Termino 2023 con COVID (cuando ya no es mainstream) y una posible costilla rota (ya os contaré cómo lo logré) y, pese a todo, 2023 podría haber sido peor. Es más, no lo considero un mal año (aunque espero algo mejor de 2024).
Cambios
El mayor cambio de estos doce meses ha sido a nivel profesional: he llegado a mi destino definitivo como profesor. Sí, suena épico eso de «destino definitivo», pero me refiero a que ya tengo instituto donde me jubilaré (si es que llego…). Y he tenido suerte. Posee un buen claustro con un buen alumnado y me he sentido bienvenido, así que no me arrepiento de haber dado este salto.
Concursar para obtener un destino definitivo es como jugar a la lotería, solo que sin ser el impuesto de los tontos, así que estoy contento. Me ha ido muy bien. No me puedo quejar.
Mis libros e historias
En los últimos meses, he publicado dos libros.
Historias de la Máquina del Caos
Historias de la Máquina del Caos fue una publicación pequeña y nacida de un enfrentamiento conmigo mismo: era publicarlo ahora o nunca. Me explico: quise sacar a luz una colección de cuentos desde 2014. En 2020, la correctora hizo lo suyo con el manuscrito y, en medio de la pandemia, abandoné el proyecto hasta finales de 2022. Soy así.
Al menos, el libro existe, aunque salió más por mi deseo de que viera la luz que por otra cosa. Algo es algo.
La segunda muerte de Lázaro
Le puse más ganas a La segunda muerte de Lázaro que funcionó bajo impresión mejor que en digital y, gracias a él, fui a mi primer club de lectura como autor.
Una pena que tenga pocas reseñas y haya pasado desapercibida. Es una novela muy distinta a lo que suelo escribir, pero también sé que podría haber resultado polémica. Algo de lo que me… libro (nunca mejor dicho, je).
En proceso de revisión editorial
De la época en la que escribí ese libro, hay otro proyecto que lo tiene una editorial y ha pasado a la segunda fase de la criba que abrieron hace poco. ¡Es una buena noticia! Ojalá tenga suerte y vea la luz con una editorial. La autopublicación me deja cada vez más exhausto anímica (y monetariamente).
Por cierto, este año me han rechazado varias veces en varias editoriales. Stephen King decía que, cuando estaba empezando, colgaba cada carta de rechazo con un clavo, en la pared. Pronto, ese clavo empezó a ceder por el peso de los «no». ¿Su solución? ¿Dejar de escribir? No, buscar un clavo mayor. Amén.
El proyecto secreto
Entre los proyectos secretos (toma esa, Brandon Sanderson), escribí una obra junto a mi novia. Hace unas semanas la enviamos a editoriales. Fue un ejercicio de constancia y cocreación del que aprendí muchas cuestiones interesantes, como a sentarte todos los días a escribir, aunque te cueste o dudes de ti mismo.
Llevo mucho tiempo escribiendo, pero debo reconocer que la escritura nunca deja de sorprenderte, sobre todo cuando tienes a alguien a tu lado mientras vas tecleando y creando mundos.
El proyecto isekai
Actualmente, estoy escribiendo una novela sobre rol que me gustaría compartir el próximo año, aunque ni siquiera fuera publicándola de modo tradicional o a través de Amazon. Eso me llevaría a repensar el modelo de la web y mil dolores de cabeza más.
Por ahora, os hago muchas preguntas sobre el proceso de creación a través de cierta red social. Si os animáis, espero vuestros votos, comentarios, etc. Sobre su estilo, decir que es fantasía con un claro homenaje al rol tipo Dragones y mazmorras. Ojalá salga bien.
El lado malo
Sin embargo… el lado negativo es que he empezado y dejado muchos proyectos. Me falla la constancia y la pasión. Si en algo se parece la escritura a la docencia es que es una carrera de fondo: si empiezas a toda velocidad, quizá no llegues a la meta y te quedes por el camino. Siento que escribir es cada vez más difícil.
