Navidades… Esas fiestas donde se nos cuenta cómo llegó a la Tierra un mesías que salvó el mundo y que nos inspiró a ser mejores. Sí, me refiero al Doctor en 2005, cuando durante La invasión de Navidad, Russell T. Davies nos presentó al Décimo Doctor, con un carismático David Tennant y una ácida crítica a estas “señaladas” fechas. Ahora, en 2023, el nuevo Doctor llega a la Tierra para hacer de la suerte su idioma y para enseñarnos, con el rostro de Ncuti Gatwa, que estamos ante un excelente especial navideño que hace que estas festividades tengan sentido. The Church on Ruby Road es el cuarto especial de este 2023, año que ha marcado el sesenta aniversario del Doctor y que lejos de tirar de nostalgia facilona, nos ha demostrado que nuestro Señor del Tiempo puede ser todavía un personaje interesante.
Cuento de Navidad
Con una magnífica fotografía y una voz en off que nos evoca un cuento de Navidad, The Church on Ruby Road nos narra la historia de Ruby Sunday, la nueva compañera del Doctor, que fue abandonada en una iglesia el día de Navidad de 2005. A partir de ahí, descubrimos que Ruby es una especie de vórtice de la mala suerte… hasta que un encuentro fortuito con el Doctor hace que le pongamos cara a esa mala suerte… y es una cara tan horrible que ¿cómo no va a gustarme? Me refiero a los goblins, unos viajeros… perdón, paseantes del tiempo, que se alimentan de la mala suerte, las casualidades y, ante todo, los bebés. Perfecto para las Navidades.
Doctor Who, esa rarísima y única serie donde todo es posible, es capaz de todo. Sus especiales navideños, inaugurados por Russell T. Davies, marcan una fecha importante en el calendario whovian. Durante su etapa, los especiales fueron ácidos, con mucha mala leche y con algunos toques dramáticos que llegaron a su cumbre con el magnífico adiós a David Tennant en 2010. Curiosamente, Steven Moffat tenía otro alarde en sus especiales: eran, a menudo, cuentos de hadas sobre la Navidad. Davies es un poco Grinch, Moffat adora la melancolía de la Navidad.
Y ahora, Davies nos ha traído una mezcla de los cuentos de Moffat, pero desde su perspectiva, y deja la Navidad como aspecto secundario para narrar la primera aventura del Doctor y su nueva compañera, algo que logra en la hora que dura, como lo logró con Tennant hace dieciocho (¡dieciocho!) años. Y para conseguirlo, Davies no se corta y se despendola como si estuviera en una cena de empresa de Navidad: tenemos momentos musicales, guiños a Dentro del laberinto y barcos piratas capitaneados por goblins. Si esta no es la mejor serie fantástica (y rara) del mundo, no sé cuál lo será.
El Doctor ha vuelto y lo ha hecho del mejor modo posible: reseña de The Church on Ruby Road, el especial navideño de #DoctorWho Share on XEntusiasmo y aventura
Pero si por algo brilla The Church of Ruby Road es por su explosión de ritmo en todo momento. Como comentamos J.J. (aka Sr. Púrpura) en el especial que hicimos sobre el Doctor Who en Viajeros de la Noche, si algo retrata esta nueva temporada de Doctor Who es su entusiasmo contagioso. No hay ningún instante para el aburrimiento. Aquí tenemos a un Doctor que baila, salta, desprende carisma, ríe, se maravilla, llora e incluso canta (¡y muy bien!). Ncuti Gatwa es, simplemente, perfecto como Doctor, con un estilo más cercano al de David Tennant que a otros más recientes (por ahora), pero capaz de darle su propio toque (esos idiomas, esas deducciones…). ¡No me cabe duda de que disfrutaremos mucho de él durante su periplo en la serie!
No nos olvidemos de que en Doctor Who los secundarios son muy importantes, empezando por el companion. Algunos showrunners, aunque atiborraron la TARDIS de compañeros, fueron incapaces de entenderlo (sí, te miro a ti, Chris Chibnall). Aquí destaca una Millie Gibson, capaz de encantarnos desde su primera escena y que promete muchísimo. En algún aspecto, me ha recordado a Clara (las casualidades… la suerte…), pero sobre todo a Rose: si Rose se entusiasmaba con la idea de viajar en el espacio y el tiempo para salvar a su padre de su inevitable muerte, parece que Ruby lo hará para descubrir quiénes son sus padres, pero ¿querrá saber la respuesta? Desde Señores del Tiempo hasta váyase a saber quién, cualquier respuesta podría ser acertada y la música de Gold juega al despiste con unas notas de antiguos Doctores y compañeros. ¡Se admiten apuestas!
