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Había llorado un océano por muchas cosas.
Recordó vagamente aquella cosa inútil llamada risa.
Te obligaba a arquear las comisuras de tus labios como si fuera… Entonces se dio cuenta…
¡No era inútil! La sonrisa con su forma de… Barca. La sonrisa servía para no naufragar en los mares del llanto.
Antes de darse cuenta, ya estaba sonriendo.
A veces la sonrisa es lo único que nos mantiene cuerdos en este mundo de locos... Buena reflexión. Si no que se lo digan al Joker.
ResponderEliminarHola, superñoño
ResponderEliminarSí, desde luego. Estoy contigo. Es una buena cura, la verdad. En cuanto al Jóker... Se partiría de risa con esto, sin duda alguna jaja
Un saludo y gracias por el comentario.