Y sé que debería pensar más en la propia historia y olvidarme en lo que hay a su alrededor (la publicación, la lectura…), pero a nadie le gusta escribir para que nadie lo lea (creo yo…). No obstante, ¿acaso no dependo tan solo de mí? Me puedo preocupar por los demás y pensar todo el día en ellos, pero, al final, ¿qué más da? Solo puedo decidir por mí.
En definitiva, al respecto solo añadir que, si te gusta una obra, la recomiendes y la compartas. No sabes el inmenso favor que haces al apoyar a los artistas que te ayudan a seguir adelante.
Lecturas de libros y cómics
Según Goodreads, he leído 196 obras. Podría haber sido un año mejor, porque he sufrido varias crisis lectoras, pero me quedo con lo positivo y destaco varios títulos que me han gustado.
Superhéroes y gente en pijama
En cómics, remarco en la vertiente de los supers a Wonder Woman: Historia (de lo mejor que se ha hecho con la mitología de la superheroína, tal y como dejó claro James Gunn en redes sociales). Otro título de DC que me ha gustado, aunque por ser más “friki”, ha sido Dark Knight of Steel: imagínate a Superman, Batman, Green Arrow, Wonder Woman y compañía… pero en la Edad Media, a lo Juego de Tronos. Tom Taylor (Injustice) es un especialista en hacer estas reinvenciones).
Relecturas y descubrimientos
Aunque releí obras como la épica 300 o uno de mis tebeos favoritos Clase Letal, también probé con el cómic italiano como Dylan Dog, pero si quiero reivindicar obra de un autor en este 2023 es la de Ram V: porque Costas salvajes es una revisión del mito vampírico y del colonialismo fantástica, pero Las muchas muertes de Laila Starr es uno de esos tebeos que si te pillan en el momento oportuno, te cambian.
Salido de la manga
En manga, aparte de llegar al último tomo de la magistral Berserk escrito y dibujado por el tristemente desaparecido Kentaro Miura, me quedo con el clásico Lady Snowblood, un manga fantástico cuyas pelis fueron fusiladas por Tarantino para Kill Bill. Destaco, además, el arranque de The climber de Sakamoto, un manga sobre escalada, sobre todo cuando su obra sobre Drácula fue correcta, pero no me volvió loco.
Una obra maestra
Con respecto a novelas, he saldado una deuda pendiente con un gigante literario como es Cormac McCarthy con Meridiano de sangre (ojalá pronto tengamos un programa sobre este título en Viajeros de la Noche). Es una de esas obras maestras que te llenan de preguntas. Necesitamos libros así.
Clásicos y más clásicos
Este curso he empezado a impartir la materia optativa de Literatura Universal, así que me he puesto a repasar clásicos como La Epopeya de Gilgamesh, Macbeth, Madame Bovary o Rebelión en la Granja. Entre las relecturas que he hecho, debo hablar de esa máquina del tiempo que sido La Comunidad del Anillo (de pronto, volví a tener trece años, cuando la leí por primera vez).
Viva el Lado Oscuro
Con respecto a las obras más frikis que he leído, ¿os he dicho ya que Darth Plagueis de James Luceno me parece una de las mejores novelas de Star Wars y, en general, una gran space opera sobre la caída en los infiernos?
Dentro del terror y el fantástico en general, he tenido un buen año gracias a Mariana Enríquez y su Nuestra parte de noche (genial también en la no ficción con su colección de ensayos periodísticos, El otro lado), a Stephen King (relectura de Carrie y La chica que amaba a Tom Gordon, y lectura de un título de no ficción: Danza macabra) y Ferrán Varela (La danza del gohut y El arcano y el jilguero). Todos ellos tratan una versión oscura de la fantasía que adoro con toda mi alma.
Sandman y el ciclo onírico de Lovecraft
Precisamente mezclando fantasía y terror, Neil Gaiman es un maestro y he tenido la suerte de redescubrir The Sandman a través de Audible. En serio, si nunca has probado este formato de audiolibro (¿o audiocómic?), deberías estrenarte con Morfeo y los Eternos.
