Un superhéroe de tercera, Animal Man, regresa de su retiro para enfrentarse a una amenaza superior a cualquier otra: saber quién es él mismo y los seres humanos que le rodean. El cómic que consagró a Grant Morrison como uno de sus mejores guionistas de la Historia del Cómic.
Animal Man y la sombra de la etapa de Morrison, dos nombres imborrables. Fuente. |
“No quería ser como los otros superhéroes, ¿sabes? Quería lograr algo… Los supervillanos no quieren gobernar el mundo, ya lo hacen”- ANIMAL MAN
Animal Man de Morrison es un tebeo de culto. El personaje, aparecido en los ´60, capaz de asimilar las habilidades de los animales, nunca fue realmente llamativo hasta que llegó un escritor que revolucionó a Buddy Baker (el nombre real del héroe) en los ´80.
Gracias a este desconocido héroe, Grant Morrison se convirtió en un guionista de tebeos con una carrera a seguir. Por obra y gracia de Morrison, la exploración del viaje de un superhéroe ignorado, casi ridículo, se convierte en una experiencia sobre lo que es real y lo que es ficción. ¿Dónde empieza el tebeo y dónde acaba la vida? Porque Animal Man se aleja mucho del prototipo superheroico encarnado por Superman con el cual se encuentra, mientras suena en su walkman: “I am Superman” de R.E.M (que pondré a continuación para amenizar la reseña).
Morrison inicia su etapa a la manera de la oleada “british” que comenzó Alan Moore al llegar a La Cosa del Pantano y continuaría Neil Gaiman en The Sandman. Esto consiste en tomar a un personaje casi olvidado (Animal Man, Sandman) o que agoniza (La Cosa del Pantano; en el caso de Gaiman, dando un trasfondo mitológico a un héroe olvidado) y tratarlo de una manera “realista”, como si existiera en nuestro mundo. Esto supone un primer arco donde conocemos al personaje y se le enfrenta a un villano también casi desconocido, pero sometido al mismo prisma que al protagonista: ¿y si fuese real? En ese inicio, Morrison no brilla con luz propia, pese a que arranca con fuerza.
El fin de Animal Man
Seguramente, donde comienza el trabajo del verdadero Morrison, con algunas de las “neuras” que le harían reconocible, fue en el número de El Evangelio del Coyote. ¿Dónde comienza la realidad y termina la ficción? ¿Y si vivimos en un tebeo? ¿Cómo se toman los personajes de tebeo lo que le hacen los guionistas y dibujantes? Sobre estas cuestiones, versará el resto de “Animal Man”, en el que pronto vemos a Buddy viéndose reflejado en un coyote de dibujos animados, casi inmortal, que siempre sufrirá por obra y gracia de su creador. Muy Morrison, aunque este excéntrico artista, quizás brille en esta etapa, por mostrarse algo más contenido que en Doom Patrol o El asco, entre otras de sus obras más “raras”.
Puede que el tema existencial (al que incluso la portada del recopilatorio hace de pequeño spoiler) parezca nuevo los tebeos, pero no lo es tanto. Morrison no es tan innovador, incluso existen obras literarias como Niebla de Unamuno que tratan este aspecto y en las que el creador acaba encontrándose con sus personajes. “Nadie inventa nada”, como diría Rafael Marín. Por tanto, hay que valorar que Morrison lo trate con cierta gracia y con su estilo, hasta cierto punto, experimental gracias a la ruptura de la cuarta pared o la idea de que los personajes de los tebeos estén “encarcelados” por las viñetas.
También, abarcando ese asunto, Grant Morrison es capaz de hablar de qué ocurre con los personajes de los tebeos que son olvidados o, en movimientos editoriales, eliminados de la continuidad del universo creado por la compañía. Esto era algo vigente entonces con la primera, y a la que hace un guiño, Crisis en Tierras Infinitas (que buscaba ordenar el universo DC, cambiando orígenes, eliminando personajes…) y, a fecha de hoy, con el relanzamiento que está viviendo de nuevo el universo DC (y del que curiosamente, Grant Morrison es uno de sus adalides).
