Recuerden, recuerden: V de Vendetta, la primera vez que pisé una tienda de cómics o cómo he llegado a esto

Recupero esta columna del juntaletras que escribí en su día porque el jueves fue cinco de noviembre y así puedo hablar una vez más de V de Vendetta y de lo que fue para mí empezar en el mundo de los cómics. Así que poneos los cinturones, nos dirigimos a Villa Nostalgia, el único lugar donde mirar hacia detrás es mejor que mirar al horizonte. Come on!


Fuente.
Hi, guys!
Sí, siempre he querido saludar en inglés en una de estas columnas para empezar por la premisa más simple: lo más ridículo, cuanto antes, mejor.
Como esta columna de hoy contiene suficientes elementos ridículos, creo que venía bien soltarlo cuanto antes mejor. ¿Lo habéis pillado? Explicarlo es realmente triste.
Estaba en 4º de la E.S.O. en aquellos días de la historia que os voy a contar. Imaginadme. Sí, la misma basura a un nivel más pequeño, pero a mí eso me importaba una mierda. Era un chaval de dieciséis años que nunca había esperado llegar a los veintidós que tengo ahora y seguía con una alocada vida que… se componía de ir al cine con sus primeros amigos de verdad y salir a dar vueltas (a veces, incluso me mareaba). Ya. Fin.
Esto es jodidamente deprimente, lo sé.
Sé que me esperabais subido a una mesa de un antro con mi guitarra eléctrica y una sobredosis en las venas, pero no fue así. Nunca me subo a mesas.
Por aquellas fechas era un poco borde, pero tenía amigos pese a que salí en un test que era antisocial (uno de la asignatura optativa de psicología, no de una revista para quinceañeras). Se ve que en esa época la gente es muy insensata y tiende a unirse con el chaval raro. Ahora acabo de acordarme de que amenacé a muchísima gente con darles una paliza por cabrearme. La verdad es que no sé qué me pasaba en esos días.
Fuente.
Lo importante de esta historia es que acabo yendo a una tienda de cómics por primera vez en mi vida. No sabéis lo que supuso eso para mí. Debe ser equivalente a cuando Armstrong pisó la luna o cuando esa chica mona que conoces te sonríe por primera vez. En serio. Antes de eso pensé que nunca podría leer un cómic porque vivo en Tenerife, más conocido como La Roca. Al menos para mí entonces me parecía que en esta isla nunca podría encontrar aquello que me gustaba y me volvía tan loco: cómics, cómics, ¡cómics! Y, de pronto, veo que hay una tienda y eso supone que, años después, cuando también descubra una enorme librería escondida en las entrañas de mi ciudad (al menos para mí) comprenda que no hay límites. Si quiero leerme un buen cómic, tengo a donde ir. Si quiero leer un buen libro perdido, esa librería puede encontrarlos…
Fueron dos momentos importantes que me hicieron ver que todo era más pequeño de lo que yo realmente pensaba y eso es lo más bueno que os puede pasar si alguna vez pensáis en cómo encontrar o no cultura. Y ya sé que no viene a cuento, pero mi yo editor me da un besito por cada palabra que escribo.
En fin, volvamos a la tienda de cómics. Fue un amor a primera vista.
Qué cómics, qué figuras de acción, qué pedazos de tomos… (Léase con tono guarro).
Y voy y le pregunto a la chica pelirroja que trabaja allí:
 — ¿Tenéis V de Vendetta?
 Inciso: V de Vendetta significaba (y significa) mucho para mí. La película fue la primera que vi con amigos y resultó una experiencia genial que cambió muchas cosas. Adoraba esa película que ahora me parece una bazofia infumable destinada a tergiversar un mensaje. No importa, solo sabed que fui como cuatro veces al Carrefour en su día para saber si habían traído la edición de V de Vendetta cuando salió en DVD y la compré el día antes de que empezará el horrible 4º de la ESO que tanto me gustó, pero que odié por coger Ciencias y porque mi profesora de matemáticas que era una especie de Dolores Umbridge me suspendiera. De todas formas, aquel DVD vino con los primeros capítulos del cómic y… Maldita sea, ¡qué pasada! Para mí leer los primeros números de V de Vendetta de Alan Moore y David Lloyd supuso un golpe que me hizo decirme a mí mismo:
 — ¡Sé escritor, maldita sea! ¡Vas por el buen camino!
Volvemos a las tiendas de cómics. Voy acompañado de un amigo y una amiga que van a acabar liados de manera inminente (¿recordáis que en la columna pasada os contaba cómo era un candelabro? Pues aquí el begins). Hay una chica pelirroja frente a mí. Apretemos el play y… 
—Sí, tenemos un ejemplar de V de Vendetta. Aquí.
Aquel día en el cielo de mi mente sonaron celestiales trompetas que sonaban más que a trompetas a los ecos del Bohemian Rhapsody de Queen
— ¿Cuánto cuesta?
 —17 euros.
Vale.
Era un chico de 4º de la ESO que pensaba que nunca encontraría cómics ni libros en La Roca. Imaginad mi nivel intelectual y mi dinero de esa época, que oscilaba seguramente los 5 euros o la nada.
Me acuerdo que intenté convencer a los casi novios de comprarlo entre todos y lo turnábamos como aquel ejemplar del Hombre Radiactivo de Los Simpson que acababa destrozado. Adoro ese capítulo. Y seguramente en la realidad visto lo visto hubiera acabado igual.
Ahorremos los dramas (pero no el dinero).
Three men and a comic book. ¿Recordáis este capítulo maravilloso? Fuente.

