Fragmento de la portada del clásico de Ray Bradbury: De la ceniza volverás. Fuente. |
"En el desván donde en los días de primavera la lluvia golpea suavemente el techo, y donde en las noches de diciembre se puede sentir fuera a pocos centímetros el manto de la nieve, existe la Mil Veces Tatarabuela. No vive ni ha muerto para siempre; ella... existe".
No existe otro escritor como Ray Bradbury y jamás existirá. No es motivo por el cual debamos sumirnos en la desgracia: fue un autor que encontró su propia voz, un tono único, y alcanzó la inmortalidad a través de la eterna lectura a la que es "sometida" su literatura, si es que se puede "someter" a la obra de un genio.
El misterio de la Familia
De la ceniza volverás es una pequeña novela formada a través de varios relatos sobre una curiosa familia. Igual que en Crónicas marcianas o El hombre ilustrado, Bradbury articula sus cuentos a través de unos personajes extraños, llenos de poderes sorprendentes y pura magia que rodea la Casa. La Familia, compuesta por seres que evocan a vampiros, espíritus y hombres alados, siempre ha estado ahí, pero la época de descreimiento de los mortales está acabando con ellos. Un día, reciben a un invitado, un niño huérfano que llega en un cesto; el pequeño Timothy, humano, se criará entre seres fantásticos y se convertirá en el escriba de todas sus historias, desde los viajes de la hermosa Ceci a recuerdos de la momia, la Mil Veces Tatarabuela.
Si bien la cohesión de los diferentes relatos no es tan palpable en esta ocasión y Bradbury tampoco necesita de hilos argumentales bien definidos, De la ceniza volverás es una obra profundamente creativa, original, un canto a la imaginación pura y al talento con el que Ray Bradbury nos deslumbró a todos. Los personajes de su obra son entrañables y sí, cumplen con ese comentario que dijo alguien una vez de que Ray Bradbury era el Edgar Allan Poe optimista; pese a que un servidor siempre detecta cierta melancolía y el ejemplo claro está en esos monstruos que se reúnen cada Halloween y que terminan aceptando que su tiempo ha pasado, que la fantasía muere ante la racionalidad y que nada es eterno (una filosofía cercana al protagonista del relato de Bradbury: Usher II, homenaje también, por supuesto, al padre de El cuervo).
En cada línea, el autor de Fahrenheit 451 nos deleita con su estilo altamente poético y es que De la ceniza volverás rezuma metáforas, juegos de palabras y diversos recursos estilísticos que convierten esta historia en obligatoria para todos los que llevan ya años leyendo la obra del escritor que nos demostró el poder de su creación en El zen en el arte de escribir. No obstante, quizá para el lector primerizo pueda caer en la confusión o él mismo no se complazca de esa voz de viejo narrador que poseía el autor (la desgracia, lamentablemente, toca a algunos).
La obra, concluida en el año 2000, ha sido editada con la ilustración que acompañó al relato original, Homecoming y fue creada por Charles Addams, artista conocido por dar vida a otra emblemática Familia Addams. Dicha edición está acompañada de un texto donde Bradbury habla sobre cómo su infancia y su amor por el arte inspiraron esta historia concebida por él, alguien sin el cual no tendríamos a escritores como Neil Gaiman (recordemos su relato El hombre que olvidó a Ray Bradbury o pensemos lo bien que se llevaría Tim con el niño de El libro del cementerio) o Stephen King. Ya que en este párrafo he hablado de la edición y pese a que en las bibliotecas se puede encontrar (es de donde ha salido mi ejemplar), no estaría mal que se reeditase el trabajo de Bradbury y muchas editoriales dejasen de vivir de falsas modas: hablamos de un escritor único.
Comenzaba este comentario diciendo que no existe otro escritor como Ray Bradbury ni existirá y cierro diciendo que De la ceniza volverás es una prueba más de cómo tuvimos un genio como el de este escritor entre nosotros, una luz para la ficción, un rayo para la realidad, un sueño encarnado en hombre. Y no lo olvidaré.
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