Finalmente, pese a que todo ello es su principal baza, también es un bache, porque toda la obra, pese a algo más, siempre versa sobre lo mismo, explota lo mismo, juega con lo mismo… Y se queda sólo en eso, en lo mismo.
El propio Animal Man se encuentra con Morrison. Fuente. |
Toda la historia termina apuntando a un hecho: ¿será capaz Morrison de colarse en sus viñetas y conocer a sus personajes? ¿Se atreverá? La respuesta a ambas preguntas que nos hacemos los lectores es “sí, Morrison se atreve”. Y aunque explica la historia y hace algunos detalles bastante curiosos, hay que destacar que el talante algo arrogante del creador se desborda. Los personajes de tebeos son concebidos en gran parte por guionistas, vale, pero ¿y no cuenta algo el dibujo o el color? ¿No deberían haber aparecido los otros creadores junto a él? Parece que no, pero, al menos, Morrison aprovecha para hacer algo curioso, agradecer a sus colaboradores y explicar el por qué del relanzamiento de Animal Man que surgió como una miniserie de cuatro números.
Eso sí, el carácter de Grant golpea un poco al que lee asiduamente tebeos. Morrison, dentro de la obra, reconoce que quería hacer un Animal Man “realista” y, luego, se burla del concepto señalando a otros autores que lo hacen (y declarando en entrevistas que si él lo hizo, era porque creía que DC quería eso). Bien, si se refiere a Moore, al que hace varios guiños (y ha criticado otras tantas veces), Morrison empleó esta misma técnica al comienzo de la serie y consiguió así a sus primeros lectores… Al menos, un poco de humildad ¿no?
Pero bueno, así es Grant Morrison, capaz de soltar frases como esta, que recoge la excelente web sobre tebeos Zona Negativa:
“Mientras guionizaba me ha parecido que no podría llevar la historia más allá del número #26; que si lo hiciera tendría que volver sobre conceptos que ya he explorado. Y aunque podría, preferiría no hacerlo porque no sería justo con el material. Animal Man ha llegado a un punto que no creo que nadie alcanzara antes en un título superheroico y si no puedo ir más allá, no merece la pena continuar”.
Además de tratar el tema de qué es real y qué no lo es, también hallamos una importante crítica social (por ejemplo, a la situación de la discriminación en Sudáfrica), pero, sobre todo, al maltrato que sufren los animales y la defensa de ser vegetariano. A veces, como reconocerán los personajes o el propio Morrison, esto, más que una crítica velada, se convierte en un auténtico discurso de mensaje ecologista que quizás no cala demasiado por presentarse de una manera tan simple (no existe esa “no valoración intrínseca” que practican autores como Alan Moore para criticar, por ejemplo, el fascismo).
Uno de los momentos más conocidos del cómic Animal Man de Grant Morrison. Fuente. |
Pese a algunos fallos, Morrison consigue contar una buena historia, entretenida y que, tal vez, te hace pensar (horrorízate si un día notas que tu brazo es un boceto). El guionista de Arkham Asylum lo logra gracias a intensos momentos como la muerte o la reunión de inmortales (con la aparición de Jason Blood, al que ya conocíamos gracias a La Cosa del Pantano, que lo había recuperado en aquella época, y Gaiman también usaría en su The Sandman). Todos estos instantes hacen episodios que son, puramente, geniales.
Eso sí, hay que dejar claro que, a menudo, las sorpresas no lo son tanto. Cualquiera que tome esta obra y sea un poco avispado sabrá quién es el personaje oscuro con el que se encuentra la hija de Buddy o lo que pasará con el resto de su familia.
No obstante, todo lo genial se ve empequeñecido por algunas cosas que no se explican. ¿Por qué los malos hacen un plan tan maquiavélico para acabar con una familia y no directamente con Animal Man, si esos malosos son tan poderosos? ¿No es más fácil matar al héroe y así salvarse de represalias por llevar acciones contra sus seres queridos?
Otra más rebuscada, pero que me sembró la duda es: ¿por qué el asesino a sueldo usa el teletransporte para no alertar a las armas de vigilancia la casa, pero el personaje de Highwater entró en la casa sin que estas se encendiesen (al menos, hasta donde vemos en el tebeo)? Pequeñas muescas que dañan esta obra que es Animal Man.
