American Gods: The Bone Orchard, el arranque de los dioses de Neil Gaiman

American Gods, la nueva serie que no te puedes perder.
"Hoy es mi día"- Wednesday.

¿Crees en dios? Es una pregunta complicada. Cada cual puede elegir una respuesta, porque conecta con algo en nuestro interior, algo casi indescifrable. ¡Cuántas cosas ocurren en nuestro mundo por la fe o no en un dios! Algunos se ofenderían por no ver usada una mayúscula o un plural (Dios, dioses...). Los seres humanos necesitamos a los dioses... ¿o no? ¿Y si los dioses nos necesitasen a nosotros? Las creencias son viscerales, enérgicas y, en ocasiones, sombrías. Neil Gaiman ha entendido eso a lo largo de su carrera y se propuso investigar de dónde sale el arte, la fe y la religión a través de su obra, siendo uno de sus temas favoritos, como vimos en The Sandman.

Si viajamos a una tierra de fe y sueños, Estados Unidos es un buen enclave. Este país representa una promesa de libertad para muchos, pero posee su propia oscuridad, su sangre. Es un país que está cimentado en promesas, pero también en masacres. Su espíritu, forjado en la creencia de poder ser uno más, es para muchos una vacua ilusión. Es un lugar capaz de lo mejor o lo peor, pero ¿el lugar o quienes lo habitan? Porque también una tierra de indígenas destruidos e inmigrantes, por mucho que algunos bocazas digan lo contrario. Cada uno de los nuevos visitantes, venidos de lejos, porta sus propias historias, sus dioses, su fe... La pregunta es: ¿aceptarían los dioses el nuevo mundo? ¿Y si el nuevo mundo y la nueva sociedad ha creado sus propios y terribles dioses?



Hacía mucho tiempo que quería ver una buena serie basada en la obra de Neil Gaiman. Sí, sé que el trabajo de este autor ya es insuperable en el medio donde se ha gestado, pero Gaiman no es un escritor que esté precisamente en contra de las adaptaciones de su trabajo siempre que cumplan y, en el caso de American Gods, ha cumplido y gratamente.

Desde los primeros avances, Bryan Fuller, el hombre detrás de series como Tan muertos como yo o Hannibal, me había hecho confiar en él con esa fuerza visual que posee y ahora solo cruzo los dedos para que esa potencia se mantenga en los siguientes episodios. El director David Slade, encargado de Hard Candy30 días de oscuridad (o Eclipse... ugh) está a la altura en la mayoría de las escenas de una obra tan particular como American Gods, la obra literaria con la que Gaiman comenzó a ser reconocido más allá del campo del cómic.


The Bone Orchard, desde sus hipnóticos créditos iniciales, ha sido el arranque de una serie que sabe que puede encontrar a su público entre los seguidores de Gaiman y todos aquellos que, aunque no tengan la obra leída, sí que pueden hacer algo como quedar fascinados por la rareza de las ideas del autor británico, unas ideas que nos transportan directamente a los cuentos clásicos, los mitos, el terror, la fantasía y la magia sin olvidar algo que resulta tan importante como la humanidad de unos personajes devastados por sus propias decisiones, ya sean dioses o no.

El protagonista es Shadow Moon, un hombre que ha terminado en la cárcel, pero cuya vida está a punto de dar un cambio que nadie esperaría tras conocer a un misterioso hombre que le pide que trabaje para él. Ese hombre responde al nombre de Wednesday o Miércoles. Shadow Moon no quiere aceptar el trabajo, quiere cambiar, pero la suerte acompaña a Wednesday y no a él. Después de una tragedia personal y una serie de terribles sueños proféticos, Shadow Moon acaba acompañando al misterioso hombre a través de un largo viaje por Estados Unidos, donde serán asaltados por extraños seres, como leprechauns violentos o dioses de la información. No obstante, antes, Shadow Moon deberá enterrar a la mujer que más quería...

Seamos honestos: American Gods es una novela arriesgada, sombría y perturbadora con un viaje del héroe que nos dirige a través de un mundo donde una guerra entre viejos y nuevos dioses está a punto de librarse a partir de la fe de la gente normal y corriente. La serie tiene todo eso.

El poder visual de la serie está cargado de un aire onírico impactante. Fuente.
La fotografía, la música, el guion... el sentimiento que transmite cada fotograma de American Gods es poderoso, aunque no para todos los públicos. Si usted está dispuesto a dejarse llevar por este viaje hacia las tinieblas, lo disfrutará. Si no quiere sumarse a esta embriagadora sensación de una pesadilla, no se atreva a creer en estos dioses y monstruos modernos que nos demuestran que las grandes historias pueden funcionar siempre que conecten con buenos creadores y un buen público.

Mi mayor miedo hacia American Gods es saber si caerá o no en picado en los próximos episodios, si todas las promesas se han tendido en el piloto para olvidarse en el resto de capítulos. Si no se viene abajo, estaríamos, sin duda, ante una de las mejores series de los últimos años. Creamos en eso.

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