Las Dos Torres fue la continuación de La Comunidad del Anillo y una demostración del poderío visual de Peter Jackson. Fuente. |
«¿Quién tendrá ahora la fuerza de hacer frente a los ejércitos de Isengard y Mordor? ¿De revelarse al poder de Sauron y Saruman y la unión entre las dos torres?».
En 2002,
tras el éxito de La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres fue la confirmación de
que la trilogía de El Señor de los Anillos había sido adaptada con éxito, aunque
todavía faltase un año para el estreno del broche de oro que fue El Retorno del
Rey. El director Peter Jackson, junto a las guionistas Fran Walsh y Philippa
Boyens, habían estado tras el guion que adaptaba una trilogía a priori
inadaptable como era la famosa obra de J. R. R. Tolkien y demostraron que, con sus licencias, la Tierra Media tenía cabida en la gran pantalla, marcando un hito en el mundo de las adaptaciones del género fantástico.
Gandalf regresa como guía y salvación de los Tres Cazadores y Rohan. Fuente. |
Camino a la oscuridad
Las Dos Torres se divide en tres grandes tramas. Para empezar, el hobbit Frodo Bolsón continúa su camino hasta el Monte del Destino. Para ello, se interna en las peligrosas tierras de Mordor. Por fortuna, cuenta con su fiel amigo Sam, quien logra que ambos no se den por vencidos, aunque el peso del Anillo Único es cada vez mayor, ansiando ser descubierto por las fuerzas de su terrible dueño, Sauron. Es en las afiladas montañas de Emyn Muil, donde Sam y Frodo se encuentran con alguien que lleva siguiéndoles desde hace mucho, alguien que desea recuperar el Anillo que Bilbo Bolsón, el tío de Frodo, le “robó” durante un duelo de acertijos. Hablamos de Gollum, el ser consumido por el poder del Anillo que lucha por recuperarlo, a la vez que es doblegado y convertido en un sirviente que acepta guiarles por una ruta secreta hasta la Puerta Negra. Poco a poco, Frodo se ganará la lealtad de Gollum, aunque Sam no se fía de la grimosa criatura.
Juntos avanzan por la Ciénaga de los Muertos, donde los espectros de una de las grandes batallas contra Sauron reclaman el alma de Frodo, que es salvado inesperadamente por Gollum. Frodo recuerda las palabras de Gandalf sobre la criatura, de cómo fue la misericordia la que detuvo la mano de Bilbo y cómo el destino de todos podría quedar marcado por una criatura en apariencia tan insignificante y vil como Gollum. El Portador del Anillo no puede dejar de ver en Gollum una versión de aquello en lo que él se convertiría si sucumbe y decide darle una oportunidad y recordarle que un día, mucho tiempo atrás, antes de corromperse por el Anillo, Gollum fue una criatura similar a un hobbit, llamado Sméagol.
Al llegar a la Puerta, las tropas de Sauron son numerosas y Frodo y Sam no logran cruzarlas. Gollum les detiene, prometiéndoles que conoce otro camino, uno secreto. Frodo acepta sin más remedio, pero Sam teme estar cayendo en una trampa. Los tres avanzarán por el sendero de Gollum y se cruzarán en el camino de los olifantes que se preparan para la Gran Guerra que hundirá en las sombras a la Tierra Media. Entonces, salvo Gollum (que logra huir), son atrapados, pero no por las fuerzas de Mordor, sino las de Gondor, lideradas por el hijo del senescal y, por tanto, hermano pequeño de Boromir, Faramir, quien acabará descubriendo que Frodo carga con el valioso Anillo, que podría servir de arma para Sméagol en la guerra contra Sauron. Faramir, que no confía en Frodo, dice que acabará con la vida del ser que los ha perseguido y ha entrado en el Estanque Vedado, ese ser es Sméagol y antes de dejar que los arqueros de Gondor lo maten, Frodo lo salva. Los soldados arremeten contra Sméagol y este se da cuenta de que su amo le ha traicionado, lo que hará que el vil Gollum vuelva.
