The Suicide Squad, la secuela, pero no, que sabe a reboot. Fuente. |
Antes de escribir el guion de El amanecer de los muertos, James Gunn se había curtido dentro de la compañía Troma, el paradigma de la serie b o z de Lloyd Kaufman que nos dio cosas (no se las puede llamar películas) como El Vengador Tóxico. Tras los guiones de Sooby-Doo llegó Slither, pura parodia del cine de invasores alienígenas, a la vez que continuaba con la sátira en cosas como PG Porn antes de saltar a Super, su primera película decente y parodia de los cómics. El trabajo de Gunn llamó la atención de Marvel como para darle la dirección de Guardianes de la Galaxia, film que lo catapultó y lo encumbró como una de las voces más potentes del Universo Marvel, dirigiendo más tarde la secuela. Sin embargo, una serie de tuits considerados políticamente incorrectos (y con casi una década desde su publicación) llevaron a su despido en verano de 2018. Pero DC, que no pasaba por su mejor momento, lejos de achantarse lo contrató para hacer una secuela con aires de reboot de Suicide Squad, película de David Ayer que falló por las diferentes visiones sobre ese proyecto que tiene el dudoso honor de ser una película de superhéroes para quinquis (junto a la bochornosa Birds of prey). Gunn aceptaría llevar a cabo la película, mientras Marvel lo volvía a contratar y no solo le daba la tercera parte de Guardianes, sino un especial de Navidad (y DC le ha dado una serie Peacemaker para HBO). El resumen de este viaje es que The Suicide Squad recoge el estilo desenfadado de James Gunn en sus primeras películas de serie b, añadiendo la espectacularidad de la segunda mitad de su carrera. Y eso es una buena señal, aunque tenga sus problemas.
¿Recuerdas cuando Masacre (Deadpool) formaba un supergrupo en su secuela y dicho supergrupo moría a los cinco minutos? Pues ese chiste lo repite Gunn con el inicio de la película y, entre saltos temporales y cartelitos que recuerdan a un cómic, tenemos una película de acción colorida, loquísima como un cómic, llena de sangre y con un humor que, a veces, encaja, y a veces es como ese macarra James Gunn de sus comienzos. Se percibe cierto aire catártico en la cinta, es como si su creador, tras ser despedido por ser políticamente incorrecto, decidiese hacer una película con el mismo propósito de sus tuits: ser ácido, incorrecto y brutal dentro de este homenaje a la serie b.
Que nadie ose hacerle daño a King Shark. Fuente. |
Margot
Robbie, Idris Elba, Viola Davis, Sylvester Stallone, Taika Waititi, Nathan
Fillion, Michael Rouker, Joel Kinnaman, Peter Capaldi, Jai Courtney… La
impresión es que todo el reparto se ha juntado para pasarlo bien grabando un
corto de un colega que, en realidad, es una película de dos horas con mucho de todo y que no
aburre, aunque sorprende por cómo desliza todo su presupuesto hasta hacernos
pensar que es una de las películas de serie b con más pasta de la historia. Aunque
carece del alma de sus Guardianes de la Galaxia, también se agradece que se
haya hecho un intento de dotar de cierto trasfondo a personajes como Bloodsport
de Idris Elba, que es algo más que el sustituto de Deadshot, o como Ratcatcher
2 de Daniela Melchior, una supervillana del tres al cuarto que controla a las
ratas como lo hacía el yonqui de su padre. En el fondo, aunque con más gore y toques de humor gruesos, volvemos a la idea que persigue a Gunn de cómo unos marginados pueden marcar la diferencia, ya sea formando una familia de desgraciados o tendiendo una quebradiza amistad.
Y pese a tantas chorradas y tantas escenas que pueden chirriar, hay un sentimiento de que todo funciona en su conjunto y con un aire in crescendo que le sienta fantásticamente a la película: dictadores, guerrilleros, amigos que se hacen enemigos, una estrella gigante alienígena, zombis... y ese presentimiento de que todo va a ir a más funciona bien con esos personajes que no se sabe bien cómo saldrán de esta, ya que, quieras o no, te caen lo suficientemente bien como para aguantarlos dos horas.
