Portada del segundo tomo. Fuente. |
La antología Voces en la oscuridad concluye (aparentemente) con su segunda entrega, publicada en 2006 (en 2016 en España), y que recoge varias historias cortas del mangaka Junji Ito que, quizás, sin ser las mejores, siempre dejan con algunas buenas ideas y algún que otro escalofrío.
Los relatos de este tomo son:
"El frente Sôichi": continúa una historia del tomo anterior y las obras relacionadas con el niño de los clavos de Ito. No es de mis personajes favoritos (sus travesuras son bromas macabras con poco espacio a la reflexión) y, aunque la historia no está mal, el desenlace me parece demasiado fácil y típico, como si Ito se hubiera quedado sin ideas de cómo continuar.
"La mascota de Sôichi" es catalogado como precursor de la obra autobiográfica y cómica "El diario gatuno de Junji Ito" y es una sátira sobre Sôichi y el gato al que decide convertir en un monstruo. Simpática, como la mayoría de los cómics de este personaje, pero poco más.
La tercera historia, "El valle de los espejos enfrentados", levanta el nivel de este volumen con el misterio de dos pueblos, divididos por un río, que dejaban espejos unos frente a otros... ¿Por qué motivo? Más vale seguir leyendo esta especie de "Romeo y Julieta" nipón. El final es bastante poético.
"¡No quiero convertirme en fantasma!" es mi manga favorito de esta colección. Parte de la leyenda urbana de la chica de la curva para contarnos cómo un joven detiene su coche durante la madrugada y salva a una misteriosa chica ensangrentada que no es lo que parece: nació de la muerte y se alimenta de ella. No puedo decir mucho más, porque sería entrar en el destripe, pero trata sobre la muerte, la infidelidad y las vueltas de tuerca que hacen un argumento aparentemente convencional algo más. Escalofriante y, además, magistral.
Una de las mejores historias del tomo es ¡No quiero convertirme en fantasma", aquí una de sus viñetas. Fuente. |
"Espectros en la biblioteca" posee un buen inicio y un misterio interesante que, aunque pierde fuelle a medida que se acerca a su fin, hace una reflexión sobre los libros y el amor por ellos. ¿Qué podría hacer un hombre por su biblioteca? ¿Y si los libros se convirtiesen en fantasmas del pasado del joven?
"La melodía en la oscuridad" juega con todas esas veces que hemos escuchado una canción y no nos la podemos quitar de la cabeza, aunque lo intentemos. Una chica, mientras pasea, escucha a una guitarrista callejera y, desde entonces, no puede olvidar la canción. Esto va a peor cuando dicha melodía se convierte en el himno de todo el país... y nadie la puede olvidar. NADIE. En este caso, todo es una pesadilla.
La última obra es "Terror aplastante", que es una de las historias más sencillas: un grupo de personas se vuelve adicta a una extraña miel que puede hacer que, cuando menos lo esperes, estalles. Sí, así de simple. Más divertida que reflexiva, es el cierre de esta colección.
En definitiva, Junji Ito, incluso en sus obras menores, es capaz de sorprender al respetable. Como reconoce en el epílogo, pese a su carrera de más de veinte años, él afirma, humildemente, que sigue aprendiendo y le falta mucho para convertirse en el autor que desea ser. Puede que Voces en la oscuridad 2 sea un paso más para lograrlo.
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