Críticas de libros: La Torre Oscura 2: La llegada de los tres

Portada de La Torre Oscura 2: La llegada de los tres,
la continuación de la épica aventura creada por Stephen King
y donde conocemos a los nuevos compañeros del pistolero. Fuente.

“En el camino a la Torre Oscura– aseguró–, todo es posible”.
ROLAND DESCHAIN

El Hombre de Negro, su gran enemigo, le auguró que necesitaría a tres personas para llegar hasta la Torre Oscura. Él, Roland Deschain, el último pistolero de un mundo que se ha movido, afronta, herido, su destino buscando en tres puertas a nuestro mundo a aquellos que podrán ayudarle a llegar a su meta: la Torre Oscura.

Puertas y senderos


Era nuestro destino y sigue siéndolo. El sendero a la Torre Oscura lo emprendieron tres personas: Roland Deschain (el protagonista), Stephen King (el escritor) y cada uno de nosotros (los lectores). La llegada de los tres, el segundo volumen de la historia, se inicia justamente después del final de El pistolero y nos hace conocer a nuevos personajes que marcarán nuestro rumbo por el peligroso camino hacia nuestra tenebrosa meta.

La llegada de los tres recoge cómo Roland, herido de gravedad tras el ataque de las langostruosidades (seres mucho más horribles de lo que se pueda pensar por su nombre), busca las tres puertas a nuestro mundo, donde encontrará a los tres personajes que necesita para llegar a la Torre Oscura: el Prisionero, la Dama de las Sombras y El que Empuja. Tres héroes (o tres villanos) que Roland necesitará si quiere llegar hasta su destino, marcado por el ka.

Pese a que parezca una idea simple para este segundo volumen (y quizás lo sea), Stephen King escribe muy bien y llena de aventuras este sendero hasta la Torre. No obstante, uno siente que se avanza menos en el camino, que la trama se vuelve algo más lenta al centrarse sólo en esta búsqueda dentro de la mayor, pero no deja de ser una obra notable dentro de su saga.

Tres personajes complicados


Los nuevos personajes son Eddie Dean, un joven yonqui que lleva droga en un vuelo, Odetta Holmes, que tiene una doble y despreciable personalidad (Detta Walker), y Jack Mort, la clave para varios de los misterios de algunos de los elegidos. Sin duda, King podría haber presentado a tres personajes planos, pero no es así, el escritor de Maine intenta sorprender y juega con el lector y con los que, finalmente, serán los tres elegidos. No es de extrañar conociendo el notable trabajo de King a la hora de elaborar personajes.

Esos antihéroes servirán para reflejar a uno que conociéramos en la primera parte: Jake, el niño que murió en nuestra realidad y llegó al mundo de Roland, aquel que acompañó al pistolero hasta que lo sacrificó con tal de llegar a la Torre Oscura. Es decir, Eddie y compañía sirven para reflejar algo: la obsesión del pistolero con encontrar la Torre, aunque sea a base de perder a quien haga falta (o pasar por encima). Eso queda claro con la frase: “Si renunciaste a tu corazón por la torre, Roland, ya has perdido. Una criatura sin corazón es una criatura sin amor y una criatura sin amor es una bestia”.

Pese a ello, mi personaje favorito sigue siendo, por supuesto, el protagonista: Roland Deschain. Su valentía y su obsesión lo convierten en un antihéroe muy atractivo para el lector. Además, King le dedica algunas de las mejores líneas:“Estoy condenado por mi deber. ¿Acaso los condenados cambian de rumbo?” o “Los últimos pistoleros de Cort, los trece supervivientes de una clase que había comenzado siendo de cincuenta y seis, estaban todos muertos. Todos muertos salvo Roland. Él era el último pistolero y avanzaba sin cesar y sin cejar en mundo que se había vuelto rancio, estéril y vacío”. Sin olvidar, “Lo que ninguno de los dos comprendía era que, cuando uno se las veía con el pistolero, por lo general era mejor dejar en paz lo que ya estaba bastante mal”.

Como habréis leído, Stephen King creó frases realmente buenas sobre Roland, pero también sigue intacto su estilo a la hora de describir los lugares y situaciones. Una parte que me ha gustado es cuando Roland describe que en un mundo como el nuestro, tan asombroso, hemos perdido la capacidad de asombrarnos. Es decir: “Y la maravilla más reciente simplemente era que para estas personas la maravilla se había terminado: aquí, en un sitio de milagros, solo veía rostros aburridos y cuerpos lentos y pesados” y “¿Quién podía maravillarse al saber que la maravilla se había terminado?”.

Solo es el comienzo…


A su vez, como el propio King reconoce en el epílogo, el segundo volumen, mayor que el primero, nos deja con varias preguntas: ¿cómo se crearon las puertas a nuestro mundo? ¿Qué ocurrió con la tierra de Roland, para que se “moviese”? ¿Qué esconde el pistolero? ¿De qué servirán sus nuevos compañeros? ¿Es todo una trampa del Hombre de Negro?

Sea como sea, La Torre Oscura. La Llegada de los Tres, pese a que no conduzca a las grandes respuestas, sí nos sirve para muchas cosas entre una: querer continuar el viaje. La Torre Oscura 3: En tierras baldías nos espera.

“Hay personas que necesitan personas que la necesiten. La razón por la que no comprendes es que tú no eres de esos. Tú me usarías y luego me tirarías a la basura como una bolsa de papel si fuera necesario. Dios se ha cagado en tu alma, amigo mío. Solo que tú eres suficientemente inteligente como para que eso no te duela y suficientemente duro para seguir adelante y hacerlo de todas maneras. No serás capaz de evitarlo. Si yo estuviera tendido en la playa y pidiera ayuda a gritos, tú me pasarías por encima si yo estuviera entre tú y tú condenada torre”.
EDDIE DEAN.

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