Todos serán llevados por las tropas de Faramir hasta la ciudad sitiada de Osgiliath, la frontera que Boromir recuperó para Gondor y que Faramir está a punto de perder, porque los orcos y los nazgûl atacan sin piedad. Será allí donde Frodo sucumba ante el poder del Anillo, pero Sam lo salvará, como siempre lo hace y Faramir, dándose cuenta de su error, decide liberarlos para que continúen con la misión de destruir al Anillo. Gollum guiará a los hobbits de nuevo, llevándoles a un oscuro túnel donde habita Ella, Ella será la que mate a los medianos y hará que él recupere su tesssoro.
Sam, Frodo y Gollum deben recorrer el camino hasta Mordor. Fuente. |
Otra gran parte de la trama la ocupan Pippin y Merry, quienes fueron atrapados por los Uruk-hai al pensar que uno de ellos era el Mediano que buscaba Sauron, el que llevaba el “arma élfica”. Pese a que Boromir murió intentando salvarlos, ambos son presos de unas criaturas que debaten sobre si comérselos antes de entregárselos a Sauron o Saruman. Llegados a cierto punto, mientras huyen de los Tres Cazadores, los Uruk-hai de Saruman y los orcos de Sauron se pelean y los hobbits aprovechan para intentar huir justo cuando una hueste de jinetes rohirrim arrasa con los sirvientes de las Dos Torres.
Pip y Merry consiguen acercarse al Bosque de Fangorn, pero uno de los orcos amenaza con asesinarlos justo antes de ser aplastado por un gigantesco pastor de árboles, un Ent llamado Bárbol, que confunde a los hobbits con orcos, hasta que estos le dicen que no lo son. Bárbol detesta a los orcos que destruyen su bosque y, aunque no ha decidido si son orcos o no, los lleva ante el mago blanco, el que decidirá qué son. ¿El mago blanco? Estando tan cerca de Isengard, debe ser el traicionero Saruman… Sin embargo, Merry y Pippin se llevarán una gran sorpresa y acabarán asistiendo al Ent-cuentro, donde Bárbol reúne a los últimos ent para decidir si irán a la guerra contra Saruman y Sauron.
Los pastores de árboles, tras una larguísima deliberación, decidirán que ellos no deben formar parte de esa guerra y deberán mantenerse neutrales, algo que destruye las esperanzas de Merry y Pippin, hasta que el joven Tuk tiene la idea de volver a la Comarca acercándose a Isengard. Bárbol acepta, pero solo para ver que los árboles de esa zona han sido devastados por los hornos de Isengard. Llevado por la ira y dándose cuenta de su error, Bárbol reclama a todos los Ent que se unan para hacer frente a Isengard y su poder. Así será cómo se llevará a cabo el ataque de los Ent que inundará Isengard y destrozará la fortaleza del maléfico Saruman.
Los Ents atacan Isengard. Fuente. |
La tercera trama es la protagoniza por los Tres Cazadores: Aragorn, Legolas y Gimli, que buscan a Merry y Pippin, presos de los Uruk-hai. Durante su avance se encontrarán con los rohirrim que mataron a la horda de orcos que cargaba con los hobbits; a través de su líder, Éomer, el sobrino desterrado del rey Théoden de Rohan, descubrirán que los orcos campan a sus anchas por culpa de la influencia que el maléfico Saruman tiene sobre el monarca a través del consejero Grima Lengua de Serpiente, quien ha logrado que el rey expulse a Éomer. Tras recibir la advertencia del jinete, Aragorn y compañía inspeccionan, desolados, los restos de la patrulla de orcos… y será el montaraz quien descubra un rastro que les llevará hasta el Bosque de Fangorn. Allí será donde se encontrarán con el mago blanco, pero no el que esperan, el temible Saruman, quien ostentase ese cargo, sino el mismísimo Gandalf, que ha vuelto de la muerte y por voluntad de los Valar emprende de nuevo el cometido de acabar con la oscuridad de Sauron. Gracias a Gandalf, sabrán que Merry y Pippin están a salvo y que su camino les llevará hasta Rohan. En ese reino, será donde los cuatro liberen de su yugo al rey Théoden, expulsando la posesión maléfica de Saruman y a su sirviente Grima. El Folde Oeste ha sido arrasado por Saruman, pero pronto lo será todo lo Rohan y Théoden deberá hacerle frente, pero ¿cómo? Su reino está en decadencia y su propio hijo ha muerto a manos del enemigo. Su sobrina Éowyn, hermana de Éomer, no pierde la esperanza.