Pero cuando hablo de secundarios, también hablo de la familia que rodea a los compañeros y aquí tenemos a la madre adoptiva de Ruby, su abuela y sus amigos. Le dedico un párrafo porque es interesantísimo como un buen guionista puede desarrollar buenos secundarios con apenas unas escenas. Y es que, como en los mejores cómics de Marvel o las mejores épocas de Doctor Who (sin irnos más lejos), Davies nos hace empatizar con estos personajes, algo que le costó muchísimo, por ejemplo, a Moffat (que fue incapaz de darle una despedida al padre de Rory o hacer “realista” a la familia de Clara). En este aspecto, no me cabe duda de que Davies será capaz de sacarle partida, ya sea para desarrollar a los personajes (la familia de Donna) o como magnífico alivio cómico (la madre de Rose).
Dentro del laberinto
Más allá de esto (y aunque se antoja ya como un párrafo obligatorio en las reseñas de esta nueva etapa de Doctor Who), la serie se ve realmente bien: la fotografía, la puesta en escena, el barco goblin y, por supuesto, los efectos especiales para esos bichejos (los quiero a todos y cada uno de ellos y nadie va a cambiar mi punto de vista al respecto). No sé hasta qué punto Disney habrá puesto pasta, pero aún así, Davies logra ser tan imaginativo como cuando una temporada de Doctor Who valía lo mismo que un solo capítulo de estos especiales.
Agregar además que tenemos que aplaudir una vez más el regreso de Murray Gold, el compositor de la banda sonora del Doctor Who en las etapas de Russell T. Davies y Steven Moffat. Durante estos especiales se ha hablado mucho del regreso del showrunner o de David Tennant, pero no tanto de Gold y considero que hay que reivindicarlo, porque más allá del tema del Juguetero del anterior especial, aquí nos regala los temas del Doctor (entre la fanfarria, la aventura y… ¿James Bond?) y el de Ruby (melancólico y trágico para un personaje tan joven), pero, sobre todo, la canción de los goblin, que ha pasado a ser mi villancico favorito. Por favor, no me hablen de peces que beben y beben y vuelven a beber o campanas sobre campanas, yo lo que quiero es canciones sobre duendecillos que comen bebés. Gracias.
Un nuevo viaje
Por supuesto, este especial siembra las semillas para la nueva temporada, que tendremos en primavera de 2024. Davies ha pillado de Moffat el tema de sembrar misterios y tenemos dos muy interesantes en este capítulo.
Primero, ¿quiénes son los padres de Ruby? ¿Por qué no hay muestras genéticas de ellos? Incluso puede que Davies juegue al despiste: la mujer que deja a Ruby lleva unos botines muy similares a los de la Doctora (ojalá Davies escriba algún día sobre ella y mejore un personaje que jamás pudo brillar por culpa de Chibnall).
Segundo, la vecina de Ruby (interpretada por la actriz Anita Dobson y esposa de Brian May de Queen), ¿quién es en realidad? Desde su cambio de personalidad de un momento a otro pasando a los últimos segundos, ¿es un mero guiño a los fans (nunca mejor dicho) o hay algo más detrás de ella? Tendremos que esperar para saber si tenemos aquí a alguna antigua compañera, una enemiga o váyase a saber con qué sacada de la manga nos sorprende Davies.
Por último, la pregunta que muchos han intentado evitar debe aparecer en esta reseña. ¿Es The Church of Ruby Road un reinicio para Doctor Who? Pregunta peliaguda y, por tanto, pregunta por la que me andaré por las ramas. Desde mi punto de vista, es un nuevo comienzo, igual que de 2005. No se sacrifica lo anterior (la mención a la orfandad del Doctor, la aparición de Rose -la hija de Donna– en el próximo capítulo), pero se siguen creando puentes entre los antiguos y los nuevos fans que disfrutan de una serie de fantasía, space opera, aventuras y todo lo que puede ser Doctor Who. Es decir, una serie sobre la imaginación y la capacidad de soñar. Es… reinventarse.
En conclusión, para los viejos fans nos queda desear tener una TARDIS para viajar hasta la primavera e 2024 y poder ver la primera temporada de nuestro nuevo Doctor y para los que todavía no le hayan dado una oportunidad a Doctor Who, este capítulo es una oportunidad perfecta para, como Ruby, subirse a la TARDIS y disfrutar de un viaje por todo el espacio y el tiempo. ¿Te vienes?
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