Críticas de la película: Harry Potter y el Cáliz de Fuego de Mike Newell (2005)

Empieza el cuarto curso en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Harry Potter debe enfrentarse al retorno de los mortífagos, los seguidores del Que-No-Debe-Ser-Nombrado, mientras participa en el Torneo de los Tres Magos (misteriosamente, cuatro con él) y se implica en los problemas con Ron y Hermione. Sea como sea, Voldemort está cada día más cerca y su reinado de terror podría empezar cuando menos lo esperen…

 

Críticas de cine:

 

“HARRY POTTER Y EL CÁLIZ DE FUEGO”

 

Cuarta película de Harry Potter
Póster de Harry Potter y el Cáliz de Fuego. Fuente.

“La curiosidad no es un pecado, pero debemos ser cautos con ella”.

DUMBLEDORE.

Si La Piedra Filosofal es el principio del viaje, La Cámara Secreta es una historia de detectives, El prisionero de Azkaban es una trama sobre los secretos y el pasado (aderezada con toques de terror gótico y H.G. Wells), Harry Potter y el Cáliz de Fuego es una historia sobre adolescentes, que aúna los toques de las anteriores cintas con acierto. Sigue siendo una saga disfrutable, aunque quizás se note inferior a la tercera parte (Alfonso Cuarón dejó su firma) y tenga sus relativos fallos (por desgracia, pierde el toque de drama familiar del libro, el de los Crouch).

El encargado de dirigir esta cinta era el realizador Mike Newell (conocido por la comedia Cuatro bodas y un funeral). El director se mueve como puede en una película que quizás no es de su estilo (aunque recientemente dirigió El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo). Pese a que cumple con su papel, su paso por la franquicia quedaría bastante relegado en comparación con el del fundador Chris Columbus (director de las dos primeras) y el excelente Alfonso Cuarón (encargado de la tercera).

Visualmente, hereda algunos detalles de luz de las películas de la saga dirigidas como Colombus, pero sobre todo tiene el buen aspecto que le dio Alfonso Cuarón en la tercera entrega (fotografía oscura, momentos más tensos, escenarios más terroríficos como el cementerio…). La película oscila entre los tonos de cielos ocres y la débil luz (una metáfora de lo que ocurre en la  propiahistoria). Por eso, los encargados de la dirección artística (Stuart Craig y Stephanie McNillan) estuvieron nominados a los Oscar ese 2005 por esta película.

 

En cuanto al guion corre a cargo de nuevo de Steve Kloves, que aquí se ve ante el problema de resumir un libro gigantesco a una película de no más de dos horas, lo que implicaba eliminar múltiples subtramas (que es de lo que más tiene el cuarto libro de la saga de J.K. Rowling: desde las tramas del Ministerio, el tema de los Crouch, la Marca Tenebrosa, el inicio con los tíos de Harry, la escena de la esfinge en las pruebas…). Pese a ello, permanece el sentimiento de oscuridad que poseía el cuarto libro, donde muchos nos quedamos «traumatizados» con su cruel final. El mayor error de la cinta hubiera sido omitir esa sensación de que el mal avanza que posee el libro.

Cementerio de la cuarta película de Harry Potter
Harry Potter debe hacer frente a la muerte en su cuarta película. Fuente.

Por tanto, como adaptación Harry Potter y el Cáliz de Fuego puede dejar mucho que desear al omitir varios detalles (algunos importantes, por ejemplo: la Elfa Doméstica Winky y mucho de la historia de los Crouch, Neville sustituye a Dobby, el romance entre Hagrid y Madama Maxime, la aparición de Trelawney…, pero sobre todo, que no se cuente lo que ocurre entre las varitas de Harry y Voldemort al final, con la aparición de los “fantasmas”). Por la omisión de estos detalles, la saga empezaba a dejar de ser entendida por aquellos que no leyesen antes los libros (cosa que iría a más, si cabe, en la quinta), pero como película sigue siendo disfrutable: un film de aventuras con cierto toque de misterio, que nunca viene mal ver en nuestra pantalla.

Centrándonos más en el guion, vemos claramente que es una historia de adolescentes. Como el libro, se centra en la llamada “edad del pavo”. De ahí, el típico enfrentamiento por la chica, bailes escolares, las primeras atracciones o las envidias. Esto, junto a unos personajes que, como el lector, crecen, ha sido una de las cosas que ha permitido que la saga se hiciese con tantos fans en todo el mundo: ha podido conectar con ellos y todos recordamos muchas de nuestras vivencias, como Hermione se enfada con Ron, como Harry se equivoca (también con Ron), los líos con Cho, los enfrentamientos con Cedric

Eventos importantes en el libro quedan reducidos al tener que meter todo ese… “apartado hormonal”. Por ejemplo, el Torneo de los Tres Magos tiene un buen arranque (el enfrentamiento con el dragón, aunque no hubiese estado mal poder ver la batalla de Cedric, Krum y Delacour contra sus dragones, pero era más minutos y presupuesto), después se difumina en la segunda prueba (pero consigue en algunos momentos transmitir agonía, con esas sirenas y monstruos) y la tercera se resume bastante para preparar el estallido final (la gran batalla de la película). Tener que articular la película en torno a las tres pruebas (y varios eventos más) la hacen un poco irregular por momentos, pero así es el duro idilio entre los libros y el cine, ¿a qué eres fiel? ¿Al cine como género o al libro? Por suerte, nos alegramos de que el desenlace sea bastante fiel con ese macabro ritual para traer de nuevo a Voldemort, que nos otorga algunas de escenas más tenebrosas de la saga.