Lo mejor que nos puede dar Estados Unidos: una pandilla de inútiles mercenarios. Fuente. |
La crítica al imperialismo de Estados Unidos y su guerra fría (no tan fría) en Latinoamerica, las repúblicas bananeras, los alienígenas con forma de estrellas, los supervillanos del tres al cuarto... Todo en la película tiene un aire ridículo que le sienta extrañamente bien a su conjunto. Uno nunca se la puede tomar del todo en serio y no importa ni siquiera cuando pasa a tener escenas bochornosas como el enamoramiento de Harley y Luna (que parece un anuncio de colonias) o time lapses de GoPro. Luego, Gunn se autohomenajea con la serie b o con ese Escuadrón Suicida a cámara lenta que recuerda a sus Guardianes de la Galaxia atravesando el pasillo antes de la batalla final contra Ronan. No todo funciona en la película y la hipérbole puede llegar a sacar a más de un espectador que espere otra cosa (pobre iluso), pero si lo que se busca es un simple entretenimiento, pues está mejor que otras cosas que DC y Marvel han estrenado.
Hay que advertir a ciertos fans de DC que tengan cuidado si buscan una de sus sombrías películas, porque aquí lo que van a tener es una broma ácida de dos horas y si el espectador está dispuesto a pasar por el aro se lo pasa bien con este cómic hecho celuloide. Aquellos "deceítas" que sufrieron algún tipo de ataque cuando vieron cómo Starlord vencía a Ronan bailando, mejor que se alejen de esta película con chistes sobre penes, tipos que vomitan lunares o ratas que son más majas que mucha gente. James Gunn se parte con todo y, en el fondo, tiene cariño a estos juguetes, el suficiente como para romperlos y crear a partir de ellos.
El Escuadrón Suicida de Gunn está más cerca de sus primeras películas en Troma o Super que de Guardianes de la Galaxia. Fuente. |
Puede que ese aire malote que le ha dado Gunn funcione frente al aire malote de Ayer, porque el segundo se tomaba falsamente en serio aquella película de 2016 que no se decidía entre ser "oscura" o ser paródica. Gunn lo tiene claro desde el minuto uno: va a hacer lo que le dé la gana y, quien quiera disfrutarlo, disfrutará. Quien no... pues se le hará muy largo.
Gunn es un tipo listo incluso cuando se pasa de frenada y sabe sorprender en algunos momentos, ya sea mediante elipsis y saltos en la trama, o, sobre todo, por dar algún momento inesperado, como el inicio de la película (donde se ventilan a varios personajes -y algún actor- odioso) o el final de Silvio Luna. Es Gunn riéndose de ti y diciendo que nada irá como te esperas y si te gusta bien, y si no, también.
Que el director haga lo que quiera demuestra que puede coger a personajes semidesconocidos como Polka-Dot Man y darle algo de trasfondo al chiste. Él sabe en qué es bueno y él sabe en qué división está jugando, una donde el humor es exagerado, la sangre salpica la cámara y hace que el Sam Raimi más pasado de vueltas parezca un niño bueno a su lado.
Sí, no podemos encariñarnos con ellos. Fuente. |
Quien espere una obra maestra (pese a sus excelentes críticas en Estados Unidos), ya puede irse a buscar otra cosa. Aquí estamos ante una cinta de acción y humor ácido, con mucho de serie de dibujos de sábado por la mañana, que no se puede tomar muy en serio y, precisamente por eso, quizá se suma a la oleada de parodias tipo Deadpool que escapan a los convencionalismos de los superhéroes.
La conclusión es que James Gunn, con completa vía libre (nos pese o no), da una película colorida como un cómic, gamberra como Super y burlonamente hermana de la serie b como sus cortos para Troma. ¿El resultado? Una cinta, sobre todo, loquísima a unos niveles todavía mayores que Guardianes de la Galaxia, con esa sensación de que la parodia y la acción brutal era el mejor camino para estos personajes fracasados que intentan salvar su propio cuello.
The Suicide Squad mejora a su predecesora (tampoco era difícil) y añade ciertas capas al género de los superhéroes a partir de unos personajes que son unos matados, pero, al fin y al cabo, son NUESTROS matados.
No, no deberíamos encariñarnos de ninguno. Ni siquiera del que diseñó este banner. Fuente. |
¿Pero estos muchachos tienen de sobrenaturales como los lobos y vampiros de la saga Cropolusculo?
ResponderEliminarCasi tanto como tú escribiendo como has escrito "Crepúsculo".
Eliminar