“Las cosas más hermosas que
hemos leído se las debemos casi siempre a un ser querido. Y a un ser querido
será el primero a quien hablemos de ellas. Quizá, justamente, porque lo típico
del sentimiento, al igual que del deseo de leer, consiste en preferir. Amar, a
fin de cuentas, es regalar nuestras preferencias a los que preferimos. Y estos
repartos pueblan la invisible ciudadela de nuestra libertad. Estamos habitados
por libros y por amigos.
Cuando un ser querido nos da
a leer un libro, le buscamos en un principio a él en sus líneas, y sus gustos,
las razones que le han llevado a colocarnos ese libro en las manos, las señales
de una fraternidad. Después el texto nos domina y olvidamos al que nos ha
sumido en él; en eso cosiste, justamente, la fuerza de una obra, ¡barrer esa
contingencia!
Sin embargo, con el paso de
los años, la evocación del texto trae el recuerdo del otro; algunos títulos
vuelven a convertirse entonces en caras.
Y, para ser totalmente,
justo, no siempre la cara de un ser querido, sino (¡oh, raras veces!) la de un
crítico o de un profesor.
[…] Así ocurre con aquel
profesor cuya pasión por los libros sabía armarle de paciencia y darnos incluso
la ilusión del amor. ¡Tenía que preferirnos mucho -o apreciarnos- a sus
alumnos, para darnos a leer lo que le resultaba más querido!".
DANNIEL PENNAC,
Los libros y los seres queridos forman parte de Como una novela, magnífico libro entre el ensayo y la biografía, escrito por Daniel Pennac. Imagen libre de derechos de Pixabay. |
El porqué de la cita...
Cuando estudiaba el máster de formación del profesorado recuerdo que necesité algo de tiempo para terminar mi trabajo de fin de máster (que, aunque no venga a cuento, pero siempre me gusta decirlo, hablaba de las escuelas de magia en la literatura juvenil). En la biblioteca encontré Como una novela de Daniel Pennac, del cual había leído algún fragento en clase y me había entusiasmado. Así que lo saqué y lo devoré y él me devoró a mí. La magia del canibalismo, la fagotización del Uróboro -o lo que sea- literario.
Recuerdo que se convirtió en uno de mis libros favoritos de aquel 2017. Saqué muchas frases de él. Creo que alguna se la añadí al trabajo. Otras las he puesto en presentaciones. Algunas han acabado por este blog y varias las he parafraseado ante mis alumnos. Si te gusta la lectura, Como una novela de Daniel Pennac no puede falta entre tus obras leídas.
Pennac nos devuelve la magia por la lectura como muy pocos divulgadores han conseguido, al menos, para mí. Siempre he sentido entusiasmo por la literatura, tras leer a Pennac más. Como suelo decirle a mis estudiantes, el hábito lector es como un virus que hay que padecer para poder transmitirlo... Lamentablemente, en esta era del COVID-19, pienso que es una metáfora que no encaja muy bien. Tendré que pensar otra.
Centrándome en lo importante (que son los libros... o son los seres queridos... o ambos si es que no son lo mismo), los libros siempre me han aportado historias que deseo compartir con los demás. Por eso, tengo este blog después de tantos y tantos años. Por eso, suelo hablar casi siempre de libros. Por eso, soy profesor de Literatura. Considero que los libros nos conectan: con el autor, con los personajes, con otros lectores, con esos seres queridos a los cuales se los recomendamos... No podría estar más contento que con un libro en mis manos y un ser querido a mi lado (y cierro ya, antes de que me ponga más cursi, solo os recuerdo una vez más mi reseña del libro).
¡Feliz Día del Libro!
Portada de Como una novela de Daniel Pennac, un ensayo magnífico sobre la maravilla de los libros. Fuente: Anagrama. |
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