
Nos quedamos pensando.
No encontramos respuesta.
Tiene su mérito, hoy,
hacer una serie que no tenga nada que destacar. Puedes adorar una serie, odiar
otra; cada obra tiene sus puntos positivos y algunos negativos, aunque también
hay series que rozan el sobresaliente, pero es complicado, en ocasiones, hallar
series que no tienen nada que las salve. Ese dudoso «honor» lo tiene
Shadowhunters.
Desconozco si es porque
ya no tengo la edad o porque ya no me gusta estos enfoques (quizás me he
acostumbrado a otro tipo de obras), pero Shadowhunters ha resultado ser una de
las mayores decepciones que he visto en años, porque si bien tampoco esperas
que te ofrezca una obra maestra, peor es que ni siquiera te ofrezca un mínimo,
un vago «se deja ver».
Todos los aspectos
fundamentales de Shadowhunters fallan: dirección, guion, reparto, efectos
especiales, música, montaje… No hay nada que destaque, quizás roce algo lo
correcto y ya, si somos generosos. En esta época donde las series se han
reivindicado por su calidad, Shadowhunters nos entrega esta excepción que
confirma la regla. Es la imperfección hecha serie y es normal que muchos no la
disfrutemos.
Que quede claro mi
respeto hacia el público que sí le gusta esta serie. Cada uno tiene sus
preferencias y son completamente lícitas, pero yo, lo dado que soy a gustarme
el género fantástico y la fantasía urbana, no entiendo cómo teniendo elementos como
demonios, vampiros y similares, al final solo es una serie de adolescentes que
van de un lado a otro mientras esperas que los maten (y dolorosamente, a ser
posible).
El reparto involucrado en Shadowhunters. Fuente. |
Shadowhunters se basa
en la saga de Cazadores de Sombras que han convertido a su autora, Cassandra
Clare, en una de las escritoras más vendidas. Todo un fenómeno que fue llevado
de forma funesta a la gran pantalla hace unos años con Cazadores de Sombras. Ciudad de Hueso, que no solo no funcionó a nivel de crítica y fans, sino que
tampoco tuvo efecto en cuanto a público y, como todos sabemos, el dinero corta
en seco las secuelas y su segunda parte pasó a la historia. Tiempo
después, se anunciaría que tendríamos esta serie de trece capítulos de cuarenta
y cinco minutos donde se “adaptan” unos libros siguiendo el lema de: «se puede
tropezar dos veces con la misma piedra», porque si la película no era muy
buena, la serie da la impresión incluso de que es peor.
La premisa de
Shadowhunters puede que no sea para merecerse formar parte de los anales de la
ficción, pero al menos debería haber sido lo suficientemente interesante como
para tener una serie entretenida. Por ejemplo, Buffy Cazavampiros jugaba con
los mismos elementos y se convirtió en una gran serie, pero es que Buffy Cazavampiros
tenía buenos guionistas y aquí nos encontramos con unos escritores limitados
por ellos mismos, el presupuesto, la obra de la que vienen, los encargados de
realizarla…
La dirección de
Shadowhunters es pobre, con un montaje que, a veces, resulta caótico o de mala
serie de televisión (cortes que no respetan el dramatismo, la manía de ir a
cien por hora, las escenas que vienen sin sentido…). Ninguno de sus
realizadores consigue algo tan básico y necesario como debería ser fascinar. De
eso va el género fantástico, de maravillar, de embrujar al lector, de hacer que
cada uno de nosotros sueñe despierto. Si viéramos a un demonio, deberíamos
temerlo. Si vemos el Instituto de los Cazadores, deberíamos fascinarnos. Si
visitáramos la Ciudad de Hueso, debería ser algo más que una cripta polvorienta…
Y no hay nada de eso. Y la excusa del presupuesto, de poco sirve, porque hay
obras con menos medios, que al menos tienen realizadores implicados en
trasmitir algo de esa magia con la dirección.