Tuve que esperar una semana. Fue una de las más largas de mi vida. Desde el viernes que pisé por primera vez aquella tienda hasta el siguiente. Horrible, espeluznante, asqueroso, denigrante… E iba marcando esos días de aguantar a profesores de Ciencias que pensaba que era idiotas, compañeros de clase que tenían el nivel cerebral de un conguito (es decir, yo pensaba que ellos eran idiotas) y una amiga y un amigo de liada inexorable, y yo seguía pensando en un cómic en vez de pensar en el amor y todas esas chorradas (para mí, entonces, pues sí, oiga). 
Esa semana me acuerdo que la profesora de Ética nos llevó al cine a ver una película rara. Es decir, una película algo larga, rodada de forma simbolista, con subtítulos y donde había tetas y se follaba entre naranjos. Exils se llamaba. También trataba de volver a tus raíces y todo eso, pero ese fue el día en que mi amigo y mi amiga empezaron a salir juntos (¿no os dije lo de liada inexorable?) y yo estaba allí pensando en cómics.

Siete días después...

Fuente.
Al final llegó el viernes. ¡Maravilla de maravillas! Creo que incluso tuve que ir corriendo o esto quizás lo estoy añadiendo para dar algo de dramatismo (si me dais tiempo incluso pondré un dragón que baile flamenco).
Llegué a la tienda de cómics. No contaré las cosas que tuve que hacer para conseguir aquel dinero, no contaré a la gente que pedí favores ni a las personas que tuve que matar… Da igual, era dinero ahorrado y algo que le pedí a mi padre o mi madre. Lo auténticamente importante es que tenía aquel hermoso cómic de tapa dura, con el rostro sonriente de la máscara de V y era mío. Todo mío. Mi vida, solo mío. Mi tessssoro. Coff, coff… 
Ejem, prosigamos. 
Después de la tienda de cómics y revisar el cómic mil veces, amigo y amiga (ahora novio y novia) decidieron irse a unas escaleras de una especie de zona comercial. Al otro lado había otras escaleras y allí estaba yo con otra amiga (no confundir con novia de novio) al lado, que había venido con nosotros. Una chica y un cómic.
Y un cómic.
Y una chica.
Y un cómic, sobre todo… un cómic.
Esta es una historia de amor. De cómo esa chica no quiso liarse conmigo y como yo no me lié con ella, de cómo yo preferí quedarme leyendo V de Vendetta mientras los novios, en una escalera a pocos metros descubrían los dones del choque de lengua en mandíbula ajena (muac, muac que suena más al Alien haciendo la digestión). Fascinante.
Alien besito. Fuente.
Con el tiempo, cada vez que he pasado por esas escaleras he recordado que seguramente aquel momento que significó mi declive para mí y mi alzamiento para los carlosjegurenistas, mis fans invisibles que habitan en mi mente. Otros, simplemente, dirían que fue un punto de inflexión. No llaméis al maldito Freud, no quiero saber qué pensaría él de esto.
Preferí un buen tebeo a intentar ser una persona normal, porque una persona normal seguramente hubiera atacado sin más y hubiera intentado algo con una amiga porque sus otros amigos con los que ha salido se han liado y porque la gente normal es extraña y no sé si la comprendo cuando no son personajes míos. Hay gente que siendo candelabro lucha por convertirse en una lámpara de araña. 
Preferí meterme en un mundo donde una Inglaterra autoritaria había creado a un ser como V antes de querer crecer. El resumen de mi vida. Para los que aún no os habéis dado cuenta, mi existencia es un ser que soy yo intentando escapar de un reloj gigante que rueda tras de mí. 