Para cerrar, curiosamente, hablaré de los cuentos que marcaron mi enero y febrero de 2023: las que conforman el ciclo onírico de H. P. Lovecraft. Aparte de leer muchos de sus mitos, quise centrarme en esta vertiente más fantástica del autor de Providence y ha sido un absoluto acierto. Si no habéis probado las historias de Randolph Carter, dadle una oportunidad (al igual que a las adaptaciones de los mitos que ha hecho Gou Tanabe al manga, ya de paso).
Visionados de películas y series
He visto menos que otros años, pero como no hago conteo, no pasa nada. Debería, eso sí, centrarme en volver a ver buenas pelis y series en 2024. Así que opino que he visto pocas películas de este año. Mi favorita ha sido Spider-Man: Across the Spider-Verse, porque marca un antes y un después en la historia del cine (de animación y fuera de la animación).
Seguida de la entretenida Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones. Sí, soy un señor con gustos sofisticados. Con ese aire «disfrutón», también me lo pasé bien con Indiana Jones y el Dial del Destino.
Guardianes, tragedias, reyes y justicieros
Y no me olvido de lo más decente que ha sacado Marvel en mucho tiempo: Guardianes de la Galaxia. Vol. 3, una genuina despedida a unos personajes que ya son icónicos.
En un apartado más técnico, disfruté bastante de Athena, una película que ha pasado desapercibida, pero que adapta a los suburbios parisinos las claves de la tragedia griega.
Entre las revisiones, destaco Excalibur, que la vi demasiado de crío, y debo agradecer a J. J., mi compañero de Viajeros de la Noche, que me la recomendase: no hay mejor adaptación de la leyenda artúrica.
También por el especial de Batman que hicimos volví a ver Batman: La Máscara del Fantasma, una de las mejores cintas que se han hecho sobre el Caballero Oscuro.
Supervillanos teatrales, mafiosos, virus y samuráis
En series disfruté mucho del aire macarra de The Boys y eso que su cinismo suele cansarme. Eso sí, se traiciona a sí misma al final de la tercera temporada al decidir convertirse en ese tipo de historias de superhéroes que ellos mismos juraron destruir.
Podría decirle que le pasa un poco lo mismo a Barry: empieza siendo una cosa y termina siendo otra y, aunque es correcta, da algún que otro traspiés.
Continuando con un tono más “serio”, The Offer (la adaptación de cómo se hizo El Padrino) fue una gratísima sorpresa y más para mí, que sigo sin entender por qué adoro tanto el cine de mafiosos (¿?).
En medio, el éxito que ha quedado rápidamente olvidado: The Last of Us, una buena adaptación, pero que no llegó a maravillarme como otras producciones de HBO del calibre de La Casa del Dragón, por ejemplo.
Sobre las series de Star Wars, me lo pasé genial con Ahsoka, aunque, como me temía, acabé queridísimo de los “debates” idiotas sobre ella en redes sociales, tanto que no quise hacer un Viajeros de la Noche dedicado a la primera temporada de nuestra togruta favorita.
Y ahora que estamos en confianza y quiero que me perdáis cualquier tipo de respecto que pudiese quedaros hacia mi persona, me lo pasé bien con Willow. Lo siento.
El regreso de Doctor Who
Esta recta final de 2023 ha estado marcada por el regreso de Doctor Who con Russell T. Davies, David Tennant, Catherine Tate y el compositor Murray Gold. No podía haber un sesenta aniversario mejor. Además, me ha ilusionado volver cada fin de semana a ver Doctor Who y el encarnado por Ncuti Gatwa me parece prometedor. ¡Y qué bien es ver Doctor Who sin tener que acudir a la Bahía del Pirata!