No obstante, hay muchas cosas decentes. Uno de los puntos buenos del tebeo es su capacidad para explotar buenas ideas como la aparición del Comandante del Tiempo o el Psico-Pirata. No obstante, algunas ideas habrían dado más de sí que sólo algo más de veinticuatro páginas. Sumar a esto, el valor de Morrison para llevar a cabo este experimento dentro de la continuidad de DC (por la historia aparece Superman, el Detective Marciano, Hawkman…) y tocando temas como: el maltrato animal o el uso de las drogas.
Otro de los momentos más clásicos del cómic de Morrison. Fuente. |
¿Dónde comienza la ficción?
En el apartado del dibujo, muy criticado por los fans y detractores de esta obra, el trabajo de Chas Truog, Dough Hazlewood (en mayor parte, encargado del entintado) y Tom Grummet no está mal, aunque tampoco es sobresaliente. Es un estilo narrativo bueno y punto en la mayoría de sus números.
Sobre las portadas, caben ser destacadas, gracias al excelente trabajo de Brian Bolland (dibujante de “La broma asesina”, junto a Moore). Son, generalmente, magistrales, incluyendo elementos que sí aparecen dentro de la historia (a diferencia de otros portadistas).
El tomo recopilatorio de Planeta DeAgostini se antoja como un gran regalo para cualquier fan de los tebeos. Contiene una mordaz introducción de Morrison, muy en su línea, y un epílogo titulado: “Puedo verte”, que nos cuenta algo más del personaje y su contexto, realizado por Arturo Míguez. Se incluyen portadas de los tomos en Estados Unidos. Aún así, su precio me parece excesivo, ¿realmente se quiere compartir la cultura, hacer que más gente se acerque a los cómics, cuando están tan caros?
En definitiva, Animal Man de Grant Morrison no es una obra maestra, pero sí es un tebeo excelente que trata sobre la realidad, la crueldad y todas esas cosas que somos los seres humanos. Muy recomendable.
“No importa lo que hagamos. Sólo somos personajes en una mala historia. No es culpa tuya”- Animal Man.
PD: Muchísimas gracias a Elsbeth Silsby por este fabuloso regalo de cumpleaños. =)
Tu crítica me ha dado curiosidad por este comic, y eso que Morrison me da bastante pereza. Demasiado raro, en mi opinión.
ResponderEliminarHola, superñoño
ResponderEliminarHasta cierto punto, es raro, pero tiene bastantes puntos fuertes, aunque tampoco es una obra maestra, al menos para mí.
Perdón por responder tarde al comentario, es lo que tiene estar trasteando con las entradas antiguas =)
Un saludo.
Me gustó tu forma de reseñar. lei hace un par de meses los 26 comics de Morrison en Animal Man. Y coincido con muchos puntos expuestos.
ResponderEliminarUn gran abrazo desde Chile, gracias por compartir esto.
Hola, anónimo
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado la reseña. Si te pasas por el blog encontrarás varias reseñas más de algunos tebeos que pueden interesarte.
Un saludo y gracias a ti por tu comentario. =)
Hola. ¿Cómo que hay cosas sin explicar?
ResponderEliminarResulta que es muy sencillo lo que has expuesto allí. Los malosos atacaron a la familia de Buddy porqué, ¿qué es más facil de matar... una familia indefensa o a un metahumano? Ellos no esperaban que Animal Man cobrará una venganza extrema al ser un héroe y no un villano. Y en caso de que sí, usarían el "Bugman".
Segunda, ¿cómo está eso de que Highwater entro inesperadamente? Es obvio que no mostraron si tocó a la puerta o no, pero eso se deduce. ¿No han tocado a la pueta de la residencia Baker héroes como Marthian Manhunter, Vixen, Congorilla & Starman, e inclusive parte de la JLA líderada por Black Canary? Si ellos han tocado, desde luego que este personaje si tuvo que tocar, espero a Buddy y repentinamente comenzó a verse todo bocetos justo antes de que Ellen viera llegar a su marido.
¡Saludos!