Recuerden, recuerden...

Desde aquella semana visitamos puntualmente la tienda de tebeos y fui aprovisionándome de víveres, es decir, cómics. Recuerdo que gasté 35€ en Watchmen y no sabía si comprarlo porque para mí era un pastizal en la época y sentía que me estaba internando en una mala vida de vicio y corrupción, que gastarme aquel dinero en un cómic era horrible y debía ser preferible inyectarme crack con la jeringuilla de un sidoso. 

Watchmen. Fuente.

Y la cuestión continuó más tarde cuando compré el primer número de Civil War porque hacía mucho que no compraba un tebeo y no sabía que acaba de salir... Y ese crossover no estaba acabado y fue el primero a que me enganché.
Luego, comencé bachiller. La gente de la tienda de cómics se haría casi “amigos” nuestros. Llevé a mucha gente esperando si reaccionaba con aquel sentido de la magia. ¿Recordáis al Amigo? Os lo presento: fue el tipo que se llevó la primera bronca por leerse un cómic sin pagarlo y luego preguntó si buscaban dependientes, mientras nos daba la mano al novio y a mí por descubrirle aquel lugar de cómics. 
Nunca olvidaré esta doble página. Fuente.
Otra historia o confesión, señora jueza: una vez me gasté más en cómics cuando volví de una excursión a Las Palmas que en la misma excursión, pero no se lo digáis a mi madre, por favor. Durante años, compré muchos tebeos, viví muchas cosas en esa tienda de cómics y en otra que abrieron más abajo y adonde se fue esa chica pelirroja de la que os hablé. 
Los Thunderbolts de Warren Ellis, que empecé en ese viaje.
¿Y si os digo que lo compré
porque la portada me gustó
y luego el cómic me encantó?
¿Y si os digo que no entendía
por qué Ellis se fue tan rápido?
Fuente.

Soñé y dije mucho e hice tantas cosas… Final de 4º, luego bachiller, después la carrera. ¿Ocho? ¿Siete? ¿Seis años? No sé cuánto pasó pero sé que me vieron crecer desde un chico que no hablaba mucho hasta cuando me volví un oscurillo que pensaba que un gesto de rebeldía era llevar un pin de Los Ramones en sus pantalones (fuera, dentro es incómodo y extraño). Luego supongo que vieron que me volví idiota, cambié por alguien más optimista y al final soy esto (que no sé ni lo que soy). 

Nostalgia by Veidt. Fuente.
Tras este último verano, pasaron dos meses sin ir a ninguna tienda de cómics. Como dije por mi blog, siento que estoy naufragando y no sé a qué cosa aferrarme. Necesito pensar y cambiar tantísimas cosas de mi vida ahora que, a veces, me agarro a estos recuerdos de V de Vendetta, amigos que no lo son ya, amigos que no veo tanto, gente de tiendas de cómics y las propias tiendas, además de todo lo que cambió cada viernes que solíamos ir: cómo iba con amigos, cómo luego empecé a ir con mi novia, cómo todo ha cambiado.
No, es mentira. En el fondo me va bien y el comentario anterior fueron un par de frases al estilo drama queen. No me gusta fornicar con la nostalgia, suele tener enfermedades venéreas que corrompen tu mente, se les llama malos o falsos recuerdos.
Fuck you, nostalgia! 
Sin duda, uno de mis cómics favoritos.
Fuente.
Y mientras escribo sobre este pasado, siento que os estoy dando explicaciones de cómo he llegado a ser esto y porqué a veces estoy feliz y en otras no, por qué a veces estoy enfadado y a veces no, por qué hay cosas eternas y otras que lo parecen y no lo son… Y porque hay recuerdos que valen más que el dinero y que espero atesorar aquí, que si algún día los olvido pueda volver a ellos como volvería a aquella escalera para recordar otro momento, otra época. Y eso es todo.
No os olvidéis de lo que importa. Podría serviros para llenar una columna en el juntaletras.

11 comentarios:

  1. Creo que el gasto fue toda una inversión, porque sabías lo que querías. Y eso te convirtió en escritor. Creo que te vendría bien buscarte un socio dibujante, para hacer un comic. Yo tengo mi lado Hyde sugiriendo cosas que son dificles de realizar.

    Y no quiero desviarme de lo que quería comentar, Lo contaste muy bien eso de llegar a la tienda de comics, encontrarte con la vendedora pelirroja, preguntarle por Watchmen. Me dio la sensación de que estabas describiendo una epifanía, una especie de revelación, se lo explica bien en la película de Los Simpsons. Creo que eso tiene potencial de ser un episodio clave para que escribas algo.