Arcane, Cyberpunk y Berserk
En animación, tengo varios títulos entre mis favoritos. He vuelto a ver Arcane: debe ser la décima vez; fue para grabar nuestro especial del pódcast Viajeros de la Noche. Para mí, es una obra que marcó un antes y un después. Siempre que escribo algo sobre fantástico, es la cima a la que intento llegar.
Si Arcane fue mi Arcane de 2021 (je), Cyberpunk Edgerunners fue el de 2022, aunque lo concluí tarde y lo volví a revisar con mi pareja a comienzos de 2023, así que permitidme que lo destaque. Un día debería investigarse cómo CD Projekt Red fue capaz de salvar Cyberpunk 2077 tras su desastroso estreno.
También he visto por primera vez el anime de Berserk y, aunque sabía todo lo que iba a pasar por haber leído el manga, ha sido asombroso ver cómo sorprendió a mi pareja y nos permitió compartir esta obra de Miura.
Vikingos, vampiros y dioses
En la vertiente de animes de protagonistas que lo pasan mal, disfruté bastante de Vinland Saga y la historia de Thorfinn. Ya sabéis que Vikings fue una de mis series favoritas de los últimos años, así que retomar una historia sobre héroes nórdicos estaba entre mis propósitos. Además, es genial cómo subvierte las expectativas de su género: estas obras suelen ir sobre un personaje que se vuelve más poderoso de un modo violento, en cambio Thorffin se vuelve más poderoso cuando aprende a no usar la violencia.
Dentro de esos animes perdidos de Neflix, también pude ver uno casi desconocido y que no es del todo un anime, ya que viene de China. Me refiero a La vida diaria del rey inmortal, una historia de un dios adolescente, una escuela, un torneo y un romance por el que romperías el espacio tiempo. Sí, soy un ñoño.
No es anime al 100%, pero por fin concluí Castlevania, que está basada en un videojuego japonés y su estética, al fin y al cabo, recuerda a los dibujos del mundo nipón. La tenía pendiente desde hace mucho tiempo (la empecé en su día, pero eso que lo vas dejando…) y, aunque a menudo se pierde, me lo he pasado muy bien. Comencé, además, Nocturne, su secuela, pero me está diciendo entre poco y nada.
Rol, space opera y samuráis
Hablando de fantasía en animación, disfruté mucho de las dos temporadas de La leyenda de Vox Machina, que no deja de ser una partida de rol en dibujos. También en la vertiente estadounidense y starwarsera, querría destacar The Bad Batch, cuyos capítulos sobre Crosshair me parecen simplemente magistrales y, ya que menciono Star Wars, tengo que señalar Visions que, con su segunda temporada, se ha expandido y ha contado con España para el maravilloso corto de Sith.
Pero la animación de 2023 tiene un título propio y es Blue Eye Samurai, que ha sido mi Arcane de este año. Me pilló de sorpresa (esperaba que fuera Onimusha la que me gustase…), pero de pronto recibí la magistral historia de Mizu y doy las gracias por su renovación. Si no la habéis visto, ¿a qué estáis esperando?
Videojuegos:
He tenido la fortuna de jugar más que otros años y, como todos los expertos señalan, 2023 ha sido un gran año para este campo. No solo por los estrenos, añadiría yo.
He disfrutado de Persona 5, que es una frikada rolera, pero mi tipo de frikada rolera. Básicamente, un anime jugable.
También mi vena de fan de Star Wars ha recibido su dosis de droga con Jedi Survivor, que quizá me lo pasé demasiado rápido y me dejó menos huella de la que esperaba. Al menos lo disfruté más que Zelda: Tears of the Kingdom (¡sacrilegio!), pero es que yo quería jugar a Zelda, no sacarme un máster en ingeniería aeronáutica. Peor resultó ser Hogwarts Legacy, cuyo único mérito es hacer que todos sus personajes sean odiosos. Al menos, por su culpa me hice con la PS5.