Es así cómo Théoden acaba llevándose a su pueblo hasta la fortaleza del Abismo de Helm, la cual nunca ha sido tomada por los enemigos. Antes de partir, Gandalf se marcha, prometiendo que volverá al alba del quinto día, unas palabras que resultan enigmáticas para Aragorn y el resto del grupo. Por el camino, serán emboscados por los huargos y Aragorn caerá, acabando en una ensoñación donde debe dejar que su amada Arwen se marche a los Puertos Grises en vez de hacer que se quede y se marchite. Cuando Aragorn sacrifique su amor, se recuperará de sus heridas e irá hacia el Abismo de Helm, donde liderará a las huestes junto al rey Théoden, Legolas y Gimli en una batalla que lo enfrentará a miles de Uruk-Hai, quienes tienen la estrategia perfecta para quebrar el muro del Abismo de Helm gracias a las revelaciones de Grima sobre la muralla y el poder para derretir la roca de Saruman.
Tras una terrible batalla donde contarán con el apoyo de unos elfos de Lothlórien, entre ellos Haldir (quien morirá), las huestes de Théoden se preparan para ser aniquiladas y se repliegan. Aragorn recuerda las palabras de Gandalf, se acerca el alba y convence a Théoden para llevar a cabo una última y épica carga contra los Uruk-hai. Lo harán y, cuando todo está perdido, con la luz del alba del quinto día, Gandalf aparecerá acompañado de los rohirrim de Éomer y descenderán, cercando a los enemigos y acaban con ellos. Las últimas fuerzas de Saruman huirán hacia Isengard, pero se toparán con los árboles y los Ent, siendo destruidos.
Han ganado una importante batalla, pero la guerra todavía está por librarse y la gran historia que augura Sam que se contará a partir de las aventuras de todos los personajes todavía tiene un capítulo por contarse.
Casi veinte años después, la batalla del Abismo de Helm continúa siendo espectacular. Fuente. |
La gran batalla
El Señor de los Anillos: Las Dos Torres es, tras dos décadas, una digna secuela de La Comunidad del Anillo y no se queda en el mal de ser solo una película de transición. La trama crece y crece y el espíritu de la obra original recorre cada una de sus tramas. Peter Jackson, aún con algunas licencias (los toques de humor que no acaban de encajar, por ejemplo), dirige toda una colosal película que podría haber fracasado de haber sido llevada a cabo por manos menos capaces o quizás menos inspiradas (como tal vez le ocurrió una década después con El Hobbit).
Hay multitud de escenas que desprenden lirismo, desde los paisajes de las montañas nevadas que encierran Moria al comienzo del film hasta la derrotada Rohan o el misterioso Fangorn, sin olvidar la fuerza de una batalla como el Abismo de Helm que, tras años, continúa siendo espectacular, tensa y vibrante. Jackson sabe incluir el drama hábilmente, como con los huérfanos que huyen del Folde o esos niños y ancianos obligados a luchar, mientras resuena el poema elegíaco de Théoden sobre el jinete y su caballo. Como siempre, las ediciones extendidas añaden escenas (y varias muy interesantes, sobre todo las relacionadas con Boromir (excelente Sean Bean), Faramir y su padre, Denethor, un John Noble más mezquino que en los libros) y capas complementarias como adaptación de unos grandes libros que han servido a generaciones para soñar con el mundo fantástico de la Tierra Media.