¿Te importa alguno de ellos? ¿No? Pues al final de ver la serie te importarán incluso menos. Fuente. |
Y es que esa falta de
cariño que hay por parte del cuerpo de realizadores se le añade a unos
guionistas que no sabemos si se han tomado la misión de adaptar como algo lleno
de posibilidades o como una trampa para su propia historia. Los personajes van
de un lado a otro sin más, porque parece que la novela lo exige. Ahora vienen
los demonios, ahora los vampiros, luego los hombres lobo… Trece capítulos y da
la sensación de que avanza a golpes. No, no estoy hablando de la fidelidad
(que se merecería un capítulo aparte), sino que estoy hablando de que
desperdicia sistemáticamente cuarenta y cinco minutos en hacer una serie llena
de estereotipos y donde todo pasa como tiene que pasar porque sí, sin atisbo de
sorpresa o fascinación.
No existe ni un atisbo de mordacidad que haga divertido el esperpento en el que se acaba transformando la serie, solo existe la burla del espectador hacia lo que recibe cada semana, sabiendo que nada de lo que ve es creíble, original o digno de mención.
Y nada gusta, nada nos
embarca en esa maravilla, sino que es como un lastre. Y esto los personajes lo
sufren: desde diálogos típicos hasta reacciones idiotas, por no faltar las
subtramas que no vienen a cuento o metidas a calzador como el amor porque sí o
el sentido de que a esta historia le falta sangre en las venas. La excusa no es
que sea para adolescentes (hay buenas historias para el público joven) ni
tampoco que sea género fantástico (la credifibilidad y la pasión nunca estuvo
en esta travesía). Shadowhunters es desde la A a la Z, el perfecto diccionario
de lo que no debería hacer una serie hoy, porque a su lado, incluso muchas
series regulares son buenas.
Bienvenido a los '90. Fuente. |
A todo esto, si los
personajes están mal escritos y dirigidos, poco pueden hacer unos actores a los
que no se pueden culpar de no echarle las ganas necesarias, sino que
simplemente es que no pueden salvar este naufragio. Katherine MacNamara como
Clary y Dominic Sherwood como Jace se hunden lamentablemente por el peso de
unos personajes que ya venían con el lastre de esa trama de «amor, pero somos
hermanos» digna de Star Wars y que debe hacer que Cersei se parta de risa.
Alberto Rosende como Simon acaba transformándose en un ente algo molesto, lejos del nerd que debería caernos bien, y más cuando se convierte en uno de los cutrevampiros que circulan por la historia y que ni siquiera sirve para hacer una metáfora sobre la juventud como se hacía en The Lost Boys (atentos al maquillaje de muñeca que lleva el tal Raphael… Sonrojante).
Por el camino están los hermanos Lightwood, Izzy y Alec (Emeraude Toubia, Matthew Daddario), que son dos clichés insalvables y, a veces, odiables (la trama del elfo lo que sea, el tema del parabatai vergonzoso). Da un poco de pena ver al actor que hace de Magnus, el warlock, que parece que es el que más ganas le pone a un personaje que no tiene donde sostenerse. ¿Creen que no puede ser peor? No se preocupen, todo puede ser peor gracias a un Alan Van Sprang que interpreta a Valentine, el «gran» villano, que no asusta, no impone, no hace nada que valga la pena salvo ser la excusa para reciclar un plano de su «fortaleza» (en Chernobyl). Y si suma y sigue.
Alberto Rosende como Simon acaba transformándose en un ente algo molesto, lejos del nerd que debería caernos bien, y más cuando se convierte en uno de los cutrevampiros que circulan por la historia y que ni siquiera sirve para hacer una metáfora sobre la juventud como se hacía en The Lost Boys (atentos al maquillaje de muñeca que lleva el tal Raphael… Sonrojante).