FFXVI
El videojuego del verano fue Final Fantasy XVI. Se está convirtiendo en una tradición el pasarme juegos de FF en verano. Muchos lo han criticado y entiendo que necesita un DLC que le quite y no le ponga: me refiero a quitarle misiones tontas y centrar más la trama, pero… es espectacular, tiene una gran historia y musical y visualmente deja huella.
Héroes y decepciones
Entre los aspectos positivos destaco que ahora mismo acabo de terminar el fantástico DLC de God of War: Ragnarok, que lo único malo que tiene es su perezoso título: Valhalla. Es un magnífico epílogo a la saga de Kratos.
De estos meses finales del año se ha hablado mucho de Spider-Man 2, con el que todavía estoy, aunque siento que me ha decepcionado un poco y puede ser que esté siendo injusto: últimamente no soporto mucho a los superhéroes y eso que Spidey es mi favorito.
¡Baldur’s Gate 3!
Pero sería injusto que no hablase ni un poco del que puede que sea el juego del año o… de la década (el tiempo decidirá). Me refiero a Baldur’s Gate, que es lo más parecido a una partida de rol que puedes jugar en videojuego y que, aunque lo empecé la semana pasada, ya se ha convertido en una de mis obsesiones.
No es perfecto: tiene bugs y algunos problemas, pero todo ello está compensado por unos personajes geniales con los que nunca paras de relacionarte (¡Astarion! ¡Karlach!) y siempre hay algo que te sorprende.
Aunque de este estilo solo jugué en el pasado a Sacred, Dragonage y Skyrim, puedo decir que con este me lo estoy pasando genial y me ayudará, sin duda, a crear futuras historias.
Solo añadir que es uno de esos juegos que cambian tu forma de jugar: la misión principal te da igual, tú lo que quieres es explorar y descubrir más de su mundo. ESO es crear un buen juego.
Música
Hace tiempo que no llevo un registro exacto (¿quizá debería retomarlo?) sobre la música que más escucho, pero puedo decir que, según Spotify, lo que más he escuchado ha sido la música de Trevor Morris para Vikings, Bear McCreary para God of War, Susumu Hirasawa para Berserk y… Måneskin, porque en el fondo soy un niño de quince años, ¿no lo sabías?
Y hasta aquí mi repaso por obras.
YouTube Vs Web
Centrándome en la web, YouTube y redes sociales… debo decir que no me arrepiento de haber cerrado Facebook e Instagram. Aunque he sido tan visionario que lo he hecho en el año en que se han cargado Twitter. Ay. Probé otras cosas como Mastodon o BlueSky, pero ha sido una pérdida de tiempo… Al menos, conservo Goodreads, Filmaffinity y Letterboxd, que no sé hasta qué punto son redes sociales.
Sobre la web, aunque he intentado ser constante, ha crecido menos de lo que debería y me temo a que se debe sobre todo a que la lectura llama poco en una época donde prima el pódcast y YouTube.
De ahí que en 2024 haya decidido seguir con el pódcast de Viajeros de la Noche (si mis compañeros me soportan) y quiera incentivar YouTube, que es el espacio donde más he crecido, aunque también el que lleva más tiempo por el tema de la odiosa edición. Al menos, allí hay comentarios y debate.
Nuevas metas para 2024
No me gusta escribir sobre metas porque luego pasa el tiempo, las ves, sabes que las has incumplido y te dan ganas de tirarte por un puente (del Baldur’s Gate). Pero como todo lo que queda escrito al final acabas cumpliéndolo (o intentándolo cumplir con más fuerza que si no) por cabezonería, decir que me gustaría crear una estrategia de crecimiento en YouTube, acabar la novela de rol que estoy escribiendo, publicar o autopublicar alguna nueva obra y mejorar mi salud, que romperse una costilla no debería ser algo normal a mi edad. Ay.
En definitiva, espero que 2023 se haya portado bien con vosotros y, si no es así, lo paséis por la espada y sigáis con vuestro viaje, ya sea con elfos vampiros, guerreras de la oscuridad o cualquier otra criatura con la que os crucéis en este 2024.
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