Crítica de "Batman: Criatura de la Noche" de Kurt Busiek y John Paul Leon

Criatura de la Noche es un interesante cómic sobre el significado de Batman. Fuente.

Hace poco se ha viralizado una encuesta de The Sunday Times sobre qué profesiones eran las más innecesarias. El 71% de los consultados afirmó que los artistas. Fue el dudoso galardón recibido por gente que se desvive creando nuevos mundos. Los Hombres Grises de Momo parecen haber ganado, y vuelve a surgir la cuestión de la necesidad del arte, de su significado como forma de salvarnos a nosotros mismos.

Una de las experiencias como lector que más recuerdo es haber leído de joven Batman: año uno de Frank Miller y David Mazzucchelli. Es una de esas obras que por significado, estética y mensaje se quedan en nuestro subconsciente y es casi indeleble de lo que significan los superhéroes en general y Batman en particular para mí. Para muchas personas y para un servidor, el arte nunca ha sido innecesario.

Gran parte de esa sensación casi mística que viví con Año uno la he revivido al leer Batman: Criatura de la noche, pese a que son dos obras muy distintas. Criatura de la noche, de Kurt Busiek y John Paul Leon, es un cómic de cuatro números que replantea el significado de Batman y, por extensión, de la ficción en la vida de las personas. A nivel de entintado, dibujo y color, recuerda poderosamente a Año uno y no creemos que sea una casualidad. En cuanto al mensaje que queda es tan potente como el del cómic de Miller, aunque distinto: aquí se aborda la figura de Batman casi como un tótem, un ente mítico donde el ser humano vuelca su mente.

La tragedia siempre acompañará a Batman. Fuente.


Bajo la sombra de Batman

La historia con la que arranca Criatura de la noche parece simple y conocida por todos: el pequeño Bruce se queda huérfano tras la muerte de sus padres. Alfred le ayudará en sus primeros años, mientras Bruce cae en una espiral de miedo y el deseo de hacer justicia… Pero Bruce no es Bruce Wayne, es Bruce Wainwright, no es millonario, no vive en un mundo de superhéroes… Solo es un ávido lector de Batman, personaje que siempre ha sido su héroe y que, desde la pérdida de sus padres, se ha convertido en algo más que una afición o una obsesión; se ha convertido en su refugio. La lectura de sus tebeos y el visionado de su serie y películas, le han llevado a creer que Batman existe, aunque sea en lo más profundo de sí mismo…

Batman: Criatura de la noche es una obra metacómiquera. El personaje de Alfred lo reconoce así al inicio del cómic: «Batman era un héroe. Para niños. Algo morboso, quizás. Bruce Wayne quedó huérfano de niño tras un trágico robo, pero no me refería a eso. Me refería a que dedicó su vida a entrenarse para alcanzar la perfección física y mental, para luchar contra el crimen. Una fantasía inofensiva. O, al menos, eso es lo que habría dicho entonces». Este cómic trasciende el género de superhéroes para, curiosamente, profundizar en él y, a la vez que responde a la historia de Bruce, también responde a la historia de por qué todos nosotros seguimos leyendo historias de superhéroes como el Caballero Oscuro y por qué entran en nuestro subconsciente. Por ello, me atrevería a decir que estamos ante lo mejor que se ha escrito sobre Batman en los últimos años y eso pese a que el final tenga algunos ligeros tropiezos, fruto del accidentado transcurso que tuvo la miniserie hasta ser completada.

La ciudad creada por el desaparecido John Paul Leon. Fuente.

Aparte de numerosos homenajes a toda la mitología de Batman, el cómic también posee una historia clara: ¿y si Batman fuese real? Sumándose a esta idea algunos toques de La mitad oscura de Stephen King (libro que es citado en el propio cómic), Criatura de la noche nos presenta qué ocurriría si el guardián de Gotham llegase a ser real en un mundo tan cruel y devastador como el nuestro. En la realidad que vivimos las cosas nunca son tan fáciles como en un cómic, tal y como dice el protagonista en un determinado momento del tebeo.