    Y ese episodio es uno de los más memorables de Los Simpsons.

    ¡Volvió Sara Lance a Arrow! John Constantine tuvo mucho que ver. Increíble.

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    1. Ya he tenido varios socios dibujantes, pero o bien yo tardaba en escribir los guiones o ellos no terminaban las páginas, con lo cual sigo escribiendo a la espera de encontrar algún dibujante compulsivo... Algún día.

      Y sobre la epifanía... Pues sí, si tanto tiempo después lo sigo recordando con tanta claridad, debe ser por algo, aunque el tiempo pase y la nostalgia derrame su luz sobre hechos que a lo mejor siempre fueron oscuros.

      En cuanto a Los Simpson, amén. Ese capítulo me encanta demasiado :)

      Y sobre el capítulo de Arrow, aún tengo que ver la tercera temporada. La verdad es que he sido más de Flash, aunque tampoco he visto la segunda... Ay, tiempo al tiempo. Y sobre Constantine, solo por eso merece la pena ser visto. Ojalá se animasen a sacar más personajes para el UDC televisivo.

      Gracias por tu comentario, un saludo.

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  2. Ya sé era V de Vendeta, me equivoqué de comic, mencioné otro que también es de tu agrado. Es que estaba tan emocionado por el capítulo de Arrow.

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    1. V de Vendetta, Watchmen, From Hell... Son obras muy diferentes, pero todas tienen al mismo genio pulsando las teclas, así que no te preocupes. ¡Muchas gracias por tu comentario!

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  3. Narciso (a través de las RRSS)8 de noviembre de 2015, 22:17

    Yo perdí el culo por los cómics allá por el 2000 (1999, quizá), gracias a una revista llamada Top Cómics. Era una revista de reseñas, noticias y demás dedicada al noveno arte.

    Yo vivía en el campo, y para colmo en el pueblo más cercano (que es donde vivo ahora) no había (ni hay, ni habrá XD) tiendas especializadas, así que tenía que joderme leyendo revistas sobre cómics... pero no cómics. Es una paradoja, pero la situación me despertó tal curiosidad por el tema y tantas ansias por conocerlo, que antes de leer un cómic ya sabía que ese mundillo me iba a flipar. En la Top Cómics leía reseñas y sinopsis que me volvían loco... Entre eso y los dibujos que aparecían, me enamoré de los tebeos sin aún haber tenido uno en mis manos.

    El primer cómic que adquirí fue mediante trueque. Un amigo tenía el primer tomo de Sin City, y como él no tenía demasiado interés logré cambiárselo por algo que no recuerdo. Aluciné cuando me zampé esas páginas llenas de violencia, sexo y "adultez". Claro, yo estaba acostumbrado a los Mortadelos y Carpantas, así que aquello me impactó. No es por menospreciar al cómic clásico español, que me encanta, pero no es lo mismo...

    Luego, cuando ya tuve edad (y trabajo) para pillarme el bus e irme a la capital (Málaga City), se desplegó ante mí un mundo de vicios sanos (puta Fnac...). Pero recuerdo que la primera vez que entré en una tienda especializada, un Norma Cómics, no sabía por dónde empezar. ¡Lo quería todo! Para mí ese tipo de tiendas sólo existían en las películas americanas, y de repente yo estaba en una.
    Así que, como buen paleto sobreexcitado que era, me recorrí la tienda 80 veces, olisqueando tebeos de los que únicamente había escuchado hablar y que de repente estaban allí, en mis manos.

    Y puedo decirte que uno de los primerísimos cómics que compré con mi dinero (sin trueques raros) fue V de Vendetta, y también los tomos de Sin City que me faltaban.

    Menudo tochaco he vomitado, por Dios, y eso que he intentado resumir jajajaja

    PD: Acojonante tu artículo. Si los que tenemos ciertas aficiones (tebeos, cine, libros, etc) nos pusiéramos a contar nuestras batallitas y anécdotas relacionadas con el tema, daría para una una saga literaria muy, pero que muy loca y, por momentos, triste.

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    1. Nuestra historia es bastante similar. Cambia el pueblo por una roca en medio del océano y estamos en las mismas casi jajaja La verdad es que, a veces, las aficiones se acompañan de grandes historias, batallitas como bien dices, que valen la pena ser recordadas.

      Sobre el Fnac, Norma y similares, solo sé que el día en que pisé la Península me quedaré bastante mal de pasta jajaja Fíjate que yo aquí con Agapea (creo que la original está en Málaga, aunque no me hagas mucho caso) alucino porque me traigan los libros que pido, imagínate si veo esas tiendas en directo.