Por el camino están los hermanos Lightwood, Izzy y Alec (Emeraude Toubia, Matthew Daddario), que son dos clichés insalvables y, a veces, odiables (la trama del elfo lo que sea, el tema del parabatai vergonzoso). Da un poco de pena ver al actor que hace de Magnus, el warlock, que parece que es el que más ganas le pone a un personaje que no tiene donde sostenerse. ¿Creen que no puede ser peor? No se preocupen, todo puede ser peor gracias a un Alan Van Sprang que interpreta a Valentine, el «gran» villano, que no asusta, no impone, no hace nada que valga la pena salvo ser la excusa para reciclar un plano de su «fortaleza» (en Chernobyl). Y si suma y sigue.
De todas formas, poco
importa lo que digamos, ya que la serie ya ha sido renovada por una segunda
temporada, por lo que debe estar funcionando a nivel de público, pero,
lamentablemente, se acabará transformando en una serie olvidada, porque desde
el primer momento, se siente como una oportunidad perdida para tener algo digno
dentro del género de la fantasía urbana.
Si añadimos que la
música no aporta nada y los efectos especiales son como un portal a los efectos
baratos de las series de los noventa (no es broma), Shadowhunters se convierte
en una de las series más, desafortunadamente, prescindibles de los últimos
tiempos.
Ellos dan la espalda, el espectador también. Fuente. |
Tal vez no ayude a la cantidad de series, que están bien realizadas, como Arrow, The Flash, Legend of Tomorrow, Gotham, Once upon on time. Y tal vez no ayude a que Buffy la Cazavampiros haya quedado tan presente, a pesar de que terminó años atrás. Y es que tenía una protagonista con todo el estereotipo para ser víctima, una atractiva rubia y porrista, que invierte el rol para ser lo que temen lo monstruos. Había muy buenos secundarios y el tema de los villanos y heroes, con roles intercambiables, el tema de la redención, de la magia usada con exceso.
ResponderEliminarNo conozco esa serie, he estado viendo las que mencioné. Pero hay algo que tiene que lograr una serie y es lograr la admiración por alguno de los personajes. Y que a veces no se comparta alguna decisión de ese personaje. No sé si esta serie tiene algo de eso.
Interesante reseña.
Saludos.
Esta serie no tiene de eso ni nada de lo bueno de otras series como Buffy, ni nada interesante que merezca su visionado si no es para aprender qué no se debe hacer cuando contamos una historia.
Eliminar¡Muchas gracias por tu comentario, un saludo enorme!
Hola. Es una lástima que no te guste. Yo aun no he tomado la decisión de ver la serie porque aunque si me gustan un poco los libros (sólo he leído los primeros tres) sinceramente no es una historia que me llame tanto la atención, además del hecho de que la película la odié (aunque no son los mismos personajes) y sinceramente decidí que la serie no sería para mí. Y ahora después de leerte te aseguro que reafirmo mi decisión. Aunque ya sabes que para gustos colores, hay muchos otros que aman la serie y lo veo bien pero yo definitivamente no me animo.
ResponderEliminarBesos!!
Hola, Rosmairis
EliminarCreo que has hecho bien no viéndola, porque si odiaste la película en su momento... Más de lo mismo (o peor) con la serie.
En cuanto a las opiniones, sí, por supuesto, respeto otras, pero como en tu caso, no soy del club de admiradores de esta serie. Ni de lejos.
¡Muchas gracias por tu comentario! ¡Saludos!
No voy a decir que me gusta, ni que me disgusta. Me emocioné con el beso Malec, eso lo tengo clarísimo, pero la verdadera razón por la que seguiré viendo la serie es Matthew Daddario. Cuando vi sus expresiones, sus gestos, simplemente vi a uno de mis personajes en él. Fue algo así como: ¡oye, míralo, es mi James! Así que la seguiré de cerca. Y si se cancela, simplemente me iré con Matt.
ResponderEliminarMe parece una buena idea. Yo espero que en la segunda temporada mejoren a los autores. Los actores no son malos, pero los personajes están mal escritos. No obstante, seguramente, Magnus y Alec sean los personajes más "humanos" de toda la función.
EliminarMe alegro de que hayas encontrado una imagen para tu personaje. ^^
¡Muchas gracias por tu comentario! Un saludo enorme.