Crítica de Promethea de Alan Moore y J. H. Williams III, si no existiera, tendríamos que inventarla

Promethea es la gran obra filosófica de Alan Moore, un recorrido y una reivindicación a través de la imaginación y la creatividad. Fuente.
"Vive sabiendo que ya eres polvo, que moriste hace mucho, que ya te hallas fuera del tiempo observando, revisando tu vida, entendiendo, al fin, por qué creías haber vivido todos esos momentos antes; eres tu propio ángel de la guarda. Sabes que los demonios negros como el carbón y los serafines prístinos que revolotean por ahí son solo prolongaciones de ti mismo al desplegarte en un plano más alto donde moran miríadas de dioses, quienes no son leyendas olvidadas sino tus yos pasados y futuros, tus atributos destilados en sus formas simbólicas más puras y poderosas. Todos ellos, con su vitalidad animal, sus coronas y relámpagos y sus diferentes colores, se combinan en la blancura única de la divinidad que lo es todo. Entonces, he aquí la revelación. Este hermoso fuego imperecedero del ser que nos rodea por todas partes, que somos nosotros, es una sola cosa: todo es divino. Hombre, mujer, conócete a ti mismo. Y entiende que eres divino. Respétate a ti mismo, respeta hasta el más mínimo fenómeno de tu existencia como si se tratara del aliento de dios. Has de saber que nuestro universo es un único lugar, una sola habitación iluminada por el fuego; que todo es un solo momento. Has de saber que aquí solo ha habido una persona en todo este tiempo. Que lo eres todo, eternamente. Que te quiero.

Suspiro tras tomar aire durante un largo rato. 

No siempre escribimos sobre alguien ficticio que podría llegar a hacerse real mientras escribimos. No siempre hablamos sobre Promethea, porque, como bien se decía en sus anuncios, «si no existiera, tendríamos que inventarla» y precisamente sobre eso trata el cómic de Alan Moore y J. H. Williams III: una oda a la creatividad y la imaginación a través de un personaje que lo encarna, la maravillosa Promethea, que da nombre a un tebeo que trascendió todos los convencionalismos.

Ideas como las páginas infinitas son algunos de los recursos visuales que utiliza Moore. Fuente.

Viaje más allá de la imaginación

Desde que Alan Moore decidió convertirse en mago del caos, el escritor tras obras como V de Vendetta y Watchmen tomó un matiz todavía más experimental en obras maestras como From Hell, donde comenzó a explorar los límites del arte. Esto vuelve a suceder con Promethea, que es la obra donde Moore experimenta con esas fronteras, las rompe, las recrea y, además, hace una exploración de la imaginación, el arte y la magia, a la vez que el lector también. Y así es como lo que empieza con un homenaje a la mitología y el pulp se acaba convirtiendo en todo un tratado sobre la magia real o ficticia, aunque estos adjetivos no parezcan perfectos para ese término que el Bardo de Northampton intenta descubrir: “la magia”, ¿qué es? ¿Qué significa? ¿Es mera superchería o un término con el que denominamos a la imaginación?

El primer tomo de Promethea arranca cuando Sophie descubre que es la nueva portadora de Promethea, una superheroína de la imaginación. Es ahí cuando Sophie comenzará a explorar el mundo mágico que le depara toda su travesía, conociendo a las otras Prometheas y viajando más allá de la materia para hacernos comprender que este mundo no está compuesto solo de aquello que vemos.

El segundo tomo posee un número que reflexiona sobre el sexo y la magia, una invasión producida por el efecto 2000 y los nuevos viajes que inicia el personaje. Es, sin duda, un volumen ciertamente experimental y puede que sea el que más se atragante al público más profano. Sin embargo, si el lector continúa, recibirá un espectacular regalo: la capacidad de ver el mundo de otra manera.

Promethea es una ambiciosa oda a la imaginación y la fantasía. Fuente.

Sobre el fin y el principio

En el tercer tomo, Promethea decide buscar el espíritu de su antecesora y para ello debe abandonar el mundo y tomar la barca de Caronte, mientras que su amiga Stacia se convierte en Promethea durante un tiempo. Aquí volvemos a tener interesantes reflexiones sobre el sexo, la vida, el arte, la muerte… y el fin del mundo, que solo es el fin de uno de los posibles mundos y el origen de otros.