 

El misterio es uno de los puntos fuertes de la cuarta película. Fuente.

 

Continuando con este tema, hay que decir que el enfrentamiento “final” entre Voldemort y Harry en el cementerio está muy conseguido, muy fiel  al libro. Recordemos que el cuarto volumen de las aventuras del joven mago quizás es uno de los más tétricos, aunque en la película, la muerte de Cedric no termine de afectarnos (sí cuando vuelven a Hogwarts y de las risas de alegría por el fin del Torneo se pasa a las lágrimas y el terror cuando se sabe la verdad). Timothy Spall es genial como Colagusano, pero el que se come la pantalla y demuestra lo que disfruta con un papel hecho a la medida es Ralph Fiennes como Lord Voldemort. Se nota, se percibe, que da todo de sí como el malévolo hechicero que reduce a Lucius Malfoy a un llorica.

En este duelo de magia entre Harry y Voldemort, el decorado es tan fantasmagórico y extraño como cualquier fan podía imaginárselo cuando leía el libro. Por cierto, el único “pero” de los decorados es que desde la tercera película han cambiado y esto se nota bastante, además de que se han olvidado de los cuadros y escaleras que se mueven o, por ejemplo, de todos los fantasmas (algo que le pasó a la propia Rowling) o, ya desde la de Cuarón, el aspecto del Profesor Flitwick, interpretado por Warwick Davies (y que se debió a que Flitwick no saldría en la tercera y Davies quiso interpretar al director del coro, dos personajes diferentes cuyo aspecto se mezcló en las siguientes partes).

 

Por supuesto, la trama hereda varios “errores” del libro, como la caracterización de los estudiantes búlgaros y las alumnas francesas, quizás un poco muy estereotipada. Por cierto, ¿nadie echo de menos la aparición de España en los Mundiales de Quiddith (aunque al ser por aquel entonces quizás no pasamos de cuartos) o en el Torneo de los Tres Magos? Menos mal que en el sexto se nombra a Canarias, pero perdón, estoy divagando (como diría Peter David).

Espíritus de los padres de Harry
Harry se enfrenta a Voldemort. Fuente.

En cuanto a las interpretaciones, vayamos por partes: Daniel Radcliffe no deja de interpretar a Potter como en su predecesora, Rupert Grinn debe volver a encarnar a un Ron que, poco a poco, se quita la cara de miedo de sus predecesoras (en serio, si veis las tres primeras fijaros en cuanto miedo pasa el pobre Weasley) y Emma Watson (la mejor, seguramente) cumple como una Hermione algo más madura. Además, en el libro y en la cinta se empieza a ver ya el triángulo amoroso entre Ron, Hermione… y Viktor Krum, interpretado por Stanislav Ianevski (¿por qué todo el mundo piensa en un triángulo amoroso entre Harry, Hermione y Ron, malpensados?).

En cuanto a los veteranos secundarios, nos encontramos de nuevo con Alan Rickman como un excelente Severus Snape, Maggie Smith como la severa McGonagall (teniendo que enseñar a bailar a los alumnos, genial escena cómica), Robbie Coltrane como el entrañable Hagrid y Michael Gambon como el sabio Dumbledore (alejándose del creado por Richard Harris y readaptando el del libro, resultando, a veces, más duro). Todos los actores, más o menos, siguen en su tónica, algunos incluso con menos minutos, debido a la cantidad de cosas que hay que contar.

 

Por su parte, las nuevas incorporaciones, insisto, son de lujo: Ralph Fiennes (¿encarna a Voldemort o es El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado? Excelente el maquillaje que hace que te lo imagines tal y como es descrito en el libro, salvo por los ojos rojos), Miranda Richardson es la repulsiva “periodista” Rita Skeeter, Brendan Gleeson es Alastor “Ojoloco” Moody (muy fiel al libro, el excéntrico nuevo profesor de Artes Oscuras) y el genial actor David Tennant (conocido por ser uno de los Doctores de Doctor Who; quien da vida de una forma increíblemente convincente a Bartemius Crouch Jr.).

 

Como en el libro, se echa de menos más Sirius Black, sobre todo después de la excelente tercera parte El prisionero de Azkaban. Gary Oldman sólo tiene un par de frases en esta cuarta parte, con su cara hecha de brasas, y hace que muchos esperemos más de él. Sin embargo, culpa del minutaje y el montaje al que debían ceñirse, su papel es más bien breve y muchos podrían considerar que es un actor “desperdiciado” para esta película.

En otro aspecto, la música de la que se encarga en este caso Patrick Doyle no está nada mal, aunque se nota que se queda un poco corta, es demasiado similar a la compuesta poco después para Eragon y otras de sus películas, y la de John Williams dejó huella en las tres primeras películas y en toda la saga para siempre.

Cuarto libro de Harry Potter

Portada de Harry Potter y el cáliz de fuego, 

libro en el que se basa la película.

En cuanto a los efectos especiales, gracias al Torneo, puede que sean los más espectaculares de la saga, con ese maléfico dragón, esos duelos de magia. Cumplen (y bastante) bien con su función.

Sobre el vestuario y caracterización, quizás esta es la película donde mejor han lucido los personajes (incluyendo el Harry adolescente con el pelo algo más largo).

 

En definitiva, una buena película, entretenida (aunque para otros gustos pueda resultar pesada), que nos demostró que la saga crecía y que el viaje hacia las tinieblas no había hecho más que empezar. Lord Voldemort ha vuelto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.

¡Muchas gracias por tu comentario!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.