El Anillo empieza a consumir a Frodo. Fuente. |
El amor por los libros de Tolkien sigue presente en la segunda parte, haciendo que no haya envejecido ni un ápice y que se perciba que los personajes están metidos en su papel en todo momento. Elijah Wood y Sean Astin vuelven a hacer un gran papel como Frodo y Sam (aunque las caras de posesión de Wood no sean de lo mejor, Astin otorga arma con ese monólogo final sobre las grandes historias, surgido del libro), aunque será el gran Andy Serkis, como Gollum, quien robe una escena tras otra, como si fuera el Anillo. Sobre Ian McKellen, renace como un nuevo Gandalf (todavía más enigmático), mientras que Orlando Bloom (Legolas) y John-Rhys Davis (un Gimli quizá demasiado cómico; aunque Davis también da voz a un Bárbol con algunas frases de Tom Bombadil) dan química a su amistad, y Viggo Mortensen demuestra haber nacido para el papel de Aragorn, siendo inconfundible de aquel que leímos. Billy Boyd y Dominic Monaghan como Merry y Pippin logran a la perfección los papeles de los ingenuos hobbits que deberán demostrar la valía de los medianos en la Guerra del Anillo. El rostro del mal es el de Christopher Lee como Saruman, que aporta todo su ser a un personaje tan corrupto y consumido como lo es el mago. Entre los nuevos personajes tenemos a actores que lograron consagrarse en los siguientes años como Karl Urban (el bravo Éomer) o Miranda Otto (la valiente Éowyn), otros a los que no hemos visto mucho como David Wenham (el melancólico Faramir) y algunos ya conocidos como Brad Dourif (el repulsivo Grima) o Bernard Hill (el trágico Théoden, el único actor que ha participado en dos películas ganadoras de 11 Oscars: Titanic y El Retorno del Rey). A modo de cameo, retoman sus papeles Cate Blanchett y Hugo Weaving como Galadriel y Elrond, quienes ayudan a explicar la importancia de los acontecimientos y dan cabida a Liv Tyler como Arwen, que, en el fondo, es hija de Elrond y nieta de Galadriel.
La traslación a la gran pantalla de El Señor de los Anillos no fue sencilla y, en cuanto imageniería, tenemos el trabajo de los ilustradores John Howe y Alan Lee, veteranos del mundo de Tolkien, que logran que nosotros podamos ver una Tierra Media que se percibe como un mundo real. El detallismo, el esfuerzo y la constancia de todo el equipo se nota en cada minuto de la película. En veinte años desde su estreno, la película podría haber envejecido, pero no lo ha hecho; es más, hay otras películas que sí han envejecido en menos tiempo: El Señor de los Anillos sigue siendo un film gargantuesco, colosal, que nunca más se repetirá, porque es único. El trabajo de Weta fue tan impresionante que, décadas después, sigue sin envejecer: las armas, el maquillaje, los orcos, los sets, los reinos, las miniaturas, el mismísimo Gollum, las batallas, las criaturas… todo se siente como parte de una realidad nueva que se descubre ante la nuestra, lo que hace que sigamos soñando con este otro mundo.
Saruman atacará a Rohan en busca del poder. Fuente. |
Como adaptación, se reestructura el libro. Recordemos que en Las Dos Torres, teníamos dividida cada parte del viaje y nunca sabíamos del todo qué le ocurría a los otros personajes, un elemento que ayudaba a mantener el suspense, pero que en la película no habría funcionado. Aquí los eventos se recolocan de modo paralelo. También hay algún cambio para aumentar el dramatismo, como la primera decisión de los Ent, o el hecho de insertar a los elfos y la marcha de Arwen, que se debe a los “reshoots” para “eliminar” la polémica presencia -previa a la existencia de las redes sociales... mejor no imaginar cómo sería ahora- de Arwen en el Abismo de Helm, que despertó las quejas de algunos fans que querían exactamente lo visto en el libro (pese a la necesidad dramática de aumentar el papel de Arwen, como se hace en los apéndices de los libros). No obstante, el espíritu de Tolkien continúa presente.