A su vez, Busiek se sirve de esta premisa para reinventar la mitología del personaje: Alfred no es un mayordomo, sino el tío de Bruce, que no ha podido adoptarlo por los prejuicios de las autoridades al ser homosexual; Robin es una niña huérfana que perdió a sus padres en un crimen y que Bruce decide proteger por su nombre, que le recuerda al del compañero de Batman; la ciudad es tan oscura como la propia Gotham… Es interesante que, pese a los guiños, Busiek no caiga en el terreno más fácil y decida hacer un what if… de cada personaje, sino que se centra en solo algunos, como un detective llamado Gordon o en conceptos (por ejemplo, cómo crece la empresa de Bruce hasta recordarnos a Wayne Entreprises). Sin embargo, un aspecto muy curioso es que Busiek no se dedica a reinventar villanos como el Joker, Enigma, Dos Caras, Bane, Catwoman… Y podría, ya que Batman tiene junto a Spider-Man una de las galerías de enemigos más interesantes, conocidas y llamativas del cómic, pero es parte del propio mensaje: en Criatura de la noche, los villanos son mafiosos, ladrones, asesinos, políticos… Personas con las que nos podemos cruzar a la vuelta de la esquina y que pueden resultar ser más terroríficos que cualquier supervillano salido de Arkham.

Busiek responde a la pregunta: ¿qué es ser Batman? Fuente.

Un mundo sin héroes

Kurt Busiek es ya un veterano del mundo de los guiones del cómic de superhéroes y se nota su buen pulso a lo largo de toda la obra. Es más, podríamos afirmar que es uno de los últimos guionistas de la vieja guardia que realmente aman el género. No solo está detrás de grandes etapas de Los Vengadores o en proyectos como Arrowsmith o Marvels, sino que Busiek ha realizado una de las mejores series sobre superhéroes de todos los tiempos: Astro City, una historia que habla sobre una ciudad de superhéroes y, aunque los somete a la desconstrucción, suele mantener una visión optimista y tremendamente humana sobre los superhéroes, lo que resultó muy original en una época de superhéroes hipertrofiados y de aires fascistas como lo fue los ’90.

No era la primera vez que Busiek desmitificaba a un superhéroe para, precisamente, reivindicarlo. Ya había trabajado con un concepto similar, pero con el último hijo de Krypton como protagonista. Superman: identidad secreta nos planteaba la historia de un joven que descubre su parecido con el superhéroe. Un cómic fantástico que sirvió para encandilar de nuevo a los lectores y que se ha convertido en una de las mejores historias de Superman, pero en la que este es un personaje de ficción. Por tanto, cuando a Busiek se le propuso realizar algo similar, pero con Batman, aceptó. No obstante, el mensaje no es siempre positivo. Bruce Wainwright se obsesiona y cae en la locura durante la miniserie, pero sí que recalca la importancia del arte en nuestras vidas. Puede iluminarnos o ensombrecernos, pero siempre nos afecta.

Por tanto, se agradece el buen trabajo de Busiek, lejos de los efectismos más vacuos del cómic de superhéroes, y más centrado en desarrollar la historia de Bruce. Si en el séptimo arte el Joker de Todd Phillips ha arrasado en taquilla con su versión mundana del Payaso del Crimen, puede que en el cómic tuviésemos que reivindicar una obra madura sobre Batman como esta, un título que, además, aprovecha para trascender y hablar sobre el personaje, pero también sobre el poder de la ficción.

Gran parte de todo el efecto de este cómic recae también en el apartado gráfico. En el dibujo contamos con John Paul Leon. Al ya citado parecido con Año uno gráficamente, se añade que el dibujante trabajó en la concepción visual de las películas de Batman de Christopher Nolan y no nos extraña que su visión de Batman recuerde bastante al ser monstruoso que veían aquellos que caían bajo los efectos de la droga del Espantapájaros en la película Batman Begins (Christopher Nolan, 2005): un ser oscuro, una sombra de ojos llameantes, que en esta historia sirve casi de aparición espectral. No es de extrañar que las hojas otoñales de este mundo, con su hojarasca, sean las que conformen a un ser tan siniestro como el Batman de este mundo: una figura ominosa y terrorífica, cercana a lo que deben sentir los criminales y que habla con pocas palabras, como lo haría un monstruo o como, tal vez, lo haría un niño.

Por su parte, la edición de ECC en nuestro país se complementa, en tapa dura, con algunos bocetos y la presentación del proyecto llevada a cabo por Busiek, que, además, cuenta cómo el proyecto sufrió varios parones que fueron afectando a la propia historia hasta que, por fin, quedó completa.

En definitiva, Busiek vuelve a demostrar su pasión por los superhéroes con una obra como Batman: Criatura de la noche, que cuenta con el extraordinario trabajo de John Paul Leon, para recordarnos la grandeza del Caballero Oscuro y cómo los superhéroes conectan con una parte de nosotros mismos: nuestra alma. El arte, al fin y al cabo, podría hacer que venzamos a los Hombres Grises.

Batman: Criatura de la Noche es un cómic que no puede faltar en las estanterías. Fuente

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