La droga de los escritores es escribir, no decir
que escriben para luego no teclear nada. Partamos de ahí.
La semana pasada di por concluido el Libro I de
mi novela sobre superhéroes. Ahora, creo que será mejor que se guarde en el
cajón un tiempo para que hierva y sepa mejor (grandes utilidades de los
cajones, lector). Luego vendrá la corrección y demás.
Tengo que escribir varios textos periodísticos además de
otros de mi vena de escritor como son relatos. Me siento desbordado, pero
necesito escribir.
A principios de años, elegisteis que el género
que escribiese fuese vampírico. Hice el corto “No quiero verte ni muerta” (¿no
lo habéis visto? ¿A qué esperáis?). La segunda opción más votada fue
“superhéroes”. Escribí sobre ellos.
Ahora, antes de pasar a la fantasía urbana o la
fantasía épica, que eran vuestras últimas opciones, regreso al género vampírico
para reescribir… La Historia.
Uno de esos elemento de La Historia. |
Historia de La Historia.
Entre 2007, 2008 y 2009 escribí un guion que se
me fue de las manos. Es una de las cosas que he creado de las que más
satisfecho me he sentido. Tenía docenas de personajes, muchos sucesos y, más o
menos, creo que quedó bastante bien hilada para ser la historia de un chaval de
dieciséis años (después vendrían los diecisiete, los dieciocho… ¡Me siento
viejo!).
He escrito unas tres novelas o cuatro desde entonces.
Luego, he labrado bastante el campo del microrrelato para el blog y los relatos
tanto para esta bitácora como para revistas digitales y demás. Ha sido teclear
mucho y creo que he conseguido limar muchos fallos (algunos quedan).
Regresando a La Historia, como pienso llamarla en
adelante, fueron tres partes: una de 578 páginas (medio ladrillo), otra de 800
(ladrillo entero) y la última de 1847 (una casa). Un total, si mis cálculos no
fallan (y pueden, soy de letras) de 3225 (arma arrojadiza mortal).
Por tanto, he de pasar 3225 páginas de formato
guion a formato novela. Lo intenté y lo abandoné hace dos años (soy un
quejica), pero ahora me lo tomaré bastante más en serio (¿no os he contado que
doña Elsbeth y un servidor han estado trabajando en el mapa sobre el lugar que
transcurre esta historia? Solo decir que visto el primer boceto de doña Els, solo puedo decir que es ASOMBROSO).
Hurm… La reescritura de esto supondrá quebraderos
de cabeza, ataques de nostalgia, alegrías, satisfacciones, depresiones y un par
de cosillas más, pero creo que eso os lo contaré la próxima semana en esta misma
sección.
Que la Fuerza nos acompañe.
Por la poca experiencia que tengo en esto, lo de reescribir parece más difícil en los momentos previos a empezar con ello, pero una vez metido en harina, es muy divertido y agradecido porque parece que va fluyendo poco a poco, como si siempre hubiera estado allí y sólo hiciera falta quitarle un poco el polvo para devolverle todo su esplendor.
ResponderEliminar¡Ánimo con los vampiros!
Hola, Mr. Gibson
EliminarSí, es así, aunque suelo siempre terminar cruzándome con otra historia, voy a escribirla y aparto la reescritura de la anterior.
En cualquier caso, sí, se nota que todo tiene cierta estructura y simplemente consiste en corregir fallos, buscar algún sentido, eliminar alguna cosa...
¡Muchísimas gracias por los ánimos! ¡Se van a necesitar! =D
3225 páginas. Como bien dices es una buena arma arrojadiza y es muy complicado todo esto de reescribir semejante obra, desde mi inexperiencia en esto de la escritura.
ResponderEliminarSolo puedo desearte muchísimo ánimo y que te sea lo mas leve posible.
Hola, superñoño
EliminarSiempre, cuando la imprima, puedo usarla de venganza personal tirándosela a la cabeza de los enemigos.
En cuanto a la obra de por sí, es ponerse. Por suerte, recuerdo bastantes cosas y sé donde meter y quitar ciertas partes o detalles.
¡Muchas gracias por los ánimos y yo también espero que me sea lo más leve posible dentro de lo que cabe! =)