La música
de Howard Shore vuelve a ser otro elemento que ya forma parte de la mitología
de El Señor de los Anillos. Nos entrega hermosos temas como el dedicado a
Gollum (al que le dio voz la cantante Emilia Torrini) o Rohan, y acompaña cada
segmento con un trabajo musical que crece a partir de la película hasta llegar
a su enorme conclusión con la tercera película. La Tierra Media no sería la
misma sin la música de Howard Shore, que para muchos forma ya parte de la playlist que escuchamos cada vez que volvemos a los infinitos libros del profesor Tolkien.
Arwen
regresará con una subtrama creada paras las películas. Las Dos Torres
nos presentará también a Éowyn. Ambas estarán muy cerca de Aragorn. Fuente. |
Pese a su grandeza como superproducción, también hay calidez en esta trilogía. Volver a ellas es volver a soñar con lo imposible, con lo fantástico, con la esperanza que los libros de Tolkien nos transmitían a los lectores. Tras El Señor de los Anillos, aparecieron muchas adaptaciones de libros de fantasía que pretendían ser sus sucesoras, pero pronto quedó claro que no era solo el género fantástico, los nombres extraños o los paisajes lo que funcionaba en El Señor de los Anillos, era también la moraleja y el poder de la historia escrita por Tolkien la que hace que, aunque pasen los años, continúe conmoviéndonos. En la búsqueda del alma fue donde fracasaron sus pálidas imitadoras.
Reconozco que no puedo ser del todo objetivo con esta película, ya que crecí con ella y cada viernes, después de clase, la veía, viajando así hasta la Tierra Media. Hay diálogos, escenas y momentos que me sé de memoria y me siguen emocionando como el primer día. Sigo pensando en la fortuna que tuvo mi generación de crecer junto a estas maravillosas películas. En definitiva, Las Dos Torres fue el siguiente paso de un largo y épico viaje que nos dirigió por el paraje más oscuro, recordándonos el poder de las grandes historias, gracias a Sam, y poniendo rumbo hacia el final, ascendiendo hacia el último peldaño, marcado por el trono de la colosal El Retorno del Rey.
«Sam: Los protagonistas de esas historias tienen muchas oportunidades de regresar, pero no lo hacen. Siguen adelante porque todos se aferran a algo.
Frodo: ¿A qué nos aferramos nosotros, Sam?
Sam: A lo bueno que hay en este mundo, señor. Frodo. Y vale la pena luchar por eso».
Póster de Las Dos Torres. Fuente. |
- Título original: The Lord of the Rings: The Two Towers
- Año: 2002
- Duración: 179 min.
- País: Nueva Zelanda
- Dirección: Peter Jackson
- Guion: Peter Jackson, Fran Walsh, Philippa Boyens, Stephen Sinclair. Novela: J.R.R. Tolkien
- Música: Howard Shore
- Fotografía: Andrew Lesnie
- Reparto: Elijah Wood, Viggo Mortensen, Ian McKellen, Sean Astin, Andy Serkis, John Rhys-Davies, Orlando Bloom, Bernard Hill, Miranda Otto, David Wenham, Dominic Monaghan, Billy Boyd, Christopher Lee
- Productora: Coproducción Nueva Zelanda-Estados Unidos; Wingnut Films. Distribuidora: New Line Cinema
- Género: Fantástico. Aventuras
- Sinopsis: Tras la disolución de la Compañía del Anillo, Frodo y su fiel amigo Sam se dirigen hacia Mordor para destruir el Anillo Único y acabar con el poder de Sauron, pero les sigue un siniestro personaje llamado Gollum. Mientras, y tras la dura batalla contra los orcos donde cayó Boromir, el hombre Aragorn, el elfo Legolas y el enano Gimli intentan rescatar a los medianos Merry y Pipin, secuestrados por los orcos de Mordor. Por su parte, Saurón y el traidor Sarumán continúan con sus planes en Mordor, a la espera de la guerra contra las razas libres de la Tierra Media. (FILMAFFINITY)
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