Nicolas Cage como el vampiro Peter. Fuente. |
"I'm a vampire! I'm a vampire! I'm a vampire!"
Tengo una relación extraña con esta película. Recuerdo que la vi hace muchos años, en una noche de verano, y, desde el principio, pensé: "qué mala es", pero, a medida que pasaban los minutos y llegaba a su final, consideré: "es mala, pero... tiene algo". La he vuelto a ver y debo reconocer que, quizás (y solo quizás), es su premisa, que funcionó en otras películas como Martin, o la idea de que con otro director hubiese resultado mucho más redonda. Vampire's kiss es la definición perfecta de la rareza, la extravagancia y de película de Nicolas Cage, que ya solo por eso se merece una categoría propia.
No existe palabra en lengua Ent, de los hombres o de los elfos capaz de describir una experiencia como ver Vampire's kiss, la película en la que Nicolas Cage intentó ser un... un algo. Y se comió una cucaracha real, pues porque es un actor de método. Esta cinta es la mayor fábrica de memes y parodias por minuto que he visto en muchísimo tiempo. Y es que Peter, su personaje, siempre es histriónico, extraño, exagerado, pasado de vueltas. No hace nada como tú o como yo. No mueve el brazo, no señala, no duerme, no bebe, no habla, no bromea, no se ríe, no llora, no se asusta, no se sorprende... como tú o como yo. Quizás es algo hecho a propósito. Muchos dicen que Cage sabía lo que hacía en todo momento, pero es que creo que solo está bien en dos escenas: su camino con la tabla y su última conversación con la psicóloga. De resto, cualquier juego como el capitalismo que representa convertido en un vampiro hacia esa pobre trabajadora inmigrante, Alva, se olvida.
¿De qué va esto? Peter es uno de los jefes de una agencia literaria. Un yupi de finales de los ´80 con problemas psicológicos, que se obsesiona con la idea de que una mujer lo ha convertido en vampiro cuando, estando con otra, un murciélago se cuela en su cuarto. A partir de ahí, el desfase. Desfase a la hora de tratar a su novia, desfase a la hora de tratar a sus empleados, desfase a la hora de ir a comprar, desfase a la hora de ir a la cafetería, desfase a la hora de ir a comprar unos colmillos (los más baratos posibles), desfase al traumatizarse viendo Nosferatu... Desfase, puro desfase. Y uno es incapaz de no reírse y sentir un poco de pena por el personaje.
Solo hay que ver la escena con la psicóloga, cuando Peter descubre qué es archivar mal (como concepto) y demuestra que sabe el abecedario (es más, si tienen hijos y quieren que aprendan el abecedario -y a archivar mal- usen esta escena):
La película se mueve desde lo histriónico hasta lo paródico y, aunque dudo de que sea una joya (hay gente que sí, que piensa que es la mejor interpretación de Cage), queda, para mí, la posibilidad de que en otra dimensión alternativa, pudiese haberlo sido. Al fin y al cabo, Cisne negro, ¿de qué va? Va de una chica que se obsesiona con interpretar al cisne negro del clásico y acaba siendo uno. Si Aronofsky fue capaz de hacernos creer eso, no creo que fuese tan complicado hacer que el bueno de Nicolas Cage se transformase en Nosferatu (con el que guarda cierto parecido)...
Pero quizás el equivocado soy yo. De ahí el subjetivismo de la opinión de cada uno hacia la obra artística. Puede que todo sea tan patético como debe ser, como dice nuestra amiga vampira en la última escena, como demuestra el pobre Cage a lo largo de cada escena. Tal vez, los vampiros reales como Peter son patéticos. Y esa es su mayor cruz y su peor estaca.
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