      Creo que hay muchos grandes primeros cómics que terminan formando parte de nosotros por estas historias, aparte de por su calidad. Yo jamás olvidaré mi primer cómic de Spider-Man, que resultó ser El chico que coleccionaba Spider-Man, un auténtico clásico de Roger Stern... Y creo que, ya que mencionas a Miller, todos tenemos historias relacionadas con esos autores que nos encantan. Por ejemplo, yo siempre pensé, antes de empezar a leer cómics, que Alan Moore debía ser un tío mayor que vestía de esmoquín, cara arrugada y pelo argentado, repeinado y con gomina... Y cuando vi la primera foto, pensé: "vale, así sí me encaja realmente con lo que escribe" jejeje

      Muchas gracias, Narciso, y sí, daría para un par de sagas o de películas. Creo que es lo que lleva haciendo Kevin Smith desde los años ´90 jajaja. ¡Gracias!

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    2. Narciso (a través de las RRSS)8 de noviembre de 2015, 23:08

      Yo también me he acordado de Kevin Smith mientras escribía ese último comentario jajajaja

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  4. Por ahora todo lo que he leído de Alan Moore ha sido de la biblioteca, mis ingresos son ahora mismo penosos, pero estoy ahorrando y cuando termine la colección de "The Sandman" (ya tengo la mitad) podré hacerme con estas obras :3

    Mi historia con la tienda de cómics es menos romántica la primera que hubo en Zamora (al menos mientras yo era una cría) tenía a un dependiente bastante borde que además nunca me traía lo que pedía así que la cosa no cuajo. Hace un par de años en cambio apareció una nueva (cerró lo anterior) y debo decir que su dueño es puro amor, se nota que le gusta lo que hace y el trato es inmejorable ^^

    Me ha gustado volver a leer esta columna, la nostalgia... ains, me temo que soy una adicta a la nostalgia y la melancolía, lo siento.

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    1. Ana, yo en breve, cuando termine mi pila de pendientes, voy a empezar a tirar más de la biblioteca, así que te entiendo bastante. Y Sandman es de esas obras que tengo en casa, porque significó mucho para mí. Me alegro de que te esté gustando.

      Y sobre lo que me cuentas, no me extraña que el señor borde cerrase. Las tiendas de cómics son oscuras y albergan horrores... ¿O eso era la noche? Bueno, tú ya me entiende, aunque me alegro de que el nuevo dependiente te trate bien, hay algunos que son muy majos y se convierten casi en amigos.

      No te preocupes sobre lo de ser adicta a la nostalgia y la melancolía, creo que todos los juntaletras lo somos y necesitamos contar de nuevo hechos, aunque sea adornándolos con mentiras, muchas mentiras. jejeje

      Gracias por tu comentario, un saludo.

      Eliminar
  5. Narciso (a través de las RRSS)5 de noviembre de 2016, 22:59

    Mis primeros cómics fueron de Dragon Ball y Mortadelo, pero el que me hizo amar el noveno arte y engancharme fue Sin City.
    Me hice con el primer tomo (el de Marv) de forma extraña y poco elegante: mediante el trueque gitanesco. Sólo me faltó incluir una gallina en el trato.

    Y ahora que lo recuerdo, juraría que el siguiente cómic que leí fue precisamente V de Vendetta, al que por diversos motivos le tengo un cariño enorme (aunque a mí la peli sí me gustó XD)

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    Respuestas
    1. Es una historia digna de ser contada y creo que a todos nos han sucedido cosas similares (con gallina o sin gallina). Los mercadillos han sido durante años, la forma de viajar en el tiempo y toparse con cómics de Forum o similares ahora. Es más, para mí, tiene su gracia ver el escaparate de algún kiosko perdido y encontrarme con algún cómic de finales de los ´80, finales de los ´90 y en pesetas.

      Creo que compartimos ese cariño hacia V por ser uno de los primeros y para mí siempre será una historia inmortal. Mi favorito de Moore es From Hell, pero V y Watchmen, que fueron los primeros, nunca los quitaré del podio de obras de Moore que me encantan. Con respecto a la película... es que soy demasiado extremista con el cómic y reconozco que mi opinión en este punto se basa demasiado en un punto de vista demasiado específico y que creo que nadie más comparte y es que siento que la película tergiversa el mensaje hasta un punto que no me gusta... Pero vaya, cada cual puede tener su opinión, sin problemas. ¿Qué clase de persona sería si me gusta un cómic que trata sobre la libertad y luego "prohíbo" a otros que les guste algo que a mí no?

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