Crítica de la serie: Legion, Chapter 1, she's a rainbow

Legion, la serie basada vagamente en los X-Men de la Fox... Y qué suerte que contemos con eso. Fuente.
Cuando lees sobre las épocas de los cómics, se suele repetir una historia. Durante un tiempo, los tebeos dejaron de ser llamativos para aquellos que crecieron leyéndolos. Neil Gaiman contaba cómo devoraba docenas de cómics y, cuando creció, dejó de hacerlo... hasta que un día, se topó con un cómic de La Cosa del Pantano de Alan Moore y descubrió que era muy, muy bueno. El mundo estaba cambiando y fue el comienzo de una ola que devolvió la fe a muchos lectores.

Ese cansancio del género de "superhéroes" podría ser extrapolable al mundo de las adaptaciones de estos a la gran y pequeña pantalla. Muchos espectadores esperaban alguna obra que cambiase un poco lo ya visto y puede que esa primera pieza haya llegado por fin a nuestras pantallas.

La historia comienza con David Haller.
 Ha terminado en un psiquiátrico. Después de un intento de suicidio, solo le quedan las voces que le acechan en todo momento. No obstante, la llegada de una nueva enferma (Syd) hace que David comience a preguntarse si esas voces son reales o no, y si, dentro de él, se esconde un poder que podría cambiarlo todo.


Esa es la premisa de Legion, la nueva serie vagamente basada en los cómics de X-Men y en la franquicia de Fox. Y, por suerte, se aleja de todos los tópicos de lo que podríamos llegar a denominar “género”, para presentarnos un híbrido moderno de la paranoia de El Prisionero (las chaquetas de David no son un casual), los cómics y el cine de grandes autores. Eso consigue en Legion un efecto distintivo y muy fresco para el espectador que busca algo diferente.

Por suerte, el desarrollo de los personajes y su humanidad está más logrado que en muchas películas de esas que deben brillar por venir de un cómic y que, por mucho que recauden, se quedan por el camino de la falta de humanidad. Personajes como el protagonista David (Dan Stevens), la extraña Syd (Rachel Keller), la carismática Lenny (Aubrey Plaza) o villanos como el Ojo (Mackenzie Gray, que parece escapado de Twin Peaks) se presentan como seres huidos de otro tipo de cine, de otro tipo de historias y eso es loable. Legion no mira a los pobres X-Men de Singer (de caducidad ya tan vencida), sino al cine de autores como Lynch, Kubrick, Anderson, etc. No obstante, debo confesar que me gustan más sus problemas humanos (el tocarse a través de un pañuelo o besarse en un reflejo) que cuando la serie se sumerge con rapidez en la escapatoria de un psiquiátrico que daba para una temporada completa.

El delirio visual también nos acompaña en este piloto, como en la escena del baile. Fuente.

No es digno de ignorar que Legion puede que sea la serie más cinematográfica que se haya estrenado en mucho tiempo. Y lo digo como una virtud. No pretende al cine más aburrido o tontorrón, sino al séptimo arte que nos enloquecía. Su cuidado uso de la música (She’s a rainbow de los Rolling Stones), la fotografía, el montaje y los recursos visuales nos transportan al cine de autores como Stanley Kubrick, como bien han señalado diversas fuentes o el compañero crítico Pedro de Mercader. Visualmente (y no solo por los efectos especiales) es asombrosa. Atentos a los planos secuencias que nos regalan en varios momentos. Desde ese cable usado para ahorcarse (y que cierra ese resumen de una vida rota) y que se transforma en una vela de una tarta de cumpleaños pasando a esa colina con pantallas que contienen recuerdos, sin olvidar el uso de los poderes a cámara lenta y la aparición de ese demonio de ojos amarillos (que bien nos recuerda al bastardo de Mojo, ese personaje asqueroso de los X-Men)… En Legion hay mucho talento y (lo mejor) potencial.

Para algunos, tanto recurso visual pueda superar a la historia que se narra en este primer capítulo, pero no me encuentro en ese grupo. Hallo una buena combinación de ambos y un alejamiento de la dirección común. Es un buen episodio piloto que contiene las suficientes escenas destacables como para que cualquier espectador (que no se quede con lo de siempre) se enamore de sus personajes y se pregunte cuál es el origen de la locura que convierte a los personajes en aquello que son.

Los poderes desatados de David dan lugar a un par de impactantes escenas. Fuente.


Algo más que superhéroes


A nivel de adaptación, Legion se toma muchas licencias hasta convertirse en un mundo paralelo más. No me molesta. Incluso, llegado a cierto punto, preferiría que el tema de los poderes hubiese permanecido en un segundo plano y se mantuviese más la idea de si tiene realmente o no esa habilidad el personaje. Personalmente, los grupos de mutantes y agencias supragubernamentales ya no me llaman tanto como en su día (¿quizás la vejez?).

El hecho es que parece tener en común solo con la saga de los X-Men de la Fox el logo y el comentario sobre los mutantes que se hace en cierto momento. Y conociendo cómo ha funcionado la irregular franquicia de los X-Meh (sic.), uno casi lo alaba (¿casi? No, lo alabo muchísimo).


Mi gran duda es si toda la temporada mantendrá el nivel tan destacable de este primer capítulo que parece una gran película de esas que ya nadie ve. Y quizás, el otro problema es que el público, obnubilado por explosiones imposibles y seres todopoderosos, no encuentre su lugar en el psiquiátrico que habita cada uno de los personajes de esta serie. El creador, Noah Hawley, se ha esforzado en presentar un primer capítulo que escapa de lo corriente. Ahora, cruzamos los dedos para que la serie siga por el buen camino. Y que, de continuar, la baja audiencia (ese invento tan indeseable y añejo) no mate una serie más que prometedora. El Demonio de Ojos Amarillos espera.

Advertidos quedamos gracias a la magnética Lenny. Fuente.

P. D.: He alargado esta crítica con esta frase solo para poder incluir un poco más de texto para no ignorar la presencia de Aubrey Plaza en esta serie, con uno de los personajes revelación, Lenny.

Música, siempre la música. Fuente.

2 comentarios:

  1. Vi el primer episodio. Tengo que disentir en algún que otro aspecto. Y es que me pareció un acierto que lo del hospital haya quedado atrás. Prolongarlo habría tenido el riesgo de caer en un estereotipo del encierro, del autoritarismo de cierta parte de la medicina, etc.

    Lo del juego de presente pasado, me pareció un poco excesivo. Espero que no abusen de este recurso en los próximos episodios.
    Me gustó ese recurso de que la realidad no es lo que parece, que la verdadera realidad está oculta. Me recordó a las temáticas de Philip Dick, que ha escrito sobre mutantes, incluso sobre las organizaciones para perseguirlo.

    Si hay algo que tienen los mutantes, son problemas humanos. Incluso son más humanos que los humanos. Está el tema de la mutante, cuyo poder le impide ser tocada en la piel. Lo que lleva a que su relación con el protagonista recuerde a la relación de Rogue y Gambito.

    La saga de X-Men es algo irregular. Y en lo irregular ha tenido algunos hallazgos. Podrían ser las dos primeras películas de las dos trilogías.

    Un hallazgo de que la mutante sea llamada Sydney Barret,

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    1. A ver cómo sigue. Por ahora, el periplo fuera del hospital pues bien, pero necesito ver más capítulos seguidos.

      Por mi parte, me quedo con Primera Generación y poco más. Ojalá, algún día, los derechos regresen a Marvel o Fox quiera colaborar con ella, como Sony.

      ¡Muchas gracias por compartir tu opinión sobre el inicio de la serie! ¡Nos leemos!

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