Era verano de 2002 y la vida de un pequeñajo iba a cambiar por un libro.
A este renacuajo raro no le gustan las clases, prefiere, por una extraña razón, las jugueterías y es en una donde se cruza, por casualidad, con un libro. Su hermana mayor se lo regala por su cumpleaños. Con aquel librito y una figura de Obi-Wan Kenobi, el crío es feliz. Así, el chavalín empieza a leer la novela, la primera de verdad (larga y sin dibujos). Las palabras le atrapan. Enferma de ese virus que es la literatura.
Ese libro era Harry Potter y la Piedra Filosofal de J.K. Rowling y fue, ante todo, un hermosísimo viaje, donde eras Harry, un niño que descubría ser mago, y que, siendo un bebé, sobrevivió y derrocó al asesino de sus padres, El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.
Era El Niño Que Vivió. A caso, marcados por él, ¿no lo éramos todos?
Si no os gusta el aprendiz de mago o no lo conocéis, podéis pensar en vuestro libro, película, canción, tebeo, pintura o fotografía favorita. ¿Recordáis lo que habéis vivido desde que lo conocéis? ¿Recordáis cómo eráis entonces? ¿No os gusta esa extraña sensación de melancolía? La he vuelto a tener con el estreno de la adaptación cinematográfica del último libro: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte [Parte I].
Por cierto, aquel chaval de once años era yo. Pese a los defectos (no tanto como virtudes), siempre le daré gracias a la obra y a la propia J.K. Rowling por infectarme ese vicio de la lectura, el mismo que hizo que quiera ser escritor y periodista.
Nunca perdonaré, eso sí, que ese chaval que cumplió once años aquel mes de agosto no recibiese su carta de Hogwarts… En fin, “travesura realizada”.
CARLOS JAVIER EGUREN HERNÁNDEZ,
[Sigue intentando convertir el agua en ron en http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com ,
¿habrá tenido suerte?]
[Sigue intentando convertir el agua en ron en http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com ,
¿habrá tenido suerte?]
PD: Este artículo fue escrito para la resvista sin nombre… ¡síguela!
Yo también me quedé esperando la carta (por cierto, también en Agosto).
ResponderEliminarY años más tarde, seguí esperándola, fantaseando con un error en el correo. Alguna lechuza extraviada o algo semejante...
Es que Harry lleva tanto tiempo con nosotros que cuando terminen de proyectar en el cine la segunda parte, será como perder un trozo de infancia, de una manera seguramente triste y nostálgica.
La cuenta atrás ya está en marcha, aferrémonos a Harry y sus recuerdos de momentos felices ahora, porque después el pensarlo va a dejar el regusto amargo de las cosas que perdimos y que sabemos que ya jamás volveremos a experimentar.
Saludos, Misery.
ResponderEliminarLa verdad es que, para toda una generación, creo que nos quedamos esperando esa carta de Hogwarts que nunca nos llegó (maldita sea). Por cierto, Trelawney empezaría a hablar ahora sobre agosto y el zodíaco jeje.
Comparto tu idea del término de la segunda parte como el de una etapa de nuestras vidas. Suelo decir que cuando lo haga, me sentiré terriblemente viejo.
Muchas gracias por compartir tu opinión, supongo que, pase lo que pase, siempre seremos Los Niños Que Vivieron, como cierto chaval apellidado Potter.