The Dark Crystal, otra de esas joyitas del género fantástico de los '80. Fuente. |
"Another world, another time, in the age of wonder".
Pienso que Jim Henson y Frank Oz poseían un talento increíble a la hora de concebir sus mundos y crear seres y ambientaciones únicas para sus películas. Eso es indudable. The Dark Crystal es una buena muestra de ello. Sin embargo, es una de esas películas que no han conseguido conectar del todo conmigo o no en este instante, mientras que, hace poco, comentaba cómo Dentro del laberinto sigue siendo una de mis películas favoritas.
Lo principal es que el acabado técnico, la ambientación, la imaginación y las criaturas son fantásticas en todo los sentidos, igual que la moraleja de que el bien y el mal deben conectarse para cambiar el mundo y ofrecer una oportunidad a todos aquellos que todavía no la tienen. No obstante, pienso que los Místicos y los Skekses son igual de egoístas, unos por confiar en una profecía y no echar una mano al pobre Jen (cuando ellos con un gritito hacen de todo) y los Skekses pues, porque, bueno, ya sabéis, son malditos carroñeros. El resto del planeta tiene que sufrir las vicisitudes del cristal y de estos engendros y eso Jen, Kira y compañía no deberían sufrirlo.
Sería arrogante y absurdo no reconocer todo el trabajo que esta película, hecha en 1982, tuvo que suponer para sus creadores, igual que para generaciones y generaciones que han crecido con esta épica odisea que emprende el bueno de Jen (quizás demasiado bueno). Cuesta mucho hacer que una marioneta sienta y padezca como un actor (o más). Y es genial apreciar toda esa maravilla, esa imaginación sin recortes, plano a plano. Detrás de cada esquina puede esperarte un ser fantástico, un enigma, una aventura, un paisaje único..., robado de aquellos cuentos de hadas que nos fascinaban cuando éramos más jóvenes.
Jen y Kira en uno de los mejores momentos de la película. Fuente. |
Sí, como veréis, estoy en una de esas etapas en las que me gusta sacarle punta a todo y no puedo suspender la credibilidad lo suficiente. Con Dark Crystal solo esperaba sentir un poco de esa maravilla, pensar que había viajado a otro mundo, pero una vez renuncias a los ojos de la infancia y la imaginación, puede que todo te cueste demasiado, como conectar con el viaje del héroe de Jen para restaurar el cristal oscuro o las aventuras de los diferentes seres que pueblan este curioso mundo, que parece que Netflix resucitará muy pronto (por cierto) con Age of Ressistance.
Hace poco, cuando hablaba de Legend, un amigo me comentó que él no le encontraba fallos a la película, mientras que yo sí. En ese momento, respondí que quizás los fallos estaban en mí y no en la cinta. Eso podía repetirse en el caso de The Dark Crystal, a lo que debo añadir que el profesor Daniel Pennac decía que el gusto por la lectura no se pierde para siempre, sino que se extravía, y que quizás, mi gusto por lo fantástico solamente se ha extraviado y algún día volveré a disfrutar de todo esto como se merece.
Cristal Oscuro está bien, pero no es lo mejor de Jim Henson ni de Frank Oz, a lo mejor eso tiene algo ver. De Henson estoy viendo Fraggle Rock, y aunque no es una gran serie está bien y me gusta. Tal te hayas vuelto un poco exigente, no sé.
ResponderEliminarA ver como sale la serie de Netflix, espero que bien. Con saber que habrá marionetas yo ya le tengo ganas.
A ver qué tal la serie, por ahora el teaser promete. Sea como sea, ahora toca ver y leer otras cosas. Me quedo con Dentro del Laberinto.
EliminarGracias por tu comentario, ¡saludos!
Recuerdo bien que vi esa película, como también el backstage que se pasó por televisión.
ResponderEliminarNo me gustó tanto como Laberinto, película que he vuelto a ver más de una vez.
O como El Narrador de cuentos, serie de Henson en que se adaptaban cuentos clásicos.
Saludos.
Saludos.
Gracias por tu opinión. El narrador de cuentos sigue entre los trabajos que tengo pendiente por ver, pero muchas cosas y poco tiempo, ya se sabe.
EliminarSaludos.