Un lector podría llegar a creer que estamos ante un cómic de superhéroes (y puede que Moore use esa apariencia como Caballo de Troya para meternos su visión del mundo o hacer que nos metamos nosotros en ella), pero es mucho más, es una de esas obras mágicas que reflexiona sobre la historia de la humanidad, el chiste de Crowley, los juegos de palabras que surgen del nombre de Promethea… Entiendo que haya lectores, no obstante, que no quieran pasar por esto: no pasa nada, hay más cómics, libros, películas… esperando. Otros que sí quieran emprender el viaje de Promethea, son más que bien recibidos si desean descubrir que hay más mundos que este, mundos que irradian imaginación y fascinación.

Para aquellos que nos sentimos atraídos por las ideas de Alan Moore, hemos leído su trabajo y hemos profundizado en sus entrevistas, Promethea es una obra perfecta para comprender la visión del arte del escritor. Es lo que nos hace comprender por qué detesta el mercado del cómic mainstream (el mismo que vendió los derechos de Promethea a DC para prostituirla como adefesio contrario a todo lo que representó), por qué las adaptaciones cinematográficas de sus cómics le parecen innecesarias y por qué defiende que la imaginación sirva como llave para cambiar el mundo. Leer Promethea es ineludible para todos aquellos que quieran entender un atisbo de la mente de uno de los autores más formidables del siglo XX y XXI.

El trabajo de Williams III es impresionante. Fuente.

El poder de Promethea

A las viñetas infinitas o la ruptura de la cuarta pared, se suma argumentalmente la idea del fin del mundo con el efecto 2000, apocalipsis que lejos de servir para un macroevento sin vida, lo que sirve es precisamente para concebir un esperanzador nuevo origen para todos los que existimos en este mundo, uno de tantos en los que profundiza Promethea mediante un ambicioso viaje donde el lector puede nadar en un mar de lecturas con tal de comprender más significados, simbolismos y juegos narrativos que nos proponen Alan Moore y Williams III, que incluso llegan a colarse en sus páginas.

Pero Promethea, aparte de funcionar como un escaparate de la filosofía y la mente de un genio, es también un homenaje al pulp, al concepto puro del superhéroe, a las diferentes fases de la creatividad y al propio arte… Todo ello vemos a través de las diferentes Prometheas que, como musas, marcan a los autores que han escrito, dibujado o creado sus historias.

Pese a que algunas ideas hayan quedado añejas (hay una idea sobre el uso del sexo a cambio de información que nunca me ha hecho mucha gracia en el cómic) y puede que en ocasiones se vuelva tan explicativo que parezca más un manual que una historia, me quedo con esa Promethea que simboliza un nexo de unión entre las obras pasadas y futuras de Alan Moore, a la vez que una forma de llevar la magia y el toque más experimental de otras de sus obras y perfomances como El amnios natal, Serpientes y escaleras, La voz del fuego o Jerusalén.

Para todos los que sentimos que el mundo no son solo barreras físicas, Promethea es un cántico a la imaginación y a todo lo que nos hace sentir vivos. Si antes de comenzar esta reseña sentía ciertos nervios, ahora que llega a su final puedo ver que ha sido un viaje: desde que empecé a escribirla, han pasado muchas cosas en mi vida. Comencé en 2017, no la acabé porque terminé ingresado por una pancreatitis que, irónicamente, casi acaba conmigo. Desde entonces, esperaba entre los archivos de mi blog, en borrador, y me sentía incapaz de rendir homenaje a Promethea tal y como se merecía, pero ahora, que busco algo de esperanza mientras escribo sobre imaginación, siento que no había mejor momento para volver a esta gran historia que nos enseñó el poder de la inventiva, el esplendor de los sueños, la magia de Promethea. Gracias por todo, Promethea. Si no existieras, tendríamos que inventarte. Y eso hacemos.

Soy la imaginación. Soy real, y soy la mejor amiga que jamás has tenido. ¿Quién si no crees que te ha proporcionado todas estas maravillas?


Promethea es una obra abrumadora que no deja a nadie indiferente. Te cambia, como todas las grandes obras